lunes, 5 de junio de 2017

COLOMBIA UNA ECONOMÍA 1.0


Foto: Gabriele Siegrist
Cuando una economía desacelera su crecimiento de manera rápida y sostenida, antes que en factores externos debe buscar en su modelo y políticas las causas, efectos y soluciones. Echarle la culpa a la voladura de oleoductos es el más delirante y mentiroso de los argumentos que se puede hacer para amparar una política económica equivocada y un modelo de crecimiento que hace agua por todo lado. También continuar con el argumento de la caída de los precios del petróleo, no puede ser una disculpa eterna porque la bonanza no se sembró para desarrollar y diversificar otros sectores y desatar una cultura de la innovación y del emprendimiento. La verdad está en otros argumentos de tipo estructural que se traduce en fallas sistémicas del mercado y del estado. Veamos como es la cosa.

Colombia una economía con ideas de hace medio siglo

Mientras los modelos de innovación en el mundo van por su séptima generación desde que emergieron en la mitad del siglo XX, cuando la economía de la innovación inspirada en Schumpeter empieza a explicar que el 85% de las fuentes de un crecimiento alto y sostenido estaban en la transformación productiva a través de nuevas actividades con rendimientos crecientes sustentadas en el desarrollo tecnológico a partir de conocimiento aplicado a la producción y convertido en innovación.

En los años 1950 y 1960 surgió el modelo de innovación 1.0. Hoy hablamos del modelo 7.0, de la revolución de las industrias 4.0, y de las industrias de las tecnologías ecológicas. Sin embargo, Colombia no ha salido del modelo extractivo de los rendimientos decrecientes, donde los precios los definen actores externos y la tecnología también.

Colombia no desarrolló un centro de investigaciones en minería de carbón y pocos en agro-industria. Cuando se compra un café en las tiendas Juan Valdez, todos los equipos con los cuales se prepara, son importados, incluidos los que permiten identificar distintos sabores y aromas, para los cafés filtrados. En qué se avanzó, en variedades, gracias a Cenicafé. Es decir, de la tierra no se sale.

El crecimiento de 1.1% de la economía colombiana en el primer trimestre de 2017, está principalmente asociado con el rezago de la estructura productiva y el correspondiente atraso en educación, CyT, emprendimiento, y por tanto en su andamiaje institucional, en las políticas sociales y en infraestructura. Una especie de falla sistémica propia.

Así las cosas, Colombia no ha salido del modelo de innovación 1.0 porque la educación, así como la ciencia, la tecnología y la innovación (CTeI), continúan divididas entre el mundo de la academia y el de la producción, pues recién en el legislativo se tramitó una ley para que proyectos innovadores (spin – off) producto de la investigación universitaria, se negocien fácilmente con el sector privado sin generar conflictos internos en la universidad. Brasil resolvió este problema hace 17 años, y los países avanzados mucho antes.

Esto ocurre porque al Estado se le quitó iniciativa y capacidad para innovar y emprender en nuevos sectores productivos y en nuevas áreas tecnológicas estratégicas a la nación. Por eso los modelos de innovación 3.0 (interacción entre industrias, universidades y estado), luego el de redes (4.0), después el de los sistemas de innovación (5.0), y los modelos 6.0 y 7.0 que aluden al innovador y emprendedor individual que en los países avanzados y en los emergentes puede desarrollar sus iniciativas porque los instrumentos que necesita están disponibles, en Colombia no han pasado de la especulación, de documentos Conpes, de intentos en su mayoría fallidos, y de unos pocos casos exitosos que permiten abrigar alguna esperanza de que si se puede.

Cómo salir de la economía 1.0
    
Desarrollaré este aparte con un ejemplo hipotético sustentado en los sectores del Programa de Transformación Productiva (PTP) y de las cadenas de la Política de Desarrollo Productivo (PDP).

Colombia no ha logrado superar la más sencilla, fácil e inteligente decisión de tener una PDP articulada a la de (CTeI), con dos agendas: una transversal y otra sectorial. La primera, son las bases que respaldan el desarrollo, la competitividad y la productividad; y la segunda, le dan forma y fondo al sistema económico y orientan a los agentes del mercado, del conocimiento y de la innovación, y son las que permiten el surgimiento de actividades con rendimientos crecientes, a través de los cuales suben los salarios a tasas más altas, así como las fuentes de empleo y de oportunidades para el trabajo independiente, y la tasa de recaudos impositivos en relación al PIB.  

Con el fin de superar este rezago conceptual, las PDP y de CTeI deben armar una estructura productiva, como la sugerida en la gráfica, semejante a la que tienen las economías avanzadas y emergentes dinámicas. Con ella se supera la idea de que todos los sectores son iguales y los instrumentos también. La agenda sectorial son las tres agrupaciones sectoriales en color verde:

·  sectores en áreas estratégicas: futuro;
· sectores de contenido tecnológico donde el país tiene posicionamiento internacional: capacidades construidas en un pasado no lejano, determinantes en la integración y competitividad del sistema productivo y de innovación, presente y futuro;
·  y sectores para la competitividad: pasado con vigencia en el presente que generan la gran masa de empleo, exportaciones e impuestos.


Estas tres agrupaciones sectoriales están relacionadas con áreas tecnológicas de la política de CTeI. A su vez, la interrelación entre producción y tecnología genera condiciones para que surja el emprendimiento (E), donde emana la nueva generación de empresas innovadoras o start ups. Las agrupaciones sectoriales y las áreas tecnológicas se retroalimentan mediante instrumentos que son funcionales a la producción, a la innovación y el emprendimiento, para construir un potente sistema nacional de innovación y fortalecer los sistemas regionales. Colombia solo ha trabajado apoyando sectores viejos, con poco espacio para sectores sofisticados que son los que más generan externalidades positivas en la economía, la sociedad y el estado.

Si Colombia estructura las PDP, de CTeI, y de emprendimiento, y los correspondientes sistemas de innovación con una idea conceptual como la descrita, daría un paso inmenso en su concepto de desarrollo, por varias razones: si hay relación entre desarrollo productivo e innovación, se generan condiciones para el surgimiento de nuevas empresas con distintos niveles de complejidad y novedad (en la  gráfica, start ups 1, 2 y 3), a través de una política nacional de emprendimiento y de una mejor política de educación para disponer del factor humano que el cambio estructural demanda. Y dadas estas condiciones, la cultura se convierte en un factor endógeno determinante de la nación y los territorios.

Razones de la sin razón

1) Colombia no dispone de un proyecto nacional de desarrollo de largo plazo, motivo por el cual las perspectivas de las políticas, de los agentes y de la ciudadanía, son de corto plazo. El mañana no existe.



2) La política de desarrollo productivo no está pensada para la productividad, la innovación y el emprendimiento, por lo cual no hay política de CTeI, ni de emprendimiento. Al no existir estas tres políticas, no existe en la realidad un sistema de producción e innovación como fuente segura para un crecimiento alto y sostenido.
3) Tampoco el emprendimiento puede ir más allá de proyectos de escasa y mediana sofisticación, y solo de vez en cuando ocurre el milagro de una iniciativa disruptiva.
4) La política macroeconómica no es para el desarrollo, por eso 15 reformas tributarias en 26 años, y por ello la informalidad, la ilegalidad, la evasión y la elusión, que sumados a la corrupción y a la guerra, a lo que se suma una regla fiscal pensada para una economía perfecta (rendimientos decrecientes) y no para una en desequilibrio (rendimientos crecientes), le quitan recursos al desarrollo económico y social, y al papel de un estado emprendedor que haga alianzas con las empresas para investigar, innovar y emprender, pues hoy solo obedece a los privados y sus intereses.
5) Con la caída de la demanda, la reforma tributaria quedará parcialmente neutralizada y no podrá resolver problemas de la justa protesta social.


A Colombia hay que repensarla aprovechando la paz, porque esta es libertad, vida, progreso, bienestar y oportunidades para todos. Pero también porque hay un nuevo entorno económico y tecnológico global en transición.

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