LA ECONOMÍA DE COLOMBIA ¿QUÉ FUTURO TIENE CON DUQUE, FAJARDO y PETRO?
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Este
artículo se centra en las propuestas económicas de los tres candidatos que
hasta esta semana estaban al frente de las encuestas en los
principales medios.
El
análisis aborda aquellos factores estructurales que más influyen sobre el
futuro de una economía y el desarrollo de una nación es decir, los relacionados
con la productividad como concepto principal para transformar el sistema
económico, la sociedad y el Estado.
Por lo tanto
el artículo no se detiene en las políticas tributaria, fiscal y pensional,
porque estos aspectos han sido bastante debatidos por analistas y los medios, y
deben ser funcionales al modelo de desarrollo productivo y a los efectos de unas
buenas políticas en materia de educación, ciencia, tecnología, desarrollo
regional, emprendimiento y comercio internacional. En Colombia la discusión
sobre el crecimiento no parte de los temas centrales sino de aquellos factores
que son consecuencia de unas buenas políticas de desarrollo. Hasta en eso se
tiene alterada la brújula.
Iván Duque: industria extractiva y economía naranja
El candidato del Centro Democrático confía en
que los altos precios internacionales del petróleo pueden sostenerse por unos
años más. Por eso no considera necesario comenzar un proceso de cambio profundo
para superar la dependencia de las exportaciones minero-energéticas. Por el
contrario, en un reciente debate, Iván Duque aceptó la posibilidad del fracking en ciertas
zonas.
En su modelo, no hay una acción de Estado para
transformar la matriz productiva a través de una política industrial de la
cuarta revolución industrial, que desarrolle al mismo tiempo los sectores
primarios, de reindustrialización, desarrolle servicios sofisticados, las
industrias 4.0 y las energías alternativas.
Las industrias 4.0 a las que alude como centro
de su economía naranja son apenas una parte del portafolio sectorial para
transformar la economía. En consecuencia, su propuesta para “potenciar las exportaciones de software, fortaleciendo las capacidades nacionales con
formación digital temprana, y con incentivos a la inclusión de mujeres y
minorías en el sector, así como el desarrollo de una iniciativa que articule programadores con
necesidades comunitarias, autoridades locales y recursos público-privados para
la transformación digital de la sociedad” no alcanza para impulsar una potente
industria de TIC, base de una potente industria naranja.
Por lo tanto, su
industria naranja que es parte de la economía digital solo tiene relación con cuatro
de las nueve industrias 4.0 (Internet de las cosas, inteligencia artificial,
Big Data y datos abiertos, e impresión 3D) y omite otras de mayor o igual
impacto en los procesos de diversificación y sofisticación de la economía, como
la robótica, la ciberseguridad, la realidad aumentada, los sistemas de
integración horizontales y verticales en los procesos productivos de fábricas
inteligentes, la fabricación aditiva, y la simulación, las cuales permiten
desarrollar una potente industria electrónica, e inscribirse proactivamente en la
revolución de las 4.0 y por tanto en la economía naranja.
¿Y por qué Duque solo reconoce cuatro de las
nueve 4.0? Porque en su propuesta no incluye la reindustrialización del país. Es
decir, no tiene una propuesta para la evolución de la industria en Colombia y,
por eso tampoco habla de implementar una política de desarrollo productivo ni
fortalecer los sistemas nacionales y regionales de innovación.
Propuestas
irrealizables
Sin posibilidades reales de hacerlo, Duque dice
que aumentaría la inversión en ciencia tecnología e innovación (CTeI) hasta el
1,5 por ciento del PIB es decir, entre
cinco y seis veces la inversión actual de Colombia.
Ningún país del mundo ha sido capaz de hacer
dicho salto en cuatro años, porque la inversión en conocimiento e innovación no
solo es asunto de ordenar más recursos, sino de generar capacidades,
condiciones y cultura en las universidades y en las empresas para que haya
demanda sostenida de investigación y desarrollo para la innovación (I+D+i) en
torno a las necesidades de la política de transformación de la producción.
Tal es la confusión de Duque, que propone
concentrar la mayor cantidad de esta inversión, en medicina, la genómica de
última generación, la biotecnología y la agricultura. Pero nada dice sobre el
desarrollo de una avanzada industria de software, basada en I+D+i y pilar de la
economía naranja. Sin embargo, el intentará impulsarla solo con una mayor masa
de programadores.
Economía naranja: una ilusión inalcanzable
En los siete proyectos estratégicos de la
propuesta de Fajardo, la economía naranja corresponde a dos de ellos: economía
digitales – industrias 4.0, e industrias creativas y culturales, como ocurre en
los países avanzados y en las economías emergentes más dinámicas. Entonces,
solo con economía naranja es imposible lograr metas altas de crecimiento y de
cambio estructural.
Según la OCDE, la inversión en I+D+i en
industrias de la economía naranja es la más baja en el mundo. Estas industrias
naranja se ocupan más de aplicar de forma creativa una rama inmensa de
tecnologías intensivas en I+D+i. Por lo tanto, si las industrias de base no se
desarrollan, es imposible que las industrias naranjas puedan liderar el
desarrollo de la nación.
Al no tener un marco de política productiva y
de CTeI para transformar a largo plazo la dependencia de los commodities
minero-energéticos, es imposible que el PIB pueda crecer al 5 o 6 por ciento, como
también propone el candidato de Uribe.
También pretende establecer incentivos de
exención del impuesto de renta durante
cinco años a las empresas que generen empleos formales permanentes en industrias
naranjas. De llevarse a cabo, la propuesta provocará una proliferación de
nuevos emprendimientos de limitado valor agregado, tal como ocurre con las apps que impulsa el MINTIC. Al final, el
balance no será el mejor.
Duque prevé la creación del viceministerio de
Economía Naranja en el Ministerio de Cultura para
articular las acciones del Consejo Nacional de Economía Naranja y el Fondo Nacional
para el Desarrollo de la Economía Naranja. También propone crear Áreas de
Desarrollo Naranja (ADN), que articulen la inversión privada en espacios
para los negocios creativos (clústeres, coworkings,
etc.), con la renovación de los espacios urbanos que rodean los distritos de
los negocios.
Todas estas son acciones
necesarias para desarrollar una economía naranja sólida, pero solo tendrán impacto
positivo si hacen parte de unas potentes políticas de desarrollo productivo, de
innovación y emprendimiento. Sin estas políticas, la economía naranja de Duque será
una ilusión.
Así mismo, el
emprendimiento como uno de los tres conceptos central de su propuesta programática, es un decálogo de lugares comunes
que desconoce los factores por los cuales el emprendimiento no ha logrado
consolidarse en Colombia como un sistema promisorio de oportunidades
innovadoras que abra camino al surgimiento de una nueva generación de empresas
innovadoras. Y de la paz nada.
Gustavo
Petro: muchas ideas, pocas acciones
Las propuestas económicas de Petro son muy ambiciosas y en varios casos, radicales. Pero no se especifica a través de qué políticas, estrategias o programas las llevaría a cabo.
Como no supera el nivel de los enunciados, sus
propuestas tendrían dificultades en pasar de la mera narrativa a acciones
concretas de gobierno. Por lo tanto, es muy probable que una buena idea acabe en
una frágil aplicación.
Para dar un ejemplo, Petro propone lo siguiente: “Reindustrializaremos sectores
estratégicos como el metalmecánico, textil, informático, el transporte, la
producción de materiales para la construcción y de gestión integral de residuos
sólidos y líquidos, entre otros; fomentaremos el desarrollo científico y
tecnológico, así como la consolidación y la estabilización de pequeñas y
medianas empresas. Diversificaremos nuestras exportaciones (…), habrá mayor
educación y formación científica para producir y exportar bienes y servicios
inteligentes, rentables y útiles a la sociedad”
El candidato propone reindustrializar la economía, pero
no dice cómo hacerlo. Habla del sector metalmecánico, pero también de textiles y
salta al sector informático. Después, brinca al uso de tecnologías limpias en
transporte, a los materiales para la construcción y a la gestión integral de
residuos, sin contar cómo sería la acción en ciencia y tecnología, la
estabilización y el apoyo a las pymes, cómo diversificaría las exportaciones para
incluir bienes y servicios inteligentes.
Como ningún otro candidato, su propuesta hace
especial énfasis en el desarrollo sostenible. Petro menciona algunas acciones,
todas válidas, pero sin una política para desarrollar las industrias de las
energías alternativas y otras industrias y tecnologías de los nuevos negocios
ecológicos, como parte de la estrategia de reindustrialización de nuevo tipo.
A pesar de lo anterior, la propuesta que más se
destaca es transformar Ecopetrol en una empresa del conocimiento para el
desarrollo de energías alternativas, sin perjuicio de la extracción
petrolera durante la transición.
Sergio Fajardo:
educación y desarrollo productivo
El despegue de una economía productiva requiere de la formación de ciudadanos, trabajadores y empresarios que puedan aplicar su conocimiento en la actividad económica. Por eso Fajardo propone usar el conocimiento para potenciar la producción de alto valor agregado, la innovación en las empresas y la transformación de las comunidades.
En la medida que la
productividad aumente actuará como motor del desarrollo económico, generando
empleo de mejor calidad, mejores salarios, y oportunidades para nuestros
ciudadanos, trabajadores y emprendedores.
El candidato de la
Coalición Colombia propone tres ejes: la educación como clave para desencadenar el proceso; la sostenibilidad ambiental como sello para un desarrollo
económico sostenible; y los
Objetivos de Desarrollo Sostenible como referente principal para la fijación de
metas de gobierno.
A su vez, la propuesta
se agrupa en cinco grandes pilares: Desarrollo productivo. Política social. Responsabilidad económica. Plan de reactivación. Proyectos estratégicos. Por razones de
espacio, me ocuparé solo del primer pilar y de los proyectos estratégicos.
Desarrollo productivo
Hará más eficiente,
sofisticado y diversificado el aparato productivo colombiano; es decir,
mejorará la productividad de las actividades económicas existentes e impulsará
nuevas actividades. Si es así, la política de desarrollo productivo deberá: 1) apoyar actividades
que ahora jalonan las exportaciones, el empleo, los ingresos tributarios; 2) Apoyar actividades
de alto valor agregados que en los últimos años han empezado a consolidar un
posicionamiento internacional (naval, servicios de salud de alta complejidad,
por ejemplo); y 3) Impulsar las que
van a emerger como industrias avanzadas (sector aeronáutico), otras de la
revolución 4.0 y las energías alternativas. Será clave relanzar la industria
electrónica, sin ella el desarrollo de otros sectores avanzados será incompleto.
Estas tres grandes
ramas de bienes y servicios, deberán tener instrumentos de corte transversal y
otros específicos según sus características e impactos en la economía. Así es
la economía de la innovación para el desarrollo.
Con estos
criterios, se articularán los sectores productivos con los siete proyectos estratégicos
basados en educación, ciencia, tecnología, innovación, emprendimiento y cultura
(ECTIEC) y las agendas regionales de desarrollo productivo. La figura muestra
como desde el autor se puede leer la política de desarrollo productivo.
Para ello, el
presidente liderará directamente la agenda de cambio productivo y se reunirá
cada mes con el Consejo Nacional de Competitividad y de CTeI. El DNP volverá a
su vocación histórica como la entidad que lidera las prioridades presidenciales
en el gobierno.
Se fortalecerá el
Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación para crear
un potente ecosistema de innovación que apoye la investigación básica y
aplicada en centros de investigación y universidades, la transferencia de
tecnología al sector empresarial, la creación de empresas y su crecimiento y que
incentive el capital de riesgo e impulse la globalización de empresas y
tecnologías exitosas.
La política
productiva tendrá cuatro frentes para un aumento sostenido de la productividad.
Enfoque Territorial. Los gobernadores y
alcaldes, en articulación con el Gobierno Nacional, definirán e implementarán
las agendas productivas de sus territorios, y el presidente se reunirá una vez al año con cada una
de las Comisiones Regionales de Competitividad (CRC).
Sofisticación y eficiencia. El objetivo es una mayor
complejidad de lo que se produce y el aumento de la productividad de las actividades
económicas existentes.
Diversificación. Se propone el apoyo
y seguimiento a las empresas para que innoven y se expandan hacia nuevas
industrias. El fomento a la creación de nuevas empresas y a la entrada a nuevos
sectores es el motor de desarrollo del tejido empresarial y del ecosistema de
emprendimiento, el cual tendrá atención del Estado desde la creación, la
supervivencia en los primeros años y durante el proceso de crecimiento de las
nuevos emprendimientos. También en las etapas previas, como el incentivo a la investigación en
universidades y centros de investigación que apunte a desarrollar productos y
servicios con oportunidades de mercado. Es deseable que Innpulsa
se convierta en una agencia del estado como rectora de una política nacional de
emprendimiento.
También habrá un apoyo
al emprendimiento social y un paquete de apoyo
integral para la supervivencia en los primeros años de las MIPYMES (Estrategia
de Cero a Siempre Empresarial).
Exportaciones y comercio internacional. La política
comercial se enfocará en lograr mayor acceso al mercado global de los productos
y servicios que surjan de los esfuerzos de la política de desarrollo
productivo, lo que incluye la revisión de los TLC.
Proyectos
estratégicos: objetivos de país
Estos transformarán las
capacidades, el conocimiento y la riqueza cultural en oportunidades de
crecimiento sostenible y empleo de calidad. La definición de metas, el trabajo cotidiano
en la definición de objetivos, servirán como pedagogía para que la sociedad
pueda ver en la práctica y en la cotidianidad a científicos, emprendedores,
formadores, innovadores, como los protagonistas de la nueva página de Colombia.
Los siete proyectos estratégicos iniciales son:
·
Biotecnología;
·
Ecoturismo;
·
Energías renovables;
·
Economía digital e industrias 4.0;
·
Industrias culturales, artesanales y creativas;
·
Agroindustria;
·
Ciudades sostenibles.
Debería sumar las
industrias de salud (mejores servicios, más I+D+i, y nuevas empresas
innovadoras derivadas de emprendimientos más sofisticados y disruptivos) para
desarrollar industrias y servicios de
alta complejidad, que serían parte de un mejor servicio de salud para todos.
La política
económica y las acciones de la ECTIEC necesitarán un banco de desarrollo, que
debe discutirse junto con los otros miembros de
la Coalición, porque el acuerdo programático de la Coalición Colombia fue
definido por doce años.
A
pesar de que la propuesta todavía no incluye de dónde saldrán
los recursos para los siete proyectos estratégicos, ni cómo se aplican, es en
definitiva la propuesta más rigurosa, mejor estructurada, viable, inspiradora y
consistente de las tres.
Debilidades y fortalezas de los
tres candidatos
En Duque, la principal fortaleza
está en las propuestas de economía naranja, aunque sin una política de desarrollo
productivo puedan ser ilusorias. Otra de sus debilidades es la incertidumbre sobre
el
futuro del proceso de paz.
En Petro, la gran fortaleza es el
énfasis en materia ambiental y de sostenibilidad de las ciudades y el campo. Su
talón de Aquiles, como ya expliqué, es no especificar cómo llevará a cabo sus
propuestas en cuanto a políticas, estrategias y programas concretos.
En Fajardo, la principal
fortaleza es el énfasis en la educación y el desarrollo productivo con ECTIEC,
aunque deja todavía cosas para mostrar en el camino.
Tanto para Fajardo como para
Petro, la renovación del campo es muy importante. En Duque, el campo es
marginal y tiene escasas y ya conocidas acciones.
En Fajardo y
Petro la equidad está a lo largo de sus propuestas, en Duque son enunciados de
más de lo mismo.
Buen articulo. Gracias por el análisis.
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