martes, 3 de abril de 2018


LA ECONOMÍA DE COLOMBIA ¿QUÉ FUTURO TIENE CON DUQUE, FAJARDO y PETRO?

Este artículo también está publicado en www.razonpublica.com 

foto: Gabriele Siegrist
¿Qué proponen los candidatos?
Este artículo se centra en las propuestas económicas de los tres candidatos que hasta esta semana estaban al frente de las encuestas en los principales medios.

El análisis aborda aquellos factores estructurales que más influyen sobre el futuro de una economía y el desarrollo de una nación es decir, los relacionados con la productividad como concepto principal para transformar el sistema económico, la sociedad y el Estado.

Por lo tanto el artículo no se detiene en las políticas tributaria, fiscal y pensional, porque estos aspectos han sido bastante debatidos por analistas y los medios, y deben ser funcionales al modelo de desarrollo productivo y a los efectos de unas buenas políticas en materia de educación, ciencia, tecnología, desarrollo regional, emprendimiento y comercio internacional. En Colombia la discusión sobre el crecimiento no parte de los temas centrales sino de aquellos factores que son consecuencia de unas buenas políticas de desarrollo. Hasta en eso se tiene alterada la brújula.

Iván Duque: industria extractiva y economía naranja
El candidato del Centro Democrático confía en que los altos precios internacionales del petróleo pueden sostenerse por unos años más. Por eso no considera necesario comenzar un proceso de cambio profundo para superar la dependencia de las exportaciones minero-energéticas. Por el contrario, en un reciente debate, Iván Duque aceptó la posibilidad del fracking en ciertas zonas.

En su modelo, no hay una acción de Estado para transformar la matriz productiva a través de una política industrial de la cuarta revolución industrial, que desarrolle al mismo tiempo los sectores primarios, de reindustrialización, desarrolle servicios sofisticados, las industrias 4.0 y las energías alternativas.

Las industrias 4.0 a las que alude como centro de su economía naranja son apenas una parte del portafolio sectorial para transformar la economía. En consecuencia, su propuesta para “potenciar las exportaciones de software, fortaleciendo las capacidades nacionales con formación digital temprana, y con incentivos a la inclusión de mujeres y minorías en el sector, así como el desarrollo de una iniciativa que articule programadores con necesidades comunitarias, autoridades locales y recursos público-privados para la transformación digital de la sociedad” no alcanza para impulsar una potente industria de TIC, base de una potente industria naranja.

Por lo tanto, su industria naranja que es parte de la economía digital solo tiene relación con cuatro de las nueve industrias 4.0 (Internet de las cosas, inteligencia artificial, Big Data y datos abiertos, e impresión 3D) y omite otras de mayor o igual impacto en los procesos de diversificación y sofisticación de la economía, como la robótica, la ciberseguridad, la realidad aumentada, los sistemas de integración horizontales y verticales en los procesos productivos de fábricas inteligentes, la fabricación aditiva, y la simulación, las cuales permiten desarrollar una potente industria electrónica, e inscribirse proactivamente en la revolución de las 4.0 y por tanto en la economía naranja.  

¿Y por qué Duque solo reconoce cuatro de las nueve 4.0? Porque en su propuesta no incluye la reindustrialización del país. Es decir, no tiene una propuesta para la evolución de la industria en Colombia y, por eso tampoco habla de implementar una política de desarrollo productivo ni fortalecer los sistemas nacionales y regionales de innovación.

Propuestas irrealizables

Sin posibilidades reales de hacerlo, Duque dice que aumentaría la inversión en ciencia tecnología e innovación (CTeI) hasta el 1,5 por ciento  del PIB es decir, entre cinco y seis veces la inversión actual de Colombia.

Ningún país del mundo ha sido capaz de hacer dicho salto en cuatro años, porque la inversión en conocimiento e innovación no solo es asunto de ordenar más recursos, sino de generar capacidades, condiciones y cultura en las universidades y en las empresas para que haya demanda sostenida de investigación y desarrollo para la innovación (I+D+i) en torno a las necesidades de la política de transformación de la producción.

Tal es la confusión de Duque, que propone concentrar la mayor cantidad de esta inversión, en medicina, la genómica de última generación, la biotecnología y la agricultura. Pero nada dice sobre el desarrollo de una avanzada industria de software, basada en I+D+i y pilar de la economía naranja. Sin embargo, el intentará impulsarla solo con una mayor masa de programadores.

Economía naranja: una ilusión inalcanzable

En los siete proyectos estratégicos de la propuesta de Fajardo, la economía naranja corresponde a dos de ellos: economía digitales – industrias 4.0, e industrias creativas y culturales, como ocurre en los países avanzados y en las economías emergentes más dinámicas. Entonces, solo con economía naranja es imposible lograr metas altas de crecimiento y de cambio estructural.  

Según la OCDE, la inversión en I+D+i en industrias de la economía naranja es la más baja en el mundo. Estas industrias naranja se ocupan más de aplicar de forma creativa una rama inmensa de tecnologías intensivas en I+D+i. Por lo tanto, si las industrias de base no se desarrollan, es imposible que las industrias naranjas puedan liderar el desarrollo de la nación.

Al no tener un marco de política productiva y de CTeI para transformar a largo plazo la dependencia de los commodities minero-energéticos, es imposible que el PIB pueda crecer al 5 o 6 por ciento, como también propone el candidato de Uribe.  

También pretende establecer incentivos de exención del impuesto de renta durante cinco años a las empresas que generen empleos formales permanentes en industrias naranjas. De llevarse a cabo, la propuesta provocará una proliferación de nuevos emprendimientos de limitado valor agregado, tal como ocurre con las apps que impulsa el MINTIC. Al final, el balance no será el mejor.

Duque prevé la creación del viceministerio de Economía Naranja en el Ministerio de Cultura para articular las acciones del Consejo Nacional de Economía Naranja y el Fondo Nacional para el Desarrollo de la Economía Naranja. También propone crear Áreas de Desarrollo Naranja (ADN), que articulen la inversión privada en espacios para los negocios creativos (clústeres, coworkings, etc.), con la renovación de los espacios urbanos que rodean los distritos de los negocios.

Todas estas son acciones necesarias para desarrollar una economía naranja sólida, pero solo tendrán impacto positivo si hacen parte de unas potentes políticas de desarrollo productivo, de innovación y emprendimiento. Sin estas políticas, la economía naranja de Duque será una ilusión.

Así mismo, el emprendimiento como uno de los tres conceptos central de su propuesta  programática, es un decálogo de lugares comunes que desconoce los factores por los cuales el emprendimiento no ha logrado consolidarse en Colombia como un sistema promisorio de oportunidades innovadoras que abra camino al surgimiento de una nueva generación de empresas innovadoras. Y de la paz nada.  

Gustavo Petro: muchas ideas, pocas acciones

Las propuestas económicas de Petro son muy ambiciosas y en varios casos, radicales. Pero no se especifica a través de qué políticas, estrategias o programas las llevaría a cabo.

Como no supera el nivel de los enunciados, sus propuestas tendrían dificultades en pasar de la mera narrativa a acciones concretas de gobierno. Por lo tanto, es muy probable que una buena idea acabe en una frágil aplicación.

Para dar un ejemplo, Petro propone lo siguiente: “Reindustrializaremos sectores estratégicos como el metalmecánico, textil, informático, el transporte, la producción de materiales para la construcción y de gestión integral de residuos sólidos y líquidos, entre otros; fomentaremos el desarrollo científico y tecnológico, así como la consolidación y la estabilización de pequeñas y medianas empresas. Diversificaremos nuestras exportaciones (…), habrá mayor educación y formación científica para producir y exportar bienes y servicios inteligentes, rentables y útiles a la sociedad”

El candidato propone reindustrializar la economía, pero no dice cómo hacerlo. Habla del sector metalmecánico, pero también de textiles y salta al sector informático. Después, brinca al uso de tecnologías limpias en transporte, a los materiales para la construcción y a la gestión integral de residuos, sin contar cómo sería la acción en ciencia y tecnología, la estabilización y el apoyo a las pymes, cómo diversificaría las exportaciones para incluir  bienes y servicios inteligentes.

Como ningún otro candidato, su propuesta hace especial énfasis en el desarrollo sostenible. Petro menciona algunas acciones, todas válidas, pero sin una política para desarrollar las industrias de las energías alternativas y otras industrias y tecnologías de los nuevos negocios ecológicos, como parte de la estrategia de reindustrialización de nuevo tipo.

A pesar de lo anterior, la propuesta que más se destaca es transformar Ecopetrol en una empresa del conocimiento para el desarrollo de energías alternativas, sin perjuicio de la  extracción petrolera durante la transición.

Sergio Fajardo: educación y desarrollo productivo

El despegue de una economía productiva requiere de la formación de ciudadanos, trabajadores y empresarios que puedan aplicar su conocimiento en la actividad económica. Por eso Fajardo propone usar el conocimiento para potenciar la producción de alto valor agregado, la innovación en las empresas y la transformación de las comunidades.

En la medida que la productividad aumente actuará como motor del desarrollo económico, generando empleo de mejor calidad, mejores salarios, y oportunidades para nuestros ciudadanos, trabajadores y emprendedores.

El candidato de la Coalición Colombia propone tres ejes: la educación como clave para desencadenar el proceso; la sostenibilidad ambiental como sello para un desarrollo económico sostenible; y los Objetivos de Desarrollo Sostenible como referente principal para la fijación de metas de gobierno.

A su vez, la propuesta se agrupa en cinco grandes pilares: Desarrollo productivo. Política social.  Responsabilidad económica. Plan de reactivación. Proyectos estratégicos. Por razones de espacio, me ocuparé solo del primer pilar y de los proyectos estratégicos.

Desarrollo productivo

Hará más eficiente, sofisticado y diversificado el aparato productivo colombiano; es decir, mejorará la productividad de las actividades económicas existentes e impulsará nuevas actividades. Si es así, la política de desarrollo productivo deberá: 1) apoyar actividades que ahora jalonan las exportaciones, el empleo, los ingresos tributarios; 2) Apoyar actividades de alto valor agregados que en los últimos años han empezado a consolidar un posicionamiento internacional (naval, servicios de salud de alta complejidad, por ejemplo); y 3)   Impulsar las que van a emerger como industrias avanzadas (sector aeronáutico), otras de la revolución 4.0 y las energías alternativas. Será clave relanzar la industria electrónica, sin ella el desarrollo de otros sectores avanzados será incompleto.

Estas tres grandes ramas de bienes y servicios, deberán tener instrumentos de corte transversal y otros específicos según sus características e impactos en la economía. Así es la economía de la innovación para el desarrollo.

Con estos criterios, se articularán los sectores productivos con los siete proyectos estratégicos basados en educación, ciencia, tecnología, innovación, emprendimiento y cultura (ECTIEC) y las agendas regionales de desarrollo productivo. La figura muestra como desde el autor se puede leer la política de desarrollo productivo.




Para ello, el presidente liderará directamente la agenda de cambio productivo y se reunirá cada mes con el Consejo Nacional de Competitividad y de CTeI. El DNP volverá a su vocación histórica como la entidad que lidera las prioridades presidenciales en el gobierno.

Se fortalecerá el Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación para crear un potente ecosistema de innovación que apoye la investigación básica y aplicada en centros de investigación y universidades, la transferencia de tecnología al sector empresarial, la creación de empresas y su crecimiento y que incentive el capital de riesgo e impulse la globalización de empresas y tecnologías exitosas.

La política productiva tendrá cuatro frentes para un aumento sostenido de la productividad.

Enfoque Territorial. Los gobernadores y alcaldes, en articulación con el Gobierno Nacional, definirán e implementarán las agendas productivas de sus territorios, y el presidente se reunirá una vez al año con cada una de las Comisiones Regionales de Competitividad (CRC).

Sofisticación y eficiencia. El objetivo es una mayor complejidad de lo que se produce y el aumento de la productividad de las actividades económicas existentes.

Diversificación. Se propone el apoyo y seguimiento a las empresas para que innoven y se expandan hacia nuevas industrias. El fomento a la creación de nuevas empresas y a la entrada a nuevos sectores es el motor de desarrollo del tejido empresarial y del ecosistema de emprendimiento, el cual tendrá atención del Estado desde la creación, la supervivencia en los primeros años y durante el proceso de crecimiento de las nuevos emprendimientos. También en las etapas previas, como el incentivo a la investigación en universidades y centros de investigación que apunte a desarrollar productos y servicios con oportunidades de mercado. Es deseable que Innpulsa se convierta en una agencia del estado como rectora de una política nacional de emprendimiento.

También habrá un apoyo al emprendimiento social y un paquete de apoyo integral para la supervivencia en los primeros años de las MIPYMES (Estrategia de Cero a Siempre Empresarial).

Exportaciones y comercio internacional. La política comercial se enfocará en lograr mayor acceso al mercado global de los productos y servicios que surjan de los esfuerzos de la política de desarrollo productivo, lo que incluye la revisión de los TLC.

Proyectos estratégicos: objetivos de país
Estos transformarán las capacidades, el conocimiento y la riqueza cultural en oportunidades de crecimiento sostenible y empleo de calidad. La definición de metas, el trabajo cotidiano en la definición de objetivos, servirán como pedagogía para que la sociedad pueda ver en la práctica y en la cotidianidad a científicos, emprendedores, formadores, innovadores, como los protagonistas de la nueva página de Colombia.
Los siete proyectos estratégicos iniciales son:

·         Biotecnología;
·         Ecoturismo;
·         Energías renovables;
·         Economía digital e industrias 4.0;
·         Industrias culturales, artesanales y creativas;
·         Agroindustria;
·         Ciudades sostenibles.

Debería sumar las industrias de salud (mejores servicios, más I+D+i, y nuevas empresas innovadoras derivadas de emprendimientos más sofisticados y disruptivos) para desarrollar  industrias y servicios de alta complejidad, que serían parte de un mejor servicio de salud para todos.

La política económica y las acciones de la ECTIEC necesitarán un banco de desarrollo, que debe discutirse junto con los otros miembros de la Coalición, porque el acuerdo programático de la Coalición Colombia fue definido por doce años.

A pesar de que la propuesta todavía no incluye de dónde saldrán los recursos para los siete proyectos estratégicos, ni cómo se aplican, es en definitiva la propuesta más rigurosa, mejor estructurada, viable, inspiradora y consistente de las tres.

Debilidades y fortalezas de los tres candidatos
En Duque, la principal fortaleza está en las propuestas de economía naranja, aunque sin una política de desarrollo productivo puedan ser ilusorias. Otra de sus debilidades es la incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz.

En Petro, la gran fortaleza es el énfasis en materia ambiental y de sostenibilidad de las ciudades y el campo. Su talón de Aquiles, como ya expliqué, es no especificar cómo llevará a cabo sus propuestas en cuanto a políticas, estrategias y programas concretos.

En Fajardo, la principal fortaleza es el énfasis en la educación y el desarrollo productivo con ECTIEC, aunque deja todavía cosas para mostrar en el camino.

Tanto para Fajardo como para Petro, la renovación del campo es muy importante. En Duque, el campo es marginal y tiene escasas y ya conocidas acciones.

En Fajardo y Petro la equidad está a lo largo de sus propuestas, en Duque son enunciados de más de lo mismo.

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