Geopolítica de la economía de la innovación

INTRODUCCIÓN

contacto: jacostapuertas@gmail.com

El mapa geopolítico y geoestratégico global está cambiando de manera acelerada: Mundo multipolar. Fin de las hegemonías únicas. Redistribución del poder en el globo.

Ante la crisis del modelo económico de las grandes potencias de occidente, el surgimiento vertiginoso de Asia, el bloque de cooperación de los BRICS, el buen espacio que tiene América Latina desde la crisis del 2008, y porque en su territorio emerger - a pesar de crisis como la de 2016 - una nueva potencia global como Brasil, son realidades de una nueva geografía política y económica mundial, que a los países y a los ciudadan@s interesa conocer, discutir y construir.

Esta página es un espacio para conversar en torno el presente y el futuro de la geopolítica mundial, el rol geoestratégico de las economías emergentes dentro de la economía de la innovación, y el papel de América para construir nuevos espacios de integración en torno a un proyecto de desarrollo en la sociedad del conocimiento, siempre esquivo pero siempre inaplazable.

Edificio Central Binacional Itaipú. Obra de Oscar Niemeyer



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AMÉRICA LATINA Y LA IZQUIERDA QUE DEBE SER (II)


Esta reflexión no alude a la situación de Venezuela la cual solo sirve para un ensayo sobre la indignación y la estupidez que todavía es posible en América Latina.


Foto: Gabriele Siegrist
Los enemigos de la región no hay que buscarlos afuera. El estancamiento perpetuo de unos países y el constante crecimiento mediocre de otros, se han originado en las mismas naciones de esta parte de las Américas. Las disputas entre conservadores, liberales, socialistas, comunistas y alternativos, son superficiales, de matices, pues creen que defienden unas banderas que en la realidad no existen porque todos juegan en la misma cancha del capitalismo. Son una especie de sujetos funcionales de un poder superior difundido por el mundo.

Desde que cayó el muro de Berlín, y se acabó la Unión Soviética y desapareció la cortina de hierro en los países de Europa del Este, en el planeta solo existe un tipo de sociedad, la sociedad capitalista, como sistema absoluto con instituciones para todo lo que rige la vida ciudadana y de los estados. El capitalismo no es un modelo económico, es un modelo de sociedad, donde el individuo y la producción son el motor.

El mundo funciona bajos principios, leyes e instituciones de un capitalismo global. Rusia y China que no siguen al pie de la letra el modelo anglosajón de occidente, son sociedades y economías de mercado con marca propia, así China se defina como estado comunista.  

Los socialismos europeos son construcciones sociales de mercado que se pliegan a la tendencia de moda del capitalismo del momento. Los socialismos escandinavos son expresiones sociales superiores del capitalismo. Todo consecuencia del estado del bienestar creado luego de la segunda guerra mundial, algo que ha escala, debería hacer Colombia, como subyace en el acuerdo de paz. Ahora pensemos en América Latina, nuestra casa.

La izquierda latinoamericana en la transición del mundo 

En los últimos treinta años los gobiernos de izquierda han sido expresiones populistas o apuestas de un capitalismo social de mercado. Ninguno ha intentado, a nivel nacional o local, cambiar los modelos económicos en la era post soviética. Por el contrario, algunos cayeron en la corrupción o en gobernar para los grandes conglomerados empresariales con el fin de hacer más competitivas y más abiertas las economías al comercio y a las inversiones globales, eso sí, implementando políticas y programas para hacer mejor la vida de los más necesitados, e impulsar proyectos estratégicos para el desarrollo nacional de largo plazo.

Algunos gobiernos de izquierda han acertado, y los países han mejorado. Otros se han equivocado, y sus países son iguales o peores a la herencia que recibieron. Los que fracasaron dejaron abierto el camino a contrarreformas de la derecha que afectan a la clase media y a los más pobres, porque los ajustes castigan a los vulnerables. Los que han hecho bien o mejor las cosas, han dejado una mejor nación. Sin embargo, son débiles los pilares con los que gobiernan.

A la ultraderecha no le gusta que la izquierda maneje el presupuesto de la nación. Ella quiere manejarlo, recurriendo a las más espantosas fantasías ideológicas y a unas perversas estrategias de fake news, como sucedió en el golpe a Dilma, impulsado por partidos creados para tal fin, y por el PSDB (Temer y demás del golpe institucional), un partido aún más corrupto que el PT. Si el asunto era la corrupción ¿por qué Temer y Bolsonaro llegaron a cambiar las políticas estratégicas que Brasil tenía para convertirse en una verdadera potencia emergente? ¿Por qué Brasil tiene que menguar a los BRIC y abrazar a Estados Unidos e Israel, en vez de ampliar las alianzas como potencia emergente? Pelear con China y con Rusia es una bestialidad, incluso con la India, porque será otro poderoso gigante a la vuelta de pocos años, y por supuesto, estar en contra de Estados Unidos, no es sensato.

Una especie de nueva enfermedad es la derechización de la clase media, la de las grandes revoluciones. Se educaron y lograron crear espacios de trabajo y de emprendimiento, por eso está instalada en puestos estratégicos del estado, en el sector privado, en los organismos internacionales, en la educación, y en miles de miles de ONGs. La clase media es el corazón y el motor de toda sociedad moderna. Dado que los grandes conglomerados tienen enormes beneficios fiscales, y la población menos necesitada requiere de cuantiosas inversiones públicas, entonces, la clase media se siente amenazada porque las reformas tributarias y los subsidios a los pobres, en parte los termina pagando. Como no está dispuesta a discutir con quien le paga, se abalanzan en las urnas contra los que reciben lo que paga en impuestos. El triunfo de Bolsonaro se debió al voto de la clase media.

De esta manera, la sensibilidad, la conciencia, la inteligencia, el sentido social y la transformación de la sociedad, no lo abandera en este momento la clase media y con ello se pierden la inteligencia que puede desde el conocimiento, la creatividad y la participación, hacer los cambios que la sociedad necesita. Así las cosas, en vez de ser la fuerza de tracción para el desarrollo de los que menos tienen, el puente con el empresariado para que sea mucho más alta la productividad, y el gran transformador de la gestión del estado, se ha convertido en una fuerza poco interesada en hacer las reformas del estado para desarrollar las naciones. Incluso, la mayoría es opositora del mismo centro, con posturas y consignas que son verdaderas piezas de fanatismo. La clase media se ha vuelto superficial, se ha convertido en fuerza de la inmovilidad, y son víctimas de sofisticadas campañas de manipulación y mentiras, porque poco lee o lee mal.

En Brasil, OGlobo fue determinante en el golpe a Dilma. En Colombia, dos grandes medios pusieron a Peñalosa en la alcaldía de Bogotá con la amenaza de que si ganaba Clara López Obregón, al día siguiente Maduro gobernaría a Bogotá. Hoy OGlobo ya no es el mejor amigo de Bolsonaro, y una Bogotá desesperada espera el primero de enero del 2020 para que Peñalosa se vaya.

Además, la izquierda no tiene canales de comunicación propios, distintos a las redes sociales, pues no han creado medios propios, y porque los medios más poderosos no tienen una dimensión más amplia de la política, de las ideologías, de la democracia y de una sociedad más moderna, avanzada, plural e incluyente. No existe banco que vea con buenos ojos a la izquierda, incluso, ven con inquietud al centro. Ni creo que existan empresarios de izquierda, y pocos de centro. El discurso termina siendo irracional porque divide a la sociedad, crea barreras donde no debe haberlas porque todos defienden y viven en un sistema del mercado, porque al existir esas fuerzas que tensionan hace que algunos dogmáticos de la izquierda se vayan a la extrema zurda, generando conflictos con la extrema derecha, los cuales amenazan a todos, copan la atención de todos, desestabilizan las instituciones y bloquean la inteligencia en la construcción del futuro.

Así, la deformación del discurso político vuelve marginal los temas fundamentales de las sociedades latinoamericanas de estos días. Los consensos para desarrollar las naciones, proteger el medio ambiente, desarrollar la educación, la ciencia y la tecnología, transformar la estructura productiva para desarrollar la economía y así abatir la pobreza, la informalidad y la ilegalidad, disponer de una seguridad social de calidad y de cobertura absoluta, como la pensión para la mayoría o para todos, atender bien a los que tienen limitaciones en su condición física y cognitiva, desarrollar espacios para la creciente población mayor, se vuelven marginales, cuando deberían ser el centro del debate político e intelectual, para mejores políticas de estado.

El capitalismo mundial de los últimos treinta años está fracturado, creció exponencialmente, su ciclo de crecimiento y desarrollo de largo plazo que comenzó alrededor de 1962 terminó en 2012. Hay que rediseñarlo hacia una nueva dimensión de lo social, ambiental, del desarrollo, de la cultura, de la democracia participativa, y de la multipolaridad, porque la amenaza de grandes confrontaciones militares está a la vuelta de la esquina. El bloqueo a Irán puede ser el principio del fin.

El mundo y América Latina navegan sin rumbo. Los paradigmas desde las ciencias sociales, ya no responden. La nueva revolución tecnológica va a una velocidad inimaginable. Una nueva sociedad mundial debe emerger o la especie peligra, siendo latinoamérica la más amenazada por su ubicación en la zona caliente del planeta, y porque destruye los recursos naturales de manera suicida, por la manera irracional y superficial de entender el desarrollo.  
          
A donde debe ir la política en América Latina

Superar la trampa de izquierda comunista la cual ya no existe, porque el comunismo murió hace 30 años, y no tiene ninguna posibilidad de emerger si las sociedades hacen las cosas bien. Los peligros nacen y penetran cuando los estados, los partidos y la dirigencia hacen las cosas mal. 

El discurso social que promueve la izquierda no es insuficiente, porque su concepción murió hace treinta años. Lo social no solo tiene que ver con mejorar las condiciones básicas de los que menos tienen, los paradigmas tecnológicos emergentes, y los problemas y desafíos de las nuevas realidades globales, son inmensamente complejas, sistémicas, desafiantes y emocionantes, por eso existen las teorías de la complejidad. Generar riqueza no es malo, lo malo es que quede en pocas manos. Ahí se desbarata la democracia y el estado social de derecho, y no emerge una idea revisada del bien común. Todo lo anterior, de derecha, de centro o de izquierda, ha muerto, así siga ahí.

Si las asombrosas nuevas tecnologías digitales derivadas de la electrónica se usan bien, pueden ser una herramienta para un cambio global positivo, porque nuevas tecnologías para viejas sociedades es una contradicción. Genera deformaciones, incrementa las diferencias y las brechas de todo tipo. Los emprendedores de estos días deben ser revolucionarios tecnológicos y agentes políticos y sociales de cambio. Nuevas tecnologías, nuevos emprendedores, nueva política, nueva sociedad.     

La posibilidad intelectual de la inteligencia es poder entender, pensar y construir más allá de la dimensión sectorial de la especialización de cada iniciado. Depende del campo de actuación de cada ciudadano, su mirada debe ser amplia y de una capacidad ilimitada de conectar temas en una dimensión casi que infinita. Esto es válido en tres ámbitos: en la educación y en la investigación; en la planeación y gestión de largo plazo de los estados; y en el sector privado.

Este último tiene una responsabilidad enorme, porque la sociedad y la economía están hechas para las organizaciones. Las empresas deben ser ejemplo de ética, de innovación, de productividad, y de inteligencia para el bien común. El enfoque mediante el cual el negocio es lo  más importante, no es funcional a las organizaciones del futuro. 

Todo esto y mucho más debe ser el discurso de la izquierda si es que realmente quiere ser una opción duradera y de cambio positivo sin los sesgos ideológicos del pasado. La izquierda debe pactar con la sociedad que no llegará a destruir lo que está bien construido, que hará transformaciones para hacer sociedades más avanzadas en todas las dimensiones, y también los poderes deben comprometerse a no socavar los cambios positivos.

El centro debe decidir qué tipo de centro quiere ser. Hoy es una especie de la nada, que a veces le da la mano a la izquierda y luego la quita, otras veces a la derecha, y luego la esconde, y al final funge como actores en la nebulosa porque su discurso no se ancla en nada. En sociedades conservadoras, el centro termina siendo derecha.  

En síntesis, el desarrollo del pensamiento latinoamericano debe ir a las fuentes de la historia, a las necesidades del presente, y a los desafíos del futuro, para construir culturas que podrían conformar una nueva civilización. La izquierda debe entender esto, y la derecha latinoamericana debe aprender de líderes como Angela Merkel, porque Bolsonaro, Macri, Uribe, están lejos de la visión de la líder de Alemania. 


¿AMÉRICA LATINA SE DESINTEGRA? (I) 

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Foto: Gabriele Siegrist
Como nunca antes desde que se acabó el periodo de las dictaduras, la región ha estado tan desintegrada como ahora. El desarrollo económico y social latinoamericano ha tenido esporádicos y fugases abanderados de distintas corrientes políticas e ideológicas que han gobernado, sin embargo, no han logrado convertirlos en proyectos nacionales duraderos, por eso, los sueños de hacer de éste subcontinente el mundo del futuro, desparecieron hace cinco décadas cuando empezaron a emerger las entonces subdesarrolladas economías asiáticas.

Asia es ahora un continente de naciones avanzadas o emergentes, será el poder del mundo antes del 2050, mientras tanto, América Latina se perpetúa como espacio de atraso, inequidad e inestabilidad, con excepción de unas pocas economías emergentes nacientes, como Chile y Uruguay, la mejoría relativa de Ecuador, Perú y Bolivia, y de unos cuantos espacios subnacionales en distintos países. 

Brasil, el gigante que hace pocos años tuvo liderazgo internacional, ahora se comporta como uno más de la periferia de Estados Unidos, sin entender que éste ya no es el hegemón del mundo, y antes de la mitad del siglo será uno de los dos, de los tres, de los cuatros o de los cinco centros del poder mundial, según desde donde se mire: la economía, la política, el poder militar, el desarrollo tecnológico, o el medio ambiente.

Sin embargo, aprendiendo de la experiencia de la Unión Europea, América Latina ha intentado distintos procesos de integración. Unos como mecanismos de estudio y de orientación para el desarrollo, como la CEPAL y algunos más, y otros como instancias intergubernamentales pero no supranacionales de integración, por eso ni el Mercado Común del Sur –Mercosur-, constituido por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay; ni la Comunidad Andina de Naciones -CAN-, conformada por Bolivia, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú, se lograron consolidar como bloques hacia un desarrollo avanzado. Tampoco la Comunidad de Estados del Caribe ni el Sistema de Integración Centroamericana, SICA. La vieja integración del siglo XX solo sobrevive.

En este siglo surgieron nuevos procesos: la Unasur, liderado por Brasil pero con más exposición de la Venezuela de Chávez; la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América con el fin de impulsar el mal llamado socialismo del siglo XXI). De esto, poco o nada queda.

Surgieron luego la Alianza del Pacífico, por iniciativa de México, Colombia, Perú y Chile, para contraponerse a la Unasur, hacer contrapeso al Mercosur y tener presencia en la Cuenca del Pacífico, sin embargo, a López Obrador el enfoque que tiene esta alianza poco lo inspira. Y acaba de nacer Prosur para enterrar la Unasur, aislar a Maduro y respaldar a Guaidó. No obstante este portafolio de aventuras comunes, cabe recordar que la integración hace parte de su ADN desde cuando logró la independencia.

Entonces, la integración ha dado tumbos, ha sido intermitente, inestable y manoseada por las coyunturas políticas. Las “razones” ideológicas, un día de derecha, otro día del centro, y otro de izquierda, la hacen avanzar, retroceder o desaparecer. Es como si la Unión Europea se transformara tantas veces como tantos son los vaivenes de las temporales hegemonías políticas de derecha, socialistas o socialdemócratas. El Brexit tiene a la Europa en vilo, cuando Venezuela se fue de la CAN y lo echaron del Mercosur, pocos se sintieron aludidos. 
Sin embargo, lo peor de estos días es la manera como Brasil, por culpa de una profunda crisis institucional, dejó de ser una nación de relevancia internacional que jalonara a América Latina o a Suramérica a un desarrollo superior, pues estaba destinada a convertirse en el año 2030 en la cuarta economía del planeta. Ahora es un gigante recogido, apagado, desorientado y entregado, que socavó a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para plegarse a Trump y abrazar a Netanyahu, es decir, cambió el futuro por las peligrosas aventuras del presente. Patética la manera como Bolsonaro, en bandeja de papel, entregó a su país a Trump, al tiempo que Temer iba a la cárcel, y Lula batalla por una libertad ante una sentencia que hasta ahora no muestra pruebas, sin que esto constituya argumento para desconocer la monumental corrupción del PT y de los demás partidos.

Mientras tanto, Colombia plegada a Trump, sin entender los nuevos equilibrios, las nuevas narrativas mundiales en construcción, y la redistribución del poder geopolítico y geoestratégico global. Argentina, sin trascendencia, porque está en un nuevo ciclo de sus crisis económicas de cada diez años. Y México, por su tratado de libre comercio con Norteamérica está a espaldas de Latinoamérica, pero lidiando con los emigrantes centroamericanos que se abalanzan sobre los muros de Trump, y con un narcotráfico funcional a los millones de consumidores en Estados Unidos.          

Así las cosas, ésta América que nos vio nacer anda como satélite perdido en el espacio. Si no fuera por la indignante y vergonzosa crisis de Venezuela, por la paz de Colombia y la contra paz de Uribe, el suicidio de un expresidente de Perú por culpa del cartel de Odebrecht, y las genialidades de Messi, este lado de la esfera no existiría para nadie. Es una especie de tierra del olvido.

América Latina no tiene un proyecto común, no tiene iniciativas estratégicas conjuntas, no ejerce liderazgo internacional en ningún tema clave, no sabe leer la nueva geopolítica mundial ni los nuevos factores geoestratégicos de la tecnorevolución en marcha, ni las nuevas narrativas en construcción, ni crea discurso, ni defiende los recursos naturales para mitigar los impactos de la destrucción climática y defender la vida, porque Brasil y Colombia acaban sin piedad con la Amazonía, y las ricas llanuras argentinas son fumigada por Monsanto. Unas pocas naciones, algunos eventos y acciones aisladas positivas en distintos campos, la tienen agarrada de un borde en el universo, pero nada más.

EL MUNDO, LA OCDE Y COLOMBIA


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Foto: Gabriele Siegrist
En febrero de 2019, el Centro para el Desarrollo de la OCDE, entregó al gobierno nacional el informe de recomendaciones para la Política de Desarrollo Productivo (PDP en adelante). La entrega del estudio coincide con la entrega al Congreso de la República del Plan Nacional de Desarrollo (PND en adelante) 2018 – 2022, para su revisión y aprobación.

La OCDE hace recomendaciones valiosas, algunas de las cuales aún no se constatan en el texto del Plan, y por eso es importante recabar en ellas, porque si no el pacto por el emprendimiento y la productividad y su relación con otros pactos sectoriales o transversales (como se conocen en el texto), y con los pactos regionales, tendrá problemas de consistencia, viabilidad, aplicación, coordinación e impacto. 

Las recomendaciones de la OCDE se enmarcan en el estado del arte de la buena teoría del desarrollo y de las políticas implementadas por países desarrollados y por economías emergentes inteligentes. Con énfasis singulares, porque no hay dos naciones iguales, todas han hecho fundamentalmente lo mismo: visión de largo plazo, estado emprendedor, focos estratégicos en las políticas productivas y de ciencia y tecnología para soportar el cambio estructural sostenido de la especialización, y medidas macroeconómicas flexibles para financiar el desarrollo. 

Curiosamente, a pesar de la teoría y de la evidencia de las buenas políticas de los países más adelantados en materia de productividad, conocimiento, innovación y emprendimiento, Colombia sufre de una especie de atrofia mental para entender y aprender de las buenas prácticas, porque son temas reiterados como recomendaciones de todos los estudios y evaluaciones  de extranjeros sobre la economía colombiana, y de la insistencia que hemos hecho algunos analistas nacionales.  Es una curiosa actitud contra el sentido común para superar las seis C de su persistente rezago: corrupción, crecimiento mediocre, cocaína, criminalidad, competitividad y mirada de corto plazo.

1. Desarrollo y paz. En los últimos 75 años, muchos países avanzados y emergentes vienen de guerras devastadoras o de conflictos internos inmisericordes. Esas naciones asumieron el desarrollo como la mejor estrategia para superar los impactos de la barbarie. A Colombia le falta esto. La resistencia a la paz de una parte de la población para cumplir con los acuerdos, hace que Colombia no pueda sacar la cabeza de esa interminable saga de violencia, atraso y debilidad institucional. Una nueva confrontación entre el SI a la paz y el NO a la reconciliación está en marcha, por la resistencia a darle vía libre a la JEP (justica especial de paz), con el fin de solapar el genocidio de los falsos positivos que fue el aporte de la guerra de Colombia a la historia de la maldad de la humanidad, porque las demás formas de una terrible barbarie, ya las había vivido el país en la violencia de la mitad del siglo XX y el mundo desde hace siglos. Con una situación permanente de guerra latente, será imposible que Colombia adquiera la serenidad y la tranquilidad de pensar y construir creativamente su desarrollo de largo plazo.

2. Proyecto de nación y políticas de largo alcance. Esta es una de las más importantes alusiones de las recomendaciones de la OCDE. Los países desarrollados y los emergentes inteligentes, tienen proyectos nacionales de desarrollo de largo plazo. En consonancia, disponen de políticas, de estrategias y de programas, con visión y acciones de mediano y largo tiro. En ese contexto, los estímulos económicos del estado no son el objetivo principal de la política económica y de los empresarios, por eso las reformas tributarias son estructurales y no efímeras como en Colombia.

En economías superiores, el objetivo principal son las políticas de desarrollo y los acuerdos con las empresas en torno al cambio en la especialización, el conocimiento, la innovación, el emprendimiento, la propiedad intelectual, las empresas nacionales, y las autonomías regionales, es decir, los arreglos institucionales que permitan corregir fallas del mercado y del estado en pro de la productividad. A partir de ahí aparecen en las mesas de concertación, entre estado y empresas, los incentivos económicos. Ahora bien, los incentivos que hicieron viable el desarrollo de la electrónica, de otras industrias y sectores antes de 1990, ya no se pueden aplicar, y han sido sustituidos por incentivos dirigidos a financiar la formación de recursos humanos, la inversión en I+D+i, las nuevas actividades productivas, el emprendimiento, la propiedad intelectual, y el desarrollo regional. Por esa vía, y no por otra, se logra la legalidad y la equidad.

3. Política de desarrollo productivo sin focos estratégicos. Entonces, al no tener Colombia un proyecto de nación, y por ende políticas de largo plazo, las actuales políticas no tienen focos o misiones estratégicas para orientar por sendas claras el desarrollo futuro. La experiencia en el mundo y en la OCDE, indica que los países que van adelante disponen de orientaciones productivas estratégicas en las políticas industriales y de CTeI, a la vez sincronizadas en sus enfoques y propósitos que les permite conformar potentes sistemas nacionales y regionales de desarrollo productivo y de innovación.

En el Plan Nacional de Desarrollo se comete el error de asignarle al estado, a través del gobierno nacional, el carácter de mejor regulador posible para generar condiciones iguales para todos los agentes del mercado, porque desde el nivel nacional no se quiere adoptar ninguna decisión de discrecionalidad sectorial, o de misiones productivas estratégicas, y de un estado emprendedor, porque la decisión de escoger sectores o actividades promisorias se las deja a las regiones.

En este sentido, cuando se mira en el texto del Plan los pactos regionales y sus apuestas productivas, seguramente obedeciendo orientaciones del Ministerio de Comercio Industria y Turismo en el gobierno anterior, y acogidas por el actual gobierno, de ahí no se pueden extraer elementos robustos para concertar decisiones que conduzca a identificar focos o misiones estratégicas para el nivel nacional en la PDP y en la de CTeI. Todas las apuestas regionales dicen agricultura, agroindustria, turismo, textiles, confecciones, cuero, y algunas otra industria, pero no aparecen por ningún lado las industrias aeronáuticas, aeroespaciales, la salud, las energías alternativas, la electrónica, los sistemas de movilidad (salvo la región del Eje cafetero y Antioquia), las industrias 4.0, y otras más. Es decir, las apuestas de las agendas regionales se centran en el 15% del PIB con sectores estancados o de bajo valor agregado (turismo, por ejemplo), y no del 15% en surgimiento y crecimiento, como sería en industrias y servicios avanzados.

Como dice la OCDE en su informe, esto obedece a la metodología de escoger a corto plazo productos con base en la demanda del comercio internacional. Así, la tasa de crecimiento proyectada para incrementar un 6% anual las exportaciones manufactureras, es baja, dejando a la economía colombiana a expensas del fracking. Una especie de segunda Venezuela.  La OCDE recomienda que la meta debería ser de al menos un 10% anual, que es una tasa decente, prudente, cuando se trata de impulsar nuevas industrias, nuevos servicios. En el estudio que hice para ACIEM donde se miró el crecimiento de largo plazo de la industria electrónica en 50 años, esta tuvo largos periodos de crecimiento en las exportaciones de los países que decidieron promoverla (alrededor de 50, donde no está Colombia), superiores al 15% y hasta el 20% anual. Ahora su promedio mundial de crecimiento está arriba del 10%. Todas las industrias altec crecen desde hace 30 años, a tasas del 8, 9, 10 o más de promedio.      

La OCDE también recomienda que la PDP de Colombia debería tener focos estratégicos, con un gran fondo de desarrollo. Por no tener focos o misiones orientadoras, es que existen tres fondos que absorben la mayoría de recursos: agricultura, becas doctorales, y fondo de regalías para ciencia y tecnología, los demás son fondos sin fondos. Esto es por culpa del absolutismo de las políticas transversales, que a su vez genera un universo inmenso de instrumentos dispersos, muchos desconocidos, opacos y duplicados, como también lo indica el estudio del Centro de la OCDE. Ese portafolio inagotable de instrumentos, los han traído los organismos internacionales, o cuanto efímero tecnócrata pasa por el estado. De esa manera la coordinación institucional, que es otra de las condiciones del desarrollo en el mundo y en las buenas prácticas de la OCDE, Colombia no lo ha logrado en el nivel central y solo en pocas regiones.      

4. Desarrollo productivo con una educación, una ciencia y un emprendimiento difusos

Al tener problemas en todo lo anterior, la educación queda navegando en espacio vacío, sin saber en qué y por qué debe impulsar y mejorar los programas, y la ciencia y la tecnología en qué áreas tecnológicas concentrar los mejores esfuerzos, y así también el emprendimiento tampoco tiene respaldo sectorial promisorio para start ups y spin off disruptivos.

En el mundo avanzado y en la OCDE, la articulación entre producción, conocimiento, investigación y emprendimiento, con base en focos estratégicos - que van cambiando o ajustándose cada cuatro, cinco o seis años -, está en la orden del día, y eso les permite construir sólidos sistemas de desarrollo productivo y de innovación.  En Colombia esto no ocurre, por eso el rezago en los indicadores internacionales de educación, ciencia, innovación, emprendimiento, es evidente.

Siendo el emprendimiento uno de los tres pactos estructurales del PND 2018 – 2022, es necesario corregir los aspectos referidos, para que las buenas intenciones y la necesidad de impulsar una cultura empresarial avanzada, y lograr las ambiciosas pero posibles metas, se hagan realidad.

Recomendaciones para el Plan Nacional de Desarrollo

Darle un marco de largo plazo al Plan, para que sea el avance a un proyecto nacional de desarrollo de largo aliento, que deberá ser un objetivo principal del próximo gobierno nacional. Las 1666 páginas del Plan, que parece un número esotérico o el título para un cuento, no tiene un comienzo conceptual robusto que invite a su lectura.

El Plan está cerca de tener focos o de misiones estratégicas. Dice que se impulsarán las industrias naranjas, las industrias 4.0, la agricultura, y alude de manera tímida a las manufacturas avanzadas. No obstante, a partir de ahí se está cerca para hacer un ejercicio inteligente de especialización estratégica del nivel nacional, el cual deberá estar listo en este 2019, junto con las políticas de ciencia y tecnología y de emprendimiento.

Las apuestas productivas de los pactos regionales sirven poco para el propósito anterior. Si desde la nación ya se perfila una especialización más orientada, entonces, un nuevo ejercicio con las regiones es necesario, adoptando una metodología que apunte al largo plazo, recogiendo y haciéndolo con las Comisiones Regionales de Competitividad Ciencia, Tecnología e Innovación (CRCTI), los cuales, de paso, son un club de conversación, porque no tienen herramientas de ejecución.

Se recomienda reemplazar productividad por competitividad en el nombre de las políticas y de los instrumentos. Creo que la idea per se que sobre valora la competitividad,  se volvió un discurso atrofiador, pobre, sin ambición, en el cual ya nadie cree ni quiere luego de 30 años de uso, abuso y al final poco, porque privilegia el presente y relega el futuro. Colombia cedió en los TLC los sectores del futuro por culpa de la competitividad, mientras los países avanzados tienen en el frente de los conceptos y de los objetivos, la productividad.

Los pactos transversales son lo mejor del Plan, y ahí está parte de la idea de unos focos estratégicos inteligentes para el desarrollo de la producción, del conocimiento, de la innovación, el emprendimiento, y la equidad.

En el Plan se dice que el presidente de la República estará siempre atento y hará presencia en la evolución de la PDP y de CTeI, a través de la Alta Consejería en cabeza de Carlos Enrique Moreno, que fungirá como una instancia superior de coordinación, lo cual es una buena cosa, no solo por su capacidad, sino porque los presidentes deben estar al frente de la agenda por la productividad durante unos años, mientras los otros actores cogen la rienda.



Próxima columna: La maldición del petróleo en Venezuela, Colombia y Brasil.




Bolsonaro y la nueva tragedia de América Latina

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El expresidente Lula se equivocó cuando esperó hasta última hora a ver si sucedía un milagro jurídico que lo sacara de la cárcel y le diera la presidencia. Debió renunciar a la candidatura tres meses antes para que Haddad y Manu hubieran tenido tiempo de adelantar una campaña más propia, autónoma, distinta, como al final terminó siendo, aunque tarde. Las expresiones de amor, alegría, afecto y de ideas que hicieron a través de la música, la poesía y la defensa de la democracia, en respuesta a la infamia de los Bolsonaro Fake News, posiblemente hubiera logrado ganar si Lula no hubiera esperado el milagro que nunca llegó porque dependía de que alguno de sus enemigos políticos diera un giro jurídico imposible, pues las nubes que obscurecen a Brasil y a la región son cada vez más espesas, grises y extendidas que podrían convertirse en balas de granizo. 

En Brasil, Ciro Gómez, en Colombia, Sergio Fajardo, como expresiones del centro, se fueron en blanco y con ello despejaron el camino a Bolsonaro y a Uribe, creyendo que unos malos gobiernos les darán la presidencia en el 2022, porque de la izquierda se encargarán magistrados y jueces por la politización de la justicia, y hasta contralores corruptos. Los malos cálculos de los egos políticos se llevan por delante a las naciones. Ni uno ni otro serán presidentes de Brasil y de Colombia porque sus posturas como “fuerzas alternativas” obedecen a criterios que no responden a la necesidad de repensar profunda y creativamente los dos países y también América Latina.

En Brasil, Haddad no felicitó a Bolsonaro por el triunfo, en Colombia, más parecido a un partido de fútbol, que a una decisión donde está en juego la democracia, los perdedores siempre felicitan al ganador, y a eso lo llaman despolarización, reconciliación, actitud democrática, defensa de las instituciones. De ahí que, también las derrotas, salvo la del plebiscito por la paz (tristeza que no pasa por culpa de Santos), las demás derrotas se celebran como victorias, caso de la consulta anticorrupción o de la izquierda disputándole por primera vez la presidencia a la derecha. Cuando un pueblo festeja las derrotas nunca logra la victoria.

En el gigante del fascismo del siglo XXI es inverosímil la imagen de un convoy del ejército festejando el triunfo de su “capitán” en las calles de Niteroi. O de una bolsonara diputada catarinense ordenando a los estudiantes hacer videos de los profesores dictando clases para controlar todo impulso ideológico distinto al del fascismo. Brasil ha inaugurado en los últimos dos años dos adefesios antidemocráticos: un golpe de estado institucional, y una dictadura por decisión de las mayorías. Esta cara antidemocrática, también tiene en la otra cara, la imagen de la Manu, formula de Haddad a la vicepresidencia, como abanderada del partido comunista de Brasil, con bandera roja, martillo y hoz, como si el mundo no fuera otro desde hace 30 años. Cuando vi esa imagen en las manifestaciones, dije "el triunfo es imposible porque le da más fuerza a Bolsonaro". La Manu es inteligente, exitosa, carismática, amorosa, joven y bella, aunque equivocada en su fundamento ideológico. Lástima. 

Además, el triunfo de Bolsonaro acabará de menguar la unidad de los BRICS, y por descarte quedará alineado con los Estados Unidos y Europa. Es decir, Brasil, con Temer y ahora con Bolsonaro inaugurará la figura de "potencia emergente en el patio trasero", y de paso nada hará para restaurar la integración regional, por el contrario. Entonces, Bolsonaro romperá la geopolítica mundial y tratará ce convertirse en el gigante abanderado de la ultraderecha del siglo XXI en los países emergentes.        

Lo anterior, al final solo son anécdotas de lo que acontece en la política latinoamericana, que no son pasos adelante son pasos atrás. Ni por la izquierda ni por la derecha ni por el centro, encuentra el rumbo. Argentina fracasa con todos los matices políticos. Perú igual, aunque allá las instituciones y la justicia funcionan más que en los otros países (presidentes destituidos, prófugos o presos). En Ecuador y Bolivia, Correa y Evo quisieron quedarse más tiempo cuando sus gobiernos fueron de suma positiva.

Colombia, es la otra misma cara de la ultraderecha brasilera: poco respeto a los derechos humanos y al medio ambiente, no hay proyecto de desarrollo económico y social de largo alcance, la cultura es un factor del desarrollo que no está en su imaginario, la inteligencia y por tanto la educación y la investigación científica tampoco son su prioridad.

Chile y Uruguay son lo único realmente rescatable y admirable, porque Venezuela, Nicaragua, Honduras, incluso, Panamá, lavandería de muchos, y otros de Centro América y el Caribe, son estados fallidos.  México al final le dio la oportunidad a López Obrador, con desafíos titánicos que ojalá saque adelante.

Al final, todo parece estar en cuestión en la región. Como si el pensamiento hubiera fracasado, la política también, la idea de desarrollo y de equidad igual, y la integración ni para qué hablar. Las ideas liberales, social demócratas, socialistas, verdes, y los conservadores moderados, han sido superados por un fascismo tropical. 

Encontrar el nuevo camino es un reto descomunal para la clase política, para los mega capitales de unos estados capitalistas corporativistas que se asemeja a una especie de estados del mercado y no del bien común, y una obligación para intelectuales, investigadores, emprendedores y trabajadores, porque sus marcos conceptuales y de acción se quedaron cortos.

Asia encontró el camino, otros países de la antigua órbita soviética, también, pero no América Latina. Una especie de continente fallido, con pocas islas que son la excepción y la ilusión.      



BRASIL ¿CUÁL FUTURO LUEGO DEL GOLPE?

Este artículo analiza al final lo que aconteció y lo que vendrá para Brasil

foto: Gabriele Siegrist
“Impeachment en Brasil es liderado por políticos corruptos”. New York Times

“Una tragedia un escándalo”. The Guardian

Cuando Brasil salió hace dos meses a las calles a protestar contra la corrupción, se creía que era un movimiento limpio, independiente, estructurado desde las redes sociales, poco contaminado de la oposición política, aunque manipulado por los medios abiertos opositores al gobierno. Los personajes, el juez Moro y un grupo de procuradores muy bien formados y desde hace años en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, las pesquisas contra la Presidenta nunca lograron vincularla directamente con un hecho penal concreto, por eso el proceso de impeachment gira en torno a la supuesta manipulación de las cuentas fiscales del año 2014, práctica que ha sido común en gobiernos de ese y de otros países.

Pero, la razón ciudadana era contundente. Infinita corrupción en Petrobras, uno de los gigantes del petróleo mundial. Políticos y empresarios unidos en una inmensa red criminal agravada con la caída de los precios del petróleo.  Entonces, coincidieron corrupción y crisis internacional de los commodities, por lo tanto la economía entró en una fase de decrecimiento estimulada por una crisis de desconfianza ciudadana y del mercado, arriesgando los logros que lo convirtieron en modelo social de suceso mundial.

Por supuesto que la sal cayó primero en los gobiernos de Lula y de Dilma, por ser el PT agente principal del tráfico de corrupción entre empresas y política, pero el fenómeno es transversal al sistema político, y pronto quedó en evidencia que quienes pueden reemplazar a Dilma, están signados de corrupción, o ligados a las manos negras de los años de la dictadura. Entonces, la vacuna puede ser peor que el virus, pues es evidente que la clase política intentará obstruir la acción de la justicia. De esa manera, la negociación de la oposición apunta a la retoma del poder para neutralizar la acción de los jueces.

Zizza Limberti
Ojalá estos no queden a un lado del camino, porque el problema ahora está en manos de los políticos, los cuales harán lo imposible para no ir a la cárcel y  proteger al sector privado implicado. La protesta de la oposición ha mostrado al mundo que es por la retoma del poder, por ideología e intereses económicos, dejando caer la bandera contra la corrupción y la defensa de la democracia.

El acto de la Cámara de Diputados donde se votó el proceso de impeachment, fue vergonzoso. Los diputados debieron votar en silencio, no hablar 15 segundos para decir que lo hacían “por la verde amarilla, por su mujer, por su marido, por sus hijos, por sus padres, por sus abuelos, por sus hermanos,  por sus amigos, por los vecinos, por Dios, por la virgen, por los santos, por el diablo, por sus amantes”. Espectáculo deplorable, cuando estaban decidiendo por la democracia y la moralización. Una profunda decepción de una cultura humanamente maravillosa, aunque políticamente errada. El mundo se dio cuenta que detrás de todo hay un propósito político perverso que solapa el propósito político ciudadano: “no más corrupción”

Brasil es esperanza y referente para América Latina. Potencia emergente. Por eso la crisis institucional y del sistema político es una crisis del Estado, y no puede superarse con más corrupción. La protesta social debe continuar e incrementarse, porque las instituciones, la política y la democracia están por encima de la economía. 



Las decisiones de la Cámara de Diputados y del Senado, fue el principio, no el fin. La conciencia ciudadana puede reaparecer, obligar al Senado a no votar el impeachment, pactar una gobernabilidad sin abandonar el rescate institucional, dejando actuar a la justicia porque la polarización se torna funcional a la corrupción, proyectar el futuro político para el siguiente proceso electoral, y vivir plenamente con el mundo sus juegos olímpicos. El proceso de impeachment fue fraudulento, ilegal, manipulado y corrupto por eso un grupo de Diputados y Senadores que estuvieron en principio a favor del impeachmente ahora ya no lo apoyan con lo cual se abre el camino para el retorno de Dilma a ejercer sus funciones como presidenta.
  

Brasil precisa conversar (Drica Guzzi). Brasil no andará para atrás (Maya Messina). Usar narrativa de golpe no ayuda a Brasil a madurar políticamente (Carolina Ferrés) pero tampoco la narrativa del impeachment que ampara la corrupción. En red podemos todo (Liliam Silva).


Brasil tiene la oportunidad de mostrar porque puede ser una potencia que contribuya al equilibrio de la geopolítica global, a la distribución de factores geoestratégicos de desarrollo a escala planetaria, a la reinvención de la democracia y al enaltecimiento de la política. Debe salir a la rua contra la corrupción y por un mejor modelo de desarrollo, pero jamás contra la democracia, que no solo en Brasil sino en el mundo debe reinventarse ¿Cómo es posible un país con 25 partidos políticos?  Democracia prostituida. Así está la “democracia representativa” en todas partes. Colombia tiene ¡12 partidos!. Estados Unidos tiene a un extrafalario disputando la presidencia. Perú, entre la herencia de una dictadura y un ortodoxo economista conservador de los años 1990. Argentina, sale maltrecha del populismo de izquierda para refugiarse en el neoliberalismo del FMI y entregarse al juego geopolítico de Estados Unidos en el continente. Venezuela, irracional. Panamá y el Caribe, paraísos fiscales i–legales. Chile, sufriendo los efectos sistémicos de largo plazo de una economía extractiva. Ecuador contra la pared por la dolarización y por el terremoto. Colombia, encontrando la paz pero arrastrando una desindustrialización sin proyecto productivo y de innovación de mediano y largo plazo, con pasmosa corrupción difundida y el narcotráfico en una nueva ola expansiva.

A diferencia de Colombia, el país donde nada pasa, en Brasil la gente está participando en las calles, plazas, medios y redes, lo mismo en Venezuela. Entonces, mientras la ciudadanía tenga conciencia y actúe, hay esperanza, porque decidirse es necesario y significa sociedad en movimiento. Pero no movilizarse, es como ver la muerte de frente y dejarla venir sin hacer nada. 

Manifestación del movimiento Brasil Pais Libre apoyado por el PMDB y el PSDC con financiación de un sector empresarial

Manifestación de apoyo a Dilma Rousseff y contra el golpe de estado
América Latina se encamina a otro siglo de atraso porque está encadenada a una idea de economía extractiva y de maquila, derechas e izquierdas culpables, y en torno a ellas se han creado instituciones débiles, con sistemas políticos, económicos y de ciencia, tecnología e innovación, precarios, desiguales y dependientes. 
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El GOLPE

La clase política tradicional decidió al final abrir juicio político a Dilma. Temer, que más parece en su figura a la de un capo italiano del viejo Chicago, asumió la transición con un juicio a sus espaldas por corrupción, lo mismo que el 60 o 70% de congresistas que votaron a favor del impeachment. 

Hay varias razones en lo que sucedió: 


  • la corrupción en el PT fue razón y pretexto porque toda la clase política está corrompida; 
  • la necesidad de blindarse de políticos y empresarios por el Lava Jato; 
  • frenar un posible nuevo gobierno de Lula ante la necesidad de retomar el poder del estado de una economía gigante;
  • desorientar el proceso a la última etapa para alcanzar el desarrollo de la nación, por lo cual también hay factores geopolíticos y geoestratégicos en todo lo que ha acontecido con la caída de los precios de los commodities y de esa manera quitarle oxigeno a la emergencia de una nueva potencia mundial;
  • una presidenta que si bien ha cometido errores de gestión, es una mujer honesta que por su condición de mujer y de honradez no era funcional a un sistema político mafioso y sin conciencia nacionalista.    

En síntesis, parece increíble que un país como Brasil se haya prestado al juego de la nueva modalidad de golpes de estado en América Latina. Pero queda claro que todo el sistema político, empresarial y académico de la región está perdido, y la ciudadanía aun más extraviada. América Latina una especia de proyecto fallido.   



ECONOMÍA DE LA INNOVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA EN ECONOMÍAS EMERGENTES. Ensayo


Una versión ampliada fue seleccionada  para ALTEC 2015, celebrado en la ciudad de Porto Alegre en octubre 22 y 23. 

Próximo ensayo: Regiones de Innovación en economías emergentes incipientes, fue seleccionado para IAMOT 2015, efectuado en Pretoria Sudáfrica.

Resumen

Los sistemas nacionales y regionales de innovación necesitan de un marco de política de desarrollo productivo para la transformación productiva, en ese contexto, según la pertinencia y profundidad de la política, resulta la consistencia de los sistemas de innovación. A su vez, la solidez de estos depende de la calidad de la política de ciencia, tecnología e innovación. La relación entre desarrollo productivo y CyTI resulta en procesos más profundos de innovación en la producción y en la sociedad, de cuya interrelación surgen los sistemas de innovación, que impactan la productividad, el incremento de las exportaciones de alto valor agregado, y reduce el desequilibrio de la canasta tecnológica.

Introducción

La construcción de sistemas nacionales de innovación no son instrumentos neutros que se conciben y aplican para producir resultados iguales a supuestas condiciones iguales como lo plantean los modelos de equilibrio.

Los sistemas de innovación como componentes de la economía de la innovación, difícilmente emergen si el Estado y sus actores no ingresan a un nuevo paradigma de pensamiento y desarrollo. Cuando un modelo de crecimiento no cree en la innovación como factor endógeno, se configura como un sistema sub óptimo, por lo tanto, con una estructura productiva y de conocimiento y de innovación sub óptima.  

En América Latina,  los países creen más en la aplicación de instrumentos de innovación relacionados con la competitividad para mejorar lo que existe, y lo que existe relacionado sobre todo con recursos primarios, manufacturas de baja complejidad y servicios de escasa sofisticación, y no con el cambio estructural, la productividad en torno a la transformación productiva, es decir, nuevos sectores que ayuden tanto a mejorar los existentes como a abrir nuevas rutas de desarrollo.

Perpetuar ventajas con sectores basados en recursos naturales, es válido cuando se desarrollan y producen bienes y servicios para los distintos eslabones de los sectores primarios más relevantes, y si esos desarrollos tienen efectos difundidos que permita conformar sistemas de innovación y de producción, a escalas macro (nación), meso (región) y micro (organización). De esa manera, la innovación será abierta al interior de las organizaciones, abierta entre empresas y centros externos de investigación, abierta entre empresas innovadoras del Estado con empresas privadas y las universidades, y abierta entre actores nacionales y actores extranjeros. Ahora bien, la innovación abierta necesita condiciones para que sea factor de crecimiento y desarrollo. En consecuencia, aquellas economías que le restan importancia al cambio estructural, le cierran las puertas a la innovación sofisticada, al avance de la ciencia, de la tecnología y a la educación, al emprendimiento de alto impacto, a las ciudades y a las regiones de innovación, por lo tanto, al conocimiento, a la creatividad, a la innovación, al emprendimiento, y a la productividad. 

Método

En esas condiciones, en América Latina aun se cree que la innovación a escalas macro, meso y micro, es un factor de carácter más exógeno (adaptativo) que endógeno (creativo) porque se piensa que la innovación es un asunto propio de las firmas (innovación cerrada) que un asunto entre ellas con actores externos (innovación abierta), pero también porque se cree que las fuentes de innovación solo son importadas con el aporte marginal de capacidades propias. La economía de la innovación no tiene sentido intentar aplicarla si no es para desatar el potencial endógeno de creatividad, conocimiento e innovación de la respectiva cultura para la transformación del sistema productivo, la sociedad y el Estado. Son rezagos en la apropiación de nuevos paradigmas de las teorías de la complejidad y de la economía de la innovación. Entonces, el artículo se centra en América Latina, con mayores alusiones al caso de Colombia, con el siguiente derrotero metodológico:

El modelo de desarrollo de un país determina las características y alcances de los sistemas de innovación.

Los sistemas de innovación no son independientes de las políticas de desarrollo productivo.

No puede haber sistema nacional de innovación si no hay sistema nacional de transformación productiva. Aquellos son una propiedad emergente del modelo de desarrollo de largo plazo y difícilmente pueden consolidarse como si fuera un proceso de innovación cerrada.

La consistencia y articulación de las políticas de desarrollo productivo y de CT+i del nivel nacional determina a su vez la emergencia de modelos de desarrollo endógeno (territorios) dotados de sus correspondientes sistemas regionales de innovación.

1. Los sistemas productivos y de innovación son globales

Hay un sistema productivo mundial del cual hace parte un sistema de innovación mundial, los sistemas nacionales de innovación y los sistemas regionales de innovación. En Colombia y en otros países de América Latina hay empresas nacionales o extranjeras globales que están conectadas a los 3 sistemas, otras a 2, y unas – las más pequeñas – a 1 sistema. La gráfica  indica los tres sistemas y cómo están integrados en torno a cinco actores principales: el Estado, las universidades, las empresas, los territorios y los centros de investigación. Y en el centro del sistema de innovación, el sistema productivo mundial, nacional, regional o subregional. 


2. Lo que exporta un país refleja el modelo de crecimiento y determina los sistemas de innovación.

Las políticas de desarrollo productivo y de innovación de un país se reflejan en el tamaño de su oferta para el mercado internacional y en las importaciones para el sistema productivo y el mercado interno.

Las exportaciones de los países latinoamericanos son inferiores a economías relativamente comparables (Corea, Taiwan, Singapur, España) y por supuesto muy distantes de las economías más avanzadas. Son importadores netos de bienes sofisticados y exportadores netos de commodities, consecuencia de políticas de desarrollo productivo intermitentes y de sistemas de innovación insuficientes.   

En la medida que el nuevo desarrollo científico y tecnológico emergió, también emergieron nuevos sectores productivos, conocidos como bienes ALTEC (Manufacturas Avanzadas las llaman los europeos, y se refieren a sectores como: TICs, aeronáutico, farmacéutico, instrumental científico y de precisión, robótica,…) Su dinamismo empezó en los años 1980, su aceleración se dio en los años 1990, y su consolidación en lo que va corrido del siglo XXI. Sin embargo, la región también se constata con rezagos, incluido México a pesar de su producción de maquila de bienes sofisticados para el mercado de Estados Unidos. Nuevamente Colombia se comporta como la economía más rezagada, pues su canasta exportadora se parece a la que tenía el mundo en los años 1970 – 1980.

Ahora bien, en aquellos sectores Media Altec donde están los bienes de capital, plásticos, químicos, material de transporte terrestre y marítimo, entre otros, y que aun constituyen la mayor porción del comercio internacional del mundo, no hay modificaciones significativas en el desempeño regional, y siempre Colombia acostado en el plano horizontal del eje de coordenadas.  Sin embargo, los Media Altec y los Altec tienen dos condiciones adicionales: una, que entre ellos hay una fuerte interrelación productiva y en innovación; y dos, producen tecnologías y bienes intermedios para los sectores de menor contenido tecnológico. Entonces, desarrollar sectores sofisticados es una condición de todo cambio estructural y por tanto de las políticas de desarrollo productivo y de los sistemas nacionales y regionales de innovación. Colombia, por ejemplo, desbarató su incipiente industria de bienes de capital y gran parte de la producción de bienes intermedios, y de paso industrias de bienes de consumo final.

Si hay una escasa producción de bienes sofisticados, es posible una baja inserción en bienes de menor complejidad tecnológica, por la relación de dependencia con los sectores de mayor sofisticación, un caso, Colombia. Pero, en la medida que hay producción en sectores sofisticados, también hay una creciente inserción en bienes menos complejos, como sucede con México y Brasil, apalancados en sus grandes mercados internos. Sin embargo, en estos sectores, en la medida que las economías sofistican su producción  e incrementan su PIB, van desplazando o cerrando sectores en los cuales no pueden ser competitivos. Muchos países asiáticos pasaron de sectores primarios a sectores intensivos en tecnología: Japón, Corea, China, Taiwan, Malasia,..., son ejemplo de ello.  

Un mayor desarrollo industrial también se refleja en un mayor desarrollo de los sectores de servicios de alta complejidad, como: salud, servicios TIC relacionados con comunicaciones avanzadas, servicios especializados de consultoría, asesoría o de ciencia y tecnología a las empresas, educación y cultura, entre otros. De esta manera, el comportamiento y el desarrollo de los servicios está asociado al desarrollo de sectores industriales, y por eso Colombia y América Latina, con escasas excepciones sectoriales y regionales, son economías rezagadas. El efecto, dificultades para reducir pobreza, generar empleo calificado, y abatir inequidad.

Un desempeño exportador poco dinámico es difícil que aporte al desarrollo de la economía, si no exporta bienes de los sectores más dinámicos del comercio mundial. Las exportaciones industriales de Colombia están en sectores de menor crecimiento. Así, su economía se basa en actividades con rendimientos decrecientes, lo cual afecta la tasa de crecimiento de la economía, la competitividad y la productividad general de la economía, impacta negativamente la calidad de la educación, la calidad y cantidad de investigación, el emprendimiento sofisticado, y la generación de empleo calificado y formal. 

De esta manera, su tejido productivo se centra en aquellas actividades que logran sobrevivir con base en el mercado interno, dependen de las importaciones y de la adquisición de franquicias de bienes y servicios en su mayoría de bajo valor agregado, por lo tanto, el comercio se convierte en actividad estratégica y la mayoría de la población vive del intercambio de bienes importados, legal o ilegalmente. Así, las brechas sociales se amplían, la inequidad no cede, el medio ambiente se destruye, arroja un ingreso per cápita menor y un crecimiento menor de la economía. En otras palabras, es una economía y un sistema del conocimiento con sesgo a las actividades franquiciadoras y no de la propiedad intelectual: es el subdesarrollo en la sociedad del conocimiento.

El desempeño exportador está determinado por las capacidades productivas, por la importancia que se le otorga a una estrategia exportadora de largo plazo como parte de una estrategia nacional de desarrollo productivo, y de ciencia, tecnología e innovación. Entonces, si el comportamiento exportador es pobre en bienes y servicios sofisticados, significa que su sistema nacional de innovación es insuficiente y rezagado.

La gráfica es una representación de arriba hacia abajo de como a más sofisticada es la producción más sofisticada y mayor es la inversión en investigación e innovación, y más proliferan las plataformas productivas innovadoras: las ciudades y las regiones de innovación. Así, a menor inversión en CyTI, los sistemas de investigación y de innovación son menores y sus relaciones internacionales en investigación e innovación son escasas, su mejoramiento es lento, no alcanza a ser gradual, y lo más grave, la investigación no aporta a la tasa de crecimiento de la economía y a la productividad total de los factores, salvo en las actividades donde concentra sus pocas capacidades en investigación: p.e. café, azúcar,...o en nichos industriales producto de la capacidad de unos pocos conglomerados para insertarse en la vanguardia de los mercados mundiales.   

En la práctica, poco sirve tener un “perfecto” sistema de competitividad y de innovación si no se tiene políticas de transformación productiva y de investigación e innovación. Una visión más amplia de este desempeño de las exportaciones se puede consultar en este mismo blog: ¿Es Colombia una economía del Futuro?

3. Tres trayectorias de cambio estructural.

Corea. Ha sido un proceso sostenido de largo plazo, con periodos sucesivos de 10 años en los cuales transformó de manera gradual pero sostenida su estructura productiva y desarrolló la educación y la CyTI. Esto le permitió avanzar de uno a otro ciclo de especialización para desarrollar, integrar y sofisticar la producción. Es decir, crecimiento con cambio estructural + CyTI = desarrollo. Así, las políticas de cambio estructural se soportan en las políticas de educación y de ciencia y tecnología para fortalecer la interrelación entre producción, conocimiento, ciencia y tecnología, que generan innovaciones disruptivas. Como principal factor de apalancamiento del cambio estructural, está su alta inversión en CyTI/PIB. En los últimos años registra tasas superiores al 3.5% del producto, superior al promedio de los países más avanzados, porque es la única manera de cerrar la brecha con ellos. El racionamiento es de sentido común: "si mi economía es más pequeña tengo que aumentar mi inversión en investigación para alcanzar y después superar a los más avanzados".

Brasil. En el intermedio de modelos de cambio estructural se puede citar al gigante latinoamericano, un país que ha tenido política industrial y por múltiples razones con intermitencias en su ciclo de desarrollo de largo plazo, a pesar de lo cual ha logrado desarrollar sectores productivos sofisticados (aeronáutico, avanza también en salud y en energías alternativas) o fortalecer otros (petróleo y alimentos), con un alto nivel de integración, acompañados de una política de ciencia, tecnología e innovación, cuyos recursos superan el 1.2% del PIB, aunque algunos Estados tienen tasas más altas (Sao Paulo 1.5%), pero debe llegar al promedio nacional del 1.5% para que la CyTI aporte al crecimiento de la economía. España es otro país que también cabe en esta categoría.

Colombia. Un caso de economía sin políticas de cambio estructural y con una base científico tecnológica poco consolidada dada la baja inversión en investigación del Estado, de las empresas y de las universidades, y la ausencia de una política de desarrollo productivo de largo alcance. Entonces, como lo muestra el desempeño de las exportaciones, parecería que el comercio mundial fuera solo de commodities. Es la razón por la cual sostiene un crecimiento moderado persistente con baja productividad y competitividad internacional.

La situación de Colombia refleja los efectos de los TLC con economías más avanzadas. Escasas exportaciones con contenido tecnológico, muchas importaciones de alto porte científico tecnológico, por lo tanto imposibilidad o dificultad real de hacer cambio estructural positivo desde la producción, las exportaciones y el desarrollo regional. Cambio estructural con base en importaciones, no es posible porque no es cambio estructural, es destrucción perversa no destrucción creativa, en el mejor de los casos, estancamiento estructural. Por lo tanto, la conformación de un sistema nacional de innovación robusto puede ser pertinente en el papel, pero, cuando baje a nivel de acciones concretas de una política para la transformación del sistema productivo, no serán de gran impacto porque las orientaciones macro de las políticas y del modelo de crecimiento no van en la misma dirección.


4. Encontrando el camino: la economía de la innovación

El pensamiento schumpeteriano (el de la innovación a partir de su idea de destrucción creativa, que significa abrir y modificar sustancialmente un producto ya creado para producir uno radicalmente nuevo), empezó a emerger a principios del siglo XX, alcanzó su madurez a mediados del siglo (cuarenta años después), y se convirtió en tendencia principal tres décadas más adelante. Desde entonces, el pensamiento ha producido muchas variaciones e interpretaciones robustas, en una especie de oleadas sucesivas en las últimas tres décadas.

La matriz teórica que fundamenta la construcción de una política para el cambio estructural,  se resume así: la economía de la innovación como fundamento del modelo y de su estrategia de transformación productiva (componente macro); el desarrollo endógeno como base teórica para que los territorios se configuren como regiones de innovación (componente meso); y el potencial de transformación y de innovación del sistema productivo a partir de las empresas y su interacción con los centros de investigación y el Estado, para desarrollar e impulsar la cultura de la innovación en la sociedad, entre empresas y actores externos diversos, y para el surgimiento de plataformas productivas donde fluya la interacción Empresas – Universidades – Estado – Sociedad. Así, el conocimiento, la creatividad, el emprendimiento y la innovación emergerán y se diseminarán gradual y continuamente en la sociedad y en los agentes económicos y del conocimiento, desde los postulados de las vertientes de la complejidad del evolucionismo neoschumpeteriano que recoge la economía de la innovación. Y desde ahí donde emerge la innovación abierta.


Esta concepción del desarrollo en la sociedad del conocimiento ha modificado en la teoría los factores que ahora son prioritarios en el progreso de una sociedad, el conocimiento, como lo sugiere el mapa conceptual.



Así las cosas, la teoría de la innovación dice que la manera de crecer rápidamente no es ahorrando sino destinando recursos a actividades creativas en sentido amplio. De esa manera, la creatividad genera nuevas ideas que se transforman en innovaciones. A su vez, las innovaciones afectan la productividad y favorecen el crecimiento de largo plazo.

En el cuadro se consigna una interpretación de las teorías que subyacen a los modelos de cambio estructural y de innovación, y ligadas a los enfoques recientes de la economía de la innovación que postulan, Antonelli, Mazzucato, Metcalfe, Doni, Cimolli, en otros.


5. Innovación abierta

Con sectores productivos tecnológicamente dinámicos y con capacidades para innovación, se pueden desarrollar nuevas empresas innovadoras, las organizaciones productivas del futuro, vía políticas, estrategias y programas de emprendimiento de alto impacto. Estas empresas poco surgirán en ambientes neutros, es decir, en naciones y en territorios que no tienen visión estratégica y capacidad innovadora en sus políticas y acciones público privadas, y de la academia.

Los sectores productivos y las áreas de investigación de las universidades y de los centros de desarrollo tecnológico, se integran para sumar capacidades y producir conjuntamente nuevos bienes y servicios innovadores (spin off), pero también nuevas empresas innovadoras (start ups) desde emprendedores independientes o como nuevos emprendimientos corporativos, privados y públicos (spin off). Ahí sucede la interacción entre empresas y centros de investigación, con regulación e inversión del Estado.

Sin embargo, las culturas innovadoras son producto de las políticas de desarrollo productivo y de ciencia y tecnología, y la relación de éstas con las empresas. Colombia, al depender de fuentes extranjeras de conocimiento, y con políticas que no han orientado e impulsado actividades más sofisticadas, la innovación se ha entendido más como una fuente de innovación originada en las organizaciones (innovación cerrada) y a su vez originada en fuentes externas (importación de tecnología que explica el abultado, creciente e insostenible déficit comercial en productos industriales: 237 mil millones de dólares en los últimos 15 años). El grueso del aparato industrial tiene rezagos en materia de innovación: copia modelos, mejora procesos, compra tecnología, hace innovación incremental (mejoras sencillas de productos y procesos para el corto plazo), pero no es intensiva en investigación e innovación (innovación sofisticada), así exista un grupo importante de empresas que han dado este salto y que están asentadas en las principales ciudades de Colombia.

Este ambiente mediante el cual la innovación es al interior de las firmas, y la innovación tecnológica se hace casi que exclusivamente con tecnología importada, propicia condiciones limitadas para la innovación sofisticada, que es el camino a seguir si se quiere ingresar a sectores de mayor complejidad.

Resumiendo, los sistemas de innovación, nacionales, regionales y empresariales, y su interrelación, depende de las características del modelo de desarrollo, de las políticas para el cambio sostenido del sistema productivo, de la senda de desarrollo de los territorios, y del salto cualitativo y cuantitativo de la ciencia, la tecnología y la educación.

Para ello, el Estado, en sus distintos niveles, debe proyectar desarrollo y generar condiciones, porque la innovación es producto de un Estado activo, emprendedor, futurista e inversionista en sectores e instrumentos donde el sector privado difícilmente o tal vez nunca lo va a hacer (Mazzucato M., 2014).

Todo es posible si se considera la creación de conocimiento y la creatividad como valores propios de la sociedad para hacer de la innovación una cultura dentro de su cultura,y  con la educación encargada de formar personas para esas nuevas culturas. Si la innovación abierta es producto de relaciones de colaboración y aprendizaje entre empresas, investigadores y consultores externos,  la investigación de calidad, creativa, innovadora y científica, es responsabilidad del sistema de educación para que nazca y se disemine una cultura de la creatividad y de la innovación.

Conclusiones

1.     El cambio estructural es un proceso sostenido de desarrollo de largo plazo.
2.    El cambio estructural no se hace por una sola vez. Se hace por periodos sucesivos e ininterrumpidos de acuerdo a objetivos de desarrollo de largo alcance de las políticas.
3.  El cambio estructural debe estar acompañado de una potente política de ciencia, tecnología e innovación.
4.    El cambio estructural y la ciencia y la tecnología determinan en gran medida la calidad de la educación, y no es ésta la que determina a aquellas.
5.   Los procesos de cambio estructural son profundos (caso de Corea), o son parciales (caso de Brasil), o donde no hay cambio estructural (caso de Colombia).
6.    Los sistemas nacionales y regionales de innovación son consecuencia de un modelo y de políticas de Estado de largo plazo. Los sistemas nacionales, regionales y empresariales, por si solos no bastan si no los respaldan políticas de cambio estructural y de CyT, de la nación y de las regiones.
7.  Cuando hay políticas de desarrollo productivo y de CyT, los sistemas regionales de innovación orientan y respaldan el desempeño exportador.





EL MUNDO DEL SIGLO XXI: LOS

BRICS, LA NUEVA FUERZA DEL 

DESAROLLO“Crecimiento incluyente con soluciones sostenibles en medio de turbulencias internas y mundiales”



foto: Gabriele Siegrist
A pesar de que asistimos a una sociedad capitalista global, es evidente que el mundo está viviendo una serie de tensiones en las relaciones internacionales ante el surgimiento de nuevas potencias emergentes que ocupan los primeros lugares de la economía mundial dado el tamaño de su PIB, la velocidad de su crecimiento, y por algunos indicadores de desarrollo que cada vez las acerca a los niveles de las sociedades más avanzadas de occidente y Japón.

Estados Unidos es aun la mayor superpotencia económica, militar y científico tecnológica del mundo, Europa viene luego, pero su distancia con respecto a otras naciones nacientes y poderosas de Asia y de otros continentes, ya no es tan grande como hasta hace pocos años. El planeta tiende por efectos de la globalización a un cierto equilibrio mediante la distribución del poder global en más naciones. Veamos cómo se está modificando el mapa de la geopolítica global. 
Nuevo mapa mundial en construcción

En los últimos treinta años el planeta transitó de la visión unipolar de la pax americana a un mundo bipolar con la consolidación de la Unión Europea. Y está en construcción la pax universal con el surgimiento de los BRICS (alianza entre cinco potencias económicas emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), para una sociedad y una gobernabilidad global más equilibrada y colegiada que de manera ordenada, pragmática y eficiente fortalezca la cooperación en un mundo posmoderno y multipolar.

Los BRICS es fruto del agotamiento de los modelos tradicionales de cooperación y de relaciones económicas hegemónicas y asimétricas. 
Esta nueva estructura de poder global se creó en 2008 como respuesta a la crisis financiera de Estados Unidos y su coletazo en Europa. El mundo no estaba blindado para una crisis originada en el país patrón del modelo de Bretton Woods, y las naciones en desarrollo no pueden continuar pagando las condiciones que impone el Banco Mundial y el FMI para acceder a recursos, crecer al debe y tal vez nunca desarrollarse.  En este contexto surgió el bloque de los grandes.
Poder emergente
Los BRICS cubren más de la cuarta parte de la superficie terrestre, representan el 42% de la población mundial y alrededor del 45 % de la fuerza laboral activa, así como de enormes recursos naturales y crecientes potencialidades científicas, tecnológicas y productivas.
Las cinco economías aportan el 22 % del PIB global, equivalente a unos 16 billones de dólares. Controlan el 11 % de los capitales acumulados en el mundo, con China y Rusia con las más importantes reservas internacionales, junto a Japón.
Cuatro de los cinco BRICS están entre las 10 economías más grandes del planeta: China en el puesto 2, Brasil en el 6, India en el 7, y Rusia en el 10.
Pero esta es ante todo un bloque entre culturas distintas, por ello no se involucrarán en los asuntos de los aliados y en sus zonas de influencia, más bien liberarán espacios para generar oportunidades de cooperación en objetivos internos y externos comunes. 
Su consolidación como un modelo inédito de integración no ha sido tan rápido como algunos quisieran, como los críticos expresan, o como los modelos tradicionales indican. Superar los modelos de cooperación y de integración conocidos y quebrar los modelos de relaciones dominantes, no es fácil. Crear e inventar nunca se ha hecho de un día para otro. Abrirse espacio entre los poderes establecidos, tampoco.
Nuevo banco y nuevo fondo de reservas
Los BRICS son países mayores y capaces, dispuestos a complementarse a través de la identificación de proyectos comunes como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Acuerdo Contingente de Reserva (ACR) puestos en marcha en la reciente cumbre en Brasilia.
El nuevo banco se erige como alternativas al Banco Mundial (BM) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) - necesitados de reformas urgentes - y se diferenciará en que otorgará préstamos a sus miembros sin condicionamientos o la imposición de recetas neoliberales, como señala la declaración aprobada por sus líderes. Ayudará a financiar inversiones recíprocas de los miembros del BRICS y también de las naciones en desarrollo, lo cual favorecerá a América Latina y a su vez determinará nuevos retos y transformaciones para el BID y la CAF.
La formalización del Acuerdo de Reservas de Con­tingencia aporta a una “desdolarización” de los mercados internacionales. Cifras de algunos think tanks indican que un 60 % de las transacciones entre los mercados BRICS se hacen “por fuera” del dólar, lo que marca una tendencia que podría incrementarse en el mediano plazo.  Se trata de dejar de recurrir al dólar para hacer operaciones comerciales o financieras entre los cinco países, lo que reducirá los costos de transacción al evitar la conversión de las monedas locales a divisas, por ejemplo cuando Brasil vende a China o Rusia a India. Por eso, de manera complementaria existe el Foro de Negocios BRICS, que busca constituir inicialmente una red de negocios conjuntos entre 600 empresas con exportaciones que suman 3.9 billones de dólares.

Así las cosas, el NBD y el ACR contribuirán a democratizar el sistema financiero internacional y serán instrumentos propios de protección ante eventuales crisis financieras y macroeconómicas en otros países o regiones.
Los BRICS han identificado cuatro temas de acción inmediata: equilibrio y estabilidad financiera global, infraestructura, desarrollo de la ciencia y de la tecnología, y energía. Con esto pretenden disponer de condiciones macroeconómicas para blindar un crecimiento sostenido; desarrollar mejores infraestructuras físicas y mayores capacidades en conocimiento para elevar la productividad, impulsar la transformación de las estructuras productivas e inducir un mayor dinamismo en el comercio internacional; y garantizar la seguridad energética de las economías emergentes realizando conjuntamente investigaciones científicas y análisis de  tendencias de los mercados internacionales de hidrocarburos.
Este enfoque estratégico se diferencia de los acuerdos basados en incentivar el comercio, los negocios y la atracción de las inversiones, que es el enfoque de la Alianza del Pacífico conformado por Chile, Colombia, México y Perú, lo cual muestra que éstas economías aún deben crecer como naciones para disponer de objetivos estratégicos superiores de cooperación, inserción y desarrollo. 
Adicionalmente, están planteados nuevos acuerdos en el sector de minería puesto que los BRICS atesoran el 36 % de las reservas mundiales de materias primas; y proyectan la creación de una universidad de los BRICS que funcionaría a través de internet.
Un mundo de culturas
La idea de que el poder mundial bipolar se repartía el mundo, ya no es cierto. La globalización económica y científico tecnológica ha roto la parcelación del planeta. La multipolaridad rompe con ese esquema. La competencia por las oportunidades y por los espacios estratégicos globales conduce a que no hay espacios vedados para la inversión y la cooperación. Las fronteras políticas e ideológicas que dividían el mundo cayeron hace más de dos décadas. Las diferencias políticas e ideológicas ahora son más sutiles, flexibles, pragmáticas, desideologizadas, de conveniencia y distribuidas entre más actores. Por eso a veces es difícil entender porque unas potencias apoyan a un tipo de países con modelos políticos e ideológicos contrarios al propio. Pensar que estos son enemigos de unos y amigos de otros, es una equivocación. Esto ocurre solo cuando los países caminan obedientes a modelos que se consideran superiores, inamovibles y estáticos, y que no entienden que la pax universal es la pax universal, y que la pax universal no es la pax americana, europea, asiática o latinoamericana.
Ilustramos este escenario con un ejemplo hipotético de cómo son las cosas en las decisiones geoestratégicas de la nueva geopolítica planetaria.
Los BRICS, la UNASUR y ¿Colombia?
Hace algunos años Hugo Chávez habló de un gran oleoducto para sacar por el Chocó petróleo de Venezuela hacia China, y que ese proyecto sería financiado por los tres países. Incluía construir una ciudad y un puerto de aguas profundas en la bahía de Nuquí. De pronto nadie volvió a decir nada. ¿Algún teléfono se levantó para decir que no se hiciera ese proyecto?  Es posible. ¿Alguien obedeció? Es posible. No hubo llamada ni obediencia simplemente se decidió que el petróleo para los chinos no pasaría por Colombia porque era muy costoso, también es posible.  
Pasó un tiempo, Chávez murió, pero llegó una nueva noticia: China hará un canal interoceánico por Nicaragua. Un proyecto de uno de los BRICS. Hace años Estados Unidos hubiera vetado esa iniciativa. Ahora no puede si no quiere generar una tensión política |- militar que no vale la pena porque también ese canal le servirá para el tránsito de barcos más grandes desde su costa Pacífico hacia el Mercosur, Europa, África y el Oriente Medio, pero también porque sus intereses globales son mayores, y porque basta recordar que hace 30 años devolvió el canal de Panamá sin disparar un tiro. 
La presencia de China en el Caribe colombiano genera una tensión adicional en las relaciones con Nicaragua? es posible, pero esa tensión solo es culpa de Colombia que se dejó quitar aguas territoriales por una mala atención diplomática de sucesivos gobiernos y por no mirar con respeto las aspiraciones de un pequeño país.
Pero ilustremos más como es el juego global de los BRICS. Al día siguiente de su VI Cumbre se reunieron con la UNASUR y con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). A más de una reunión conjunta de mandatarios hubo reuniones bilaterales para tratar temas de interés común. Santos fue por apoyo a la paz, y lo logró con Putin y con todos los países asistentes. Pero esas reuniones con un bloque de cooperación flexible y más abierto permitirá múltiples agendas comunes y bilaterales. Así funciona el mundo hoy, como una inmensa e inagotable sistema de redes abiertas, libres y flexibles que se conectan unas con otras dejando atrás un pasado que ya no existe para construir un futuro que será distinto en todos los campos y distinto de toda idea de cooperación conocida.

Colombia hace parte de esa naciente agrupación de naciones emergentes menores o menos dinámicas, que avanzan también en sus aspiraciones de ser sociedades mejores pero cuyo camino al desarrollo del siglo XXI no lo tiene claro, entre otras razones, porque en los factores del desarrollo de la sociedad del conocimiento su desempeño es pobre como lo indica un dato de estos días: en el ranking mundial de la innovación ocupa el puesto 7 entre los países de América Latina, y el puesto 68 en el mundo que es coherente con su lugar 69 en el la clasificación de la competitividad mundial. 
Entonces, Colombia debe aprender a tener lazos multilaterales de cooperación para el desarrollo y superar la idea de que los TLC es el mejor instrumento para tener un lugar en el mundo. Es el desarrollo productivo y del conocimiento lo que da un lugar principal en las relaciones, en la cooperación y en el comercio mundial. No es comprando tecnología y vendiendo carbón, minerales y petróleo en bruto como se alcanza el desarrollo y el bienestar para su gente, y el respeto en el escenario global. 






GLOBALIZACIÓN, FÚTBOL Y 

DESARROLLO



Este mundial se pareció al mundo de hoy: se cierran unas brechas se abren otras, aparecen nuevos esquemas de juego desaparecen otros, es una sociedad incierta, flexible, sorprendente, superficial, consumista, cambiante, con estándares de primer mundo, y con muchos poderes con inmensos intereses legales e ilegales. El fútbol es todo esto y se representa en todo el planeta con los defectos y las virtudes de la sociedad global de mercado. Es un gran negocio transnacional y la discrecionalidad de los países es limitada, tanto, que la inauguración del mundial, en un país de la música y del carnaval, fue contratada a un grupo belga, como si la inauguración hubiera sido en Bruselas. Messi fue declarado el mejor jugador del mundial, porque su marca de ropa deportiva influyó para que fuera así.  El mercado y la homogeneización le hicieron perder brillo a un mundial donde el juego que se vio fue maravilloso y los estadios increíbles. 

La muerte anunciada de un pentacampeón



Brasil debía ser campeón mundial a como diera lugar, menos jugando buen fútbol.  La Fifa prohijaría ese proyecto y por eso muchos arbitrajes correspondieron a ese fin sin importar los medios para lograrlo. Así fue como el gigante del futbol mundial de los últimos 60 años cavó su tumba, y la Fifa socavó aún más su menguada credibilidad, nadie la quiere, solo los sponsors globales. El 7 a 1 a favor de Alemania es el resultado de todo ello. De las equivocaciones del pentacampeón y de las manipulaciones de Blatter y su gente.   

Brasil no podía ser jamás campeón mundial: empató con dificultad con México en la primera vuelta, en la segunda le ganó a Chile porque la suerte estuvo a su favor, y en la tercera le ganó a Colombia porque ésta jugó los peores 45 minutos en este mundial y porque en el segundo tiempo se impuso el juego violento y el arbitraje a favor del pentacampeón. La propuesta técnica de Scolari se quedó en el futbol de hace más de diez años, no leyó el nuevo fútbol que trajo el Barcelona, no atendió que la Alemania de hoy se empezó a gestar hace catorce años y que seis de sus jugadores vienen del Bayer de Guardiola.


Salvo tres o cuatro jugadores, no tenía más equipo, sobre todo un inaudito centro delantero que parecía más un viejo jugador de divisiones inferiores y motivador de desamparados, que el centro delantero del scrach. Los veteranos que le hubieran haber dado algún oxígeno, no salvarlo de la derrota, no fueron convocados, sobre todo Kaka. Se lesionó Neymar y el equipo murió adelante, no jugó Thiago Silva, y la defensa se hundió como el Titanic. 

Al partido con Alemania, la mejor selección del mundial, llegó menguada de jugadores y diciéndose mentiras. Le metieron pronto el primer gol y el andamiaje se desmoronó quince minutos después: cuatro goles en siete minutos. En media hora se terminó el reinado del gran campeón. 

Nada alegra que ese largo ciclo de gloria y de imágenes inolvidables se hubiera ido de esa manera, sobre todo para aquellos que vimos la verde amarilla desde los años de Pelé, Garrincha y una lista interminable de luminarias que sucedieron década tras década.

Colombia a un peldaño de la gloria

Con Falcao o sin Falcao, algunos creíamos que podríamos llegar hasta cuartos de final. Pero ya metidos en el mundial,  y luego de ver los sufrimientos de Brasil para avanzar, soñamos que podríamos dar un paso más: llegar a semifinales para pelear el tercer lugar. Pero a Colombia le falta dar un salto más para madurar como cultura, como expresión colectiva, como ambición de conjunto, como proyecto de desarrollo, para lograr la gloria en el deporte de las multitudes. Tres evidencias.

Primero, inició desconcentrada el partido con Brasil. Las variantes que introdujo Peckerman no funcionaron. El primer gol llegó por culpa de su defensa, y como muchas veces, jugó mal el primer tiempo.  Pero Brasil era tan malo que a la peor Colombia de este mundial solo pudo hacerle un gol.  El talente que debe lograr Colombia es el que mostró Argentina en su juego con Bélgica: la manera como se paró desde el primer hasta el último minuto. Esa es la jerarquía que dan años de estar en los primeros lugares del fútbol mundial así no se tenga la mejor selección. El primer tiempo de Colombia contra Brasil es la antítesis del primer tiempo de Argentina contra Bélgica.

Segundo,  Colombia entró con el susto de enfrentar a la historia y con el susto de enfrentar a la Fifa. Por eso Brasil fue superior en el primer tiempo, y por eso la Fifa le ganó en el segundo.  Alemania enfrentó esas posibles adversidades desde sus capacidades, desde su impronta cultural, y desde el progreso científico y tecnológico en el deporte.  Desbarató en 20 minutos cualquier posibilidad para que factores externos al buen fútbol jugaran en su contra.  Colombia ha tenido y tiene grandes campeones mundiales en distintos deportes individuales, pero no en deportes de conjunto.  Argentina y Brasil han tenido selecciones campeonas mundiales y olímpicas en básquet, voley, fútbol, hockey. Colombia lo más lejos que ha llegado en un deporte colectivo es con esta selección. Ya alcanzó con ella el 75% de la ruta a los máximos logros, ahora debe construir el 25% que resta.   


Tercero,  Colombia como sociedad y como modelo de desarrollo debe dar un salto cualitativo para que su gran talento humano en el deporte logre umbrales superiores. Para ello, la educación, la ciencia, la cultura, el desarrollo económico y el desarrollo regional, también deben dar un salto de calidad y de largo plazo. El deporte no es ajeno al proyecto general de desarrollo de una nación, es parte del mismo. Colombia aún debe  desarrollarse como cultura y como sociedad para alcanzar el máximo nivel en el deporte de las multitudes.

     




LOS INDIGNADOS DE BRASIL


El despertar de un Gigante: l@s brasiler@s gritan por modernidad y no solo por goles. Presidenta Dilma impulsa cambios pero la tensión sigue. Hay que hacerle seguimiento a este proceso porque no es una protesta convencional aunque solo el tiempo dirá la verdadera fuerza que arrastra... ¿Colombia qué?


No estoy en Brasil para comentar con rigor la protesta en esa querida nación, pero si puedo hacer una interpretación de algo que está ocurriendo en el mundo y que es parte de la protesta de los basiler@s: un descontento, una desazón interior de millones de ciudadan@s que sienten que muchas cosas importantes para la felicidad, el bienestar y el funcionamiento del estado, no andan bien, porque perciben que hay severas contradicciones políticas y económicas en la sociedad global.


Fotografía bajada de internet

Nadie puede negar que Brasil es una nueva potencia mundial emergente y nadie puede negar que en los últimos tres gobiernos se han hecho importantes reformas sociales para darle a la población menos favorecida mejores condiciones de vida. Esto también lo hacen otros países, pero el malestar está ahí, un día en un lugar, otro en otro, luego se calma, pero de pronto una noche se sumarán voces de muchos lados, entonces el mundo tendrá un nuevo día, quién sabe si mejor o peor, pero sí distinto.

Fotografía bajada de internet

El asunto de fondo es que la gente no quiere favores, quiere oportunidades, pero no solo oportunidades dignas, sino oportunidades reales para escalar a niveles realmente superiores de existencia que la separen para siempre de la vida de restricciones que han llevado. Este proceso, cuando los países vienen del subdesarrollo con altos niveles de pobreza y de inequidad, toma mucho tiempo, pueden ser 30, 40 o 50 años, si hacen la tarea de manera creativa, innovadora, persistente, flexible, justa, democrática y cambiante. Es decir, que ha Brasil le faltarían otros 15, 20 o 25 años para consolidar su ascenso a un país avanzado.


Entonces, los anhelos y expresiones de indignación de l@s brasiler@s, pero también en otros en otros lugares de la esfera, pasa por ideas mucho más fuertes que debemos saber leer:
  • el tipo de desarrollo que quieren, significa cantidad y calidad de educación y de salud, servicios básicos de calidad y cobertura plena, infraestructuras sociales abundantes y avanzadas, arte y cultura, respeto a la diversidad, innovación social, innovación del estado, no a la corrupción,  y nuevos valores en la manera de pensar y de hacer política que incita a profundas reformas políticas porque la "democracia representativa" está agotada, allá y aquí;
  • los favores y “oportunidades” sociales no son aceptables como sociedad justa y equitativa si unos pocos incrementan de manera exponencial sus beneficios preservando la severa inequidad, lo cual torna visualmente agresiva la segregación aumentando la brecha social. En otras palabras, en una misma sociedad no puede haber dos sociedades: la de una minoría que se considera con derecho a todo; y las mayorías que deben luchar para que respeten sus derechos;
  • neutralizado queda el desarrollo social si el crecimiento económico está mediado por la corrupción, la ineficiencia, el clientelismo, y los excesos de los negocios público privados a través de enormes inversiones  en infraestructura deportiva, muchas de las cuales luego quedan abandonadas o subutilizadas porque es imposible dar uso a tantas obras costosas y majestuosas, simplemente porque no todos los meses hay juegos olímpicos, ni mundiales, ni espectáculos globales, ni hay tanta gente para pagar tan costosos espectáculos. Los elefantes blancos de grandes eventos mundiales están regados por el globo porque primaron los efímeros sueños del mercado. La frugalidad, ponderación, la justa medida, se acabaron en los últimos 20 largos años;
  • en el caso de Brasil, los bellos estadios de futbol que ya se empiezan a ver serán bien aprovechados en el futuro por su pasión por este deporte. El problema estará con algunos escenarios de los olímpicos, si la rentabilidad social, cultural y económica para consolidar a Brasil como potencia emergente es redituable y no solo un negocio para los sponsors.

    Entonces, la protesta de los indignados de Brasil es porque no están contentos con la democracia representativa que tienen, porque no consideran suficiente mejorar condiciones básicas de los estratos sociales de menores ingresos a costa de la clase media, y por los inconmensurables beneficios de poderosos agentes del mercado a expensa de dineros públicos que son dineros de todos, pero que una monumental corrupción los roba y que luego la justicia no pocas veces perdona. Al final, el mercado a todo precio por encima de las prioridades de la sociedad y de un estado para tod@s y no para unos pocos. Las monumentales ganancias de operadores privados en distintos servicios públicos, es otra de la causa de la indignación, aquí allá y más allá. Este es el centro del problema, y es la misma situación de Colombia y de otros países.

Fotografía bajada de internet
Pero no se puede interpretar la indignación como un profundo malestar con Dilma y sus antecesores, aunque estos pueden terminar siendo las víctimas, lo cual no sería bueno para Brasil ni para el mundo, porque buenos líderes no nacen todos los días. Pero ellos también deben aprender, porque hay un rechazo al sistema político y por eso los indignados piden reforma política, y porque algo no funciona en el modelo económico que trata de equilibrar inversión social y mercado sin límites. Esa ecuación no sirve en la sociedad de la información, del conocimiento y del medio ambiente. Y no sirve cuando los países avanzan y la ciudadanía no quiere oir discursos que son para un país subdesarrollado. 

Brasil ha logrado grandes avances pero todavía tiene grandes problemas: necesita 20 años más de políticas sociales y de políticas de desarrollo. Así son las economías emergentes. Reflejan los dos mundos: el pasado y el presente, y las clases medias son el motor de esas transiciones. Son el puente de la cohesión. Ojalá Colombia estuviera en un estadio superior de conciencia y de debate. Pero no, acá todavía calan los discursos del subdesarrollo.

En el fondo, la protesta de los brasiler@s es por las contradicciones, polarizaciones y segmentaciones que vive el planeta por el modelo mundial de crecimiento y de consumo ilimitados, amparados por una idea de democracia que se considera agotada, mentirosa, manipuladora,  excluyente, a través de agentes públicos, privados y medios, pero sobre todo por partidos políticos que aquí allá y más allá se convirtieron en maquinarias electorales, clientelistas y corruptas. Por eso la política está dividida entre partidos electoreros y movilizaciones políticas independientes y alternativas en construcción. En otras palabras, también es una reacción contra el sistema político, sus partidos y representantes.

Drica Guzzi. Directora Escuela del futuro.
 Fotografía bajada de Facebook
Si las cosas siguen como van, la indignación mundial será contra la política, las ideologías y los partidos, y contra el modelo de estado, de sociedad y sus valores económicos. La revolución tecnológica ha creado un nuevo espacio de expresión ciudadana que los canales tradicionales de comunicación y la representación política habían cerrado.

Fotografía bajada de internet
Entonces, hay que saber interpretar estas indignaciones. Son inéditas, en consecuencia, si se califican bajo categorías o denominaciones del pasado, se está cometiendo un error político y de interpretación porque el mundo de hoy y el mundo del futuro son muy distintos al mundo del pasado. 

La gente ya no grita “el pueblo unido jamás será vencido” o abajo los comunistas”la gente ahora clama por una mejor y distinta sociedad y por el significado de consignas como “vine porque quise a mí no me pagaron”, en clara manifestación contra las prácticas electorales de los viejos partidos, que  llenan plazas públicas pagando a los pobres y ganan elecciones comprando el voto de los pobres.  


Personalmente me gusta la movilización, la protesta y el debate no violento que se está dando, son movilizaciones inteligentes si bien poco ordenadas e intermitentes, porque son nuevas y espontáneas, por lo tanto sin suficiente afirmación que las sustenten, mantengan, perfeccionen e integren en lo fundamental, me parecen necesarias, porque la sociedad no puede quedar relegada a la categoría de indiferentes, sumisos, pagadores de impuestos y compradores ilimitados. El ser humano es más que un PIB per cápita: esta es la discusión de fondoEl ciudadano es considerado un valor económico, una bolsa de mercado, un sujeto de consumo, un objeto de pago, un valor electoral, es decir, un valor espúreo, y eso indigna.

Fotografía de O Globo bajada de internet


Brasil pide educación, salud, seguridad, mejores servicios, no a la corrupción, respeto de la política a la ciudadanía, antes que un mundial y unos juegos olímpicos a cualquier precio. 

Recuerdo que hace dos años pregunté a varias personas “como iban las obras del mundial”, y la respuesta general fue más o menos así: “la mayoría de obras están demoradas, pero no es más que una estrategia de empresarios y burócratas para subir los costos cuando el tiempo apremie”. Dos años después, la gente en las calles, indignada, porque las obras han tenido un valor escandaloso. Pero este evento fue el detonante, no la causa de la indignación. Esta es más profunda.


Fotografía bajada de internet

Brasil está avanzando como sociedad porque quiere modernidad, ultramodernidad y desarrollo para el futuro, sin dejar de gritar goles y de vivir los carnavales. 


Fotografía bajada de internet

Esta indignación no es la de cualquier país, es la de uno de los gigantes del globo. Uno de los 5 BRICS, la sexta economía del mundo. 

Fotografía bajada de Facebook



¿Colombia despertará algún día de su inventado "paraíso"?


Estoy seguro que si los desmanes de los carruseles de la corrupción que vive Colombia en muchos sectores se hubieran dado en Brasil o en Chile, los ladrones de cuello blanco ya estarían en la cárcel, y así el país caminaría con el horizonte más despejado hacia la paz. Pero no, la mayoría de esos malechores están libres buscando beneficios de la “justicia”.

Pero también la indignación podría rebasar las negociaciones de paz. Una movilización como en Brasil y en otros países, llevaría muchas preguntas a la mesa de La Habana, dejaría sin piso a la extrema derecha,  revisando su discurso a la izquierda, aún con más verguenza a los Verdes por haber acabado con la Ola Verde (la de la indignación NO violenta), y a Pedimos la Palabra por su incapacidad para ocupar el espacio vacío.   


Fotografía bajada del Facebook


Viernes 21 de junio de 2013 en la noche

Habló la Presidenta Dilma, en todo el mundo la escucharon y en su intervención dejó claro lo dicho líneas atrás: "..... no se puede interpretar la indignación como un profundo malestar con su presidenta y con sus antecesores, aunque estos pueden terminar siendo las víctimas, lo cual no sería bueno para Brasil ni para el mundo........... Pero ellos también deben aprender, porque hay un rechazo al sistema político y por eso los indignados piden reforma política, y porque algo no funciona en el modelo económico que trata de equilibrar inversión social y mercado sin límites. Esa ecuación no sirve en la sociedad de la información, del conocimiento y del medio ambiente". 

Su intervención dejó en claro que los esfuerzos realizados en materia social no son suficientes, y que la protesta de los indignados tiene razón. Brasil necesita elevar la calidad de la educación. Debe traer médicos del extranjero para una mejor cobertura del sistema de salud (sorprendente). Llamó a una cruzada contra la corrupción, reconoció la importancia de una reforma política..... Aclaró como se financian la construcción de los estadios, y que del presupuesto de la nación no saldrán recursos para la copa y los olímpicos que correspondan a educación y salud......Esto demuestra que el modelo de mercado con intervención social, no es suficiente. 

El mundo busca un nuevo mundo feliz, con protesta pero sin violencia. Con pasión, fuerza y argumentación. Con esta indignación de pronto el mundo encuentra la puerta a pensar una sociedad diferente y a construir nuevos paradigmas entre todos.



Lunes 24 de Julio de 2013

Habló Dilma al país para precisar las reformas 

que liderá y pondrá en marcha. Algo que

menguado las protestas pero no el espíritu de la 

indignación está ahí y por tanto no se puede decir que la tensión esté 

superada.


CONOCIMIENTO

CRECIMIENTO Y 

CALENTAMIENTO GLOBAL

Mirada desde América Latina


Reflexión a partir del Forum Mundial de la Deutsche Welle 2013





Nunca dejarán de ser suficientes, porque son insuficientes, las reflexiones, estudios, investigaciones, evidencias, apuestas políticas, movilización ciudadana, voces de organizaciones independientes y de organismos internacionales, sobre el tipo de crecimiento que en el mundo gobierna los valores económicos, la cultura, el conocimiento, y los medios, y que un día no lejano harán de este mundo un lugar imposible para la vida, la convivencia, el bienestar y los valores fundamentales, porque la sociedad global persiste en hacer del crecimiento del PIB, a través del consumismo ilimitado, su símbolo de “libertad, democracia y bienestar”.

Han transcurrido cuarenta años y algo más desde el famoso informe de los “Límites del crecimiento” del Club de Roma, y en términos reales, a pesar de la magnitud de la información producida, y de ingentes esfuerzos por formar conciencia en la necesidad de proteger el medio ambiente y de revisar el tipo de crecimiento que sería razonablemente aceptable, las batallas iniciales se han perdido.

La naturaleza se muere pero aun resiste

Si fuera por los resultados que arrojan los estudios, el mundo ya habría sufrido un deterioro tan evidente que la humanidad como un todo estaría reunida para cambiar el orden de las cosas. Habría brotes revolucionarios por todo el globo. Políticos, tecnócratas, empresarios, expertos, sindicalistas, organismos de distinto tipo, universidades y medios, estarían contra la pared, y la sociedad pidiendo justicia por no haber hecho lo que debían haber hecho cuando aún había tiempo. Pero también los textos de las teorías del crecimiento harían parte de hogueras que calentaría las heladas noches o para cocinar algo de comer.

El cambio global por la via del calentamiento ya llegó. Lo estamos viviendo. En un país como Colombia ya no se sabe cuándo empieza el verano y cuando el invierno. Los inviernos en el mundo son más severos y las sequías en África eternas. El polo norte se descongela mientras el polo sur se enfría más. 

Las pesquisas más serias dicen que lo que se está haciendo en materia de regulación y de optimización tecnológica, solo sirve para desacelerar la tasa de residuos tóxicos que van a la atmósfera a calentar el medio ambiente, pero no a reducir el calentamiento global y las causas que lo generan. Entonces, la humanidad se encamina a perder la batalla final, porque cree que ha ganado las batallas previas contra los “pesimistas y exagerados”, porque todavía no se ha visto una gran catástrofe natural como el descongelamiento acelerado del polo norte que acabaría con pequeñas, medianas y grandes ciudades ubicadas en las orillas de los dos grandes océanos.

Ese tipo de imágenes apocalípticas que predecían hasta hace poco los “pesimistas y exagerados”, no van a ocurrir, porque el calentamiento es evidente pero es gradual, porque debajo de los enormes glaciares no hay un fuego que los esté derritiendo a gran velocidad. Lentamente se descongela el polo norte, entonces, no habrá ciudades que desaparezcan arrasadas por gigantescas olas producidas por océanos cuyo nivel de agua subiría muchos metros entrado a las plataformas continentales decenas de kilómetros.   

Los nevados y otras fuentes de agua dulce se están agotando pero aun producen el agua requerida, entonces, la sociedad aun no toma conciencia de la catástrofe que este lento deterioro esconde. Sin embargo, en Colombia el 50% de los nevados que había hace 50 años, ya no existen.

La naturaleza se agota poco a poco, pero, como organismo vivo, se adapta a vivir en difíciles condiciones hasta el día que en que ya no aguante más y el mundo colapse.

Los abanderados del desarrollo sostenible, los verdes, los del decrecimiento o los del crecimiento cero, han sido “derrotados” por  los “optimistas y tecnófobos” defensores del crecimiento a ultranza, y por los miles de millones de habitantes sumergidos en el credo del consumismo ilimitado, animados por la propaganda a través de los medios, que no dicen muchas verdades. 

Al final, todos los discursos son funcionales con el crecimiento y el consumismo sin fin que dispara los indicadores de la economía. Unos más moderados otros más arrogantes, pero todos apuestan por el crecimiento del PIB. El ciudadano es un simple PIB per cápita.

Entonces, dónde se debe situar adicionalmente el debate: en la cultura del crecimiento del consumismo ilimitado que se ha consolidado en las últimas tres décadas, puesto que la amenaza ambiental no es escuchada con atención y preocupación suficiente por quienes tiene el poder del mundo.

De la sociedad de bienes materiales a la sociedad de los bienes inmateriales

Es increíble que las nuevas grandes catedrales de la sociedad actual sean los centros comerciales. En tono a ellos gira la vida de las ciudades. Ir a ellos es el programa preferido de familias, parejas, personas solas, de jóvenes, mayores y viejos. 

A nivel tan bajo de una sociedad sin ideas nos ha conducido los valores del consumismo ilimitado como un fin de la sociedad, que es su propia subvaloración de su condición humana y de su inteligencia. Detrás de esto, los medios y las empresas de publicidad, los diseñadores e innovadores que mejoran la forma de los productos y sus empaques, los ingenieros y diseñadores que crean productos desechables, los CEO que crean nuevas estrategias para atraer masas de consumidores, economistas que modelan el crecimiento, y tecnócratas fungiendo como reguladores del mercado del consumo ilimitado, son los “genios” de la sociedad del crecimiento. Y por supuesto, las universidades “formando deformados funcionales” a la fe del consumismo y al credo del crecimiento per se.

Hasta hace 30 años el mundo no era así. Y en las próximas décadas tampoco tiene porque ser así. 

Desafortunadamente, no son los grandes centros de las artes, de la cultura, de la ciencia, de la educación, del esparcimiento, del emprendimiento, de las nuevas industrias, es decir, de la producción de los bienes intangibles, las nuevas catedrales del siglo XXI.   


Es por ahí por donde se debe profundizar la discusión. Entre una economía por un consumo frugal donde un nuevo tipo de bienes sea el centro del interés de la ciudadanía y la consiguiente construcción de nuevos valores económicos, pero también sociales, culturales y políticos.

Hace pocos días, en Bogotá, acompañé a una amiga a un centro comercial y entramos a un almacén de objetos decorativos, juguetería, lencería, electrodomésticos, y otros más. La mayoría made in China, la mayoría inútiles, feos y desechables, pero es lo que el mundo le pide a los chinos que produzca para sostener el crecimiento que “salve” el comercio y la economía mundial. Incluso, se ha escuchado a políticos, organismos internacionales, y economistas de todos los lados del globo, regañar a China por no adoptar  X o Y medida para sostener un crecimiento anual del 9 o 10%, bajo el peregrino argumento de que la economía necesita que los chinos compren y produzcan para salvar el “mundo feliz” del crecimiento del hiperconsumo de objetos innecesarios.

Un nuevo tipo de sociedad se debe pensar para que sea posible crear una nueva economía. No debe ser un trabajo solo desde la economía como una ciencia independiente sino como parte de un esfuerzo de pensamiento interdisciplinario y multidimensional. John Stuart Mill, hace más de dos siglos, hablaba de los riesgos de una economía sostenida en el crecimiento a todo precio. 

El capitalismo y el socialismo tal como han sido aplicados, no sirven para frenar el sostenido y acelerado deterioro ambiental y la idea del crecimiento infinito e indefinido de la sociedad de consumo.

Es hora de pensar en las generaciones del futuro, en dejar una idea de sociedad distinta a la de hoy y a las del pasado, una sociedad más inteligente, más fundamental, más creativa, espiritualmente más profunda (no más religiosa), que le dé un mejor uso a la ciencia y a la tecnología y una nueva orientación a la educación, al emprendimiento y al desarrollo productivo. 

Una sociedad con menos propaganda, sin especuladores y sin corrupción, con menos objetos inútiles que le quitan segundo a segundo un vaso de agua a la tierra y a la vida, porque no puede ser el sentido principal de la existencia ponerse al frente de alguien y mirar qué marca de zapatos, de reloj, de jeans, de corbata o de cartera lleva puesto, ni qué modelo de carro, de cámara fotográfica y que juegue plano tiene.  El sentido de la equidad, del bienestar y de la felicidad, es decir de los valores económicos, sociales y culturales, no se puede medir por el acceso a bienes de consumo, muchos innecesarios.

Si el mundo asume la crisis, la transición y la incertidumbre actual bajo nuevas categorías, aun será posible salvar la tierra y a las generaciones que la habitarán. Alemania es tal vez la potencia con más conciencia del problema ambiental que vivimos y de los riesgos de seguir por dónde vamos.  Su sistema de producción no es igual al modelo de producción de objetos inútiles y ya desechables antes de comprarlos. Los modelos de crecimiento de Estados Unidos, el cual ha seguido el mundo, y el nuevo de China, que es una variación del modelo gringo, no son los modelos para un planeta y una sociedad en riesgo general.

La sociedad mundial debe moverse para que las artes, el conocimiento, la investigación y las potencialidades de los maravillosos avances de la ciencia y de la tecnología, sirvan para mucho más que la sociedad de consumo y del crecimiento que ahora tenemos. La inteligencia y la imaginación nunca han tenido tantas oportunidades como ahora para pensar, crear y vivir en un mundo diferente.  El problema está en la economía, en las demás ciencias sociales, en el urbanismo y en la política, que no saben qué hacer con la educación, con la ciencia, la tecnología y la innovación, pero también con la libertad, la democracia, los territorios y la ideología. 

Colombia, una esquina de las Américas, es el típico modelo de crecimiento que no debe ser. Cinco de las cuatro locomotoras del actual plan de desarrollo, corresponden a sectores de la sociedad industrial y una de ellas es enemiga absoluta de una sociedad sostenible: la minería de enclave. Y la que resta, la locomotora de innovación, la del futuro, aun no prende motores, porque aún no se sabe cómo debería ser. Mientras tanto, las artes, la cultura, la educación, la salud, las ciudades del futuro, la política de desarrollo productivo para una sociedad ambientalmente posible, la autonomía regional, no están en el frente de la agenda.  Además, la larga guerra que aún vive, es por el mal e indebido uso de los recursos naturales y su mala distribución.

Los medios: compromiso con el crecimiento y compromiso con el futuro de la humanidad   

Los medios no son neutrales al debate. Todo lo contrario, son corresponsables de la inercia  que dificulta pensar los cambios. En Colombia, el largo conflicto, la corrupción, la delincuencia común, domina las noticias, y relega u omite otros hechos más amables y esperanzadores. Una anécdota. Hace dos o tres meses, en una misma semana, tres connotados científicos colombianos recibieron importantes reconocimientos internacionales. Pues bien, ninguno de los noticieros de televisión más importantes registraron la noticia. Ni los programas de debate, tampoco los abordaron. Así ocurre con muchos más casos de hechos más amables e importantes que la violencia cotidiana de todo tipo.

Cuando sobrevienen escándalos en torno a licencias o problemas ambientales, al final la mayoría de medios terminan haciendo eco a los intereses económicos en detrimento de las comunidades y del medio ambiente, porque el “crecimiento no se puede frenar”.

Pero lo grave es que esos noticieros y esos programas de opinión, y esos medios, no tienen espacios deliberados y permanentes para los desarrollos de la inteligencia y de la imaginación, que permitan pensar un mundo futuro diferente al mundo presente. La razón, el estado y los medios obedecen al poder de la sociedad de consumo: las empresas.

Preguntas

¿Cómo la política debe recobrar el poder para gobernar para la gente y para la naturaleza y no para el interés de unos pocos?

¿Las grandes corporaciones nacionales y transnacionales son las que deben continuar ostentando y decidiendo el futuro del mundo?

¿Qué nuevos espacios de estudio y de investigación se deben crear para pensar y crear un nuevo conocimiento para una nueva sociedad y un crecimiento con otras categorías?

¿Qué tipo de sociedad debe ser América Latina? Una más del crecimiento conocido? O ¿la primera sociedad de un nuevo mundo?

¿Qué preguntas nuevas debemos hacernos sobre el crecimiento sin límites de la población?

Y los medios qué? solo por el crecimiento y el consumismo o también por el calentamiento, la creatividad, el conocimiento y las ciudades

No es este un discurso contra nadie. Es un discurso dirigido a construir un nuevo paradigma, donde políticos, empresarios, investigadores, pensadores, medios, artistas, y otros actores sociales, con conciencia de la necesidad de revisar el paradigma del "crecimiento insostenible", se unan a pensar una  alternativa para la humanidad. 
El siguiente mapa conceptual es una aproximación a la idea de los fundamentos del crecimiento futuro.





La tarea de tod@s en el siglo XXI

La idea básica es más o menos sencilla. Una vez que la sociedad mundial tome conciencia de la necesidad de cambiar el modelo de crecimiento y de consumo ilimitados, debe decir qué tipo de bienes son necesarios y cuáles innecesarios.

Las sumas y las restas deben dar un nivel de crecimiento y de consumo que conduzca a una idea de bienestar y a unos valores humanos esenciales, superiores al crecimiento del PIB y al consumismo sin límites, que PARE la destrucción del medio ambiente. 


Logrado lo anterior, deberá iniciar una senda que reequilibre la naturaleza y elimine asimetrías extremas de múltiple espectro que han desequilibrado el medio ambiente, dividido el mundo entre países avanzados y países atrasados, unos con instituciones inclusivas (los países más desarrollados son los que más inciden en el cambio cambio climático) y otros con instituciones extractivas (las naciones que por su bajo nivel de desarrollo menos inciden en el cambio climático), lo cual es una contradicción del modelo de crecimiento y de consumo ilimitados. Por estas razones el nivel de desarrollo ya no se deberá medir en el futuro por el crecimiento del PIB y del consumo sin fin.

Pero ese acuerdo global derivará en decisiones y en sistemas complejos inéditos para nuevos modelos de sociedades locales, nacionales y globales más autónomas, interdependientes y con valores más esenciales.


Imágenes para un mundo mejor

fotografía bajada de internet




   
Curitiba del futuro. Brasil. Fotografía de internet



Ciudad diseño. Puente de la mujer. Buenos Aires

Centro Cultural Julio Mario Santodomingo. Bogotá

Arte amable en las paredes de la ciudad
                                                                                        Catherine Beckmann. Fotografía de Facebook


Diseño, arte, cultura y ciudad en una obra.
                                                                                                         Santiago Calatrava.  Imagen bajada de internet                                                                                   


Maestro Gustavo Dudamel. Fotografía bajada de internet
  

  

Antonín Dvorak: “From the New World”.



P.D.: Este texto se motivó en la muy honrosa y amable invitación de la Deutsche Welle a participar en su Forum Mundial 2013. Siempre, mil gracias




SANTOS JUGANDO A LA GEOPOLÍTICA


Es indudable que el presidente quiere un protagonismo político internacional, pero es un protagonismo que aún no está respaldado en una gran estrategia nacional de desarrollo para lanzar desde ahí una sólida acción de inserción global. Son más bien decisiones aisladas, coyunturales, mediáticas, todas calculadas pero no todas bien ponderadas, que no alcanzan a conformar una gran estrategia internacional.


Hay acciones magnificas como poner encima del escritorio internacional la paz de Colombia, tanto que unos políticos de cara rosada ya lo promueven desde Londres para el Nobel de Paz antes de hacer la paz. Otras acciones son buenas y bien dirigidas como el esfuerzo por ingresar a la OCDE.  Algunas regulares como la promoción de su extractivo neoliberalismo social en un mundo que no sabe a dónde ir y en donde invertir, y que lo acogen por su entusiasmo con los TLC y por su laxitud con la inversión extranjera.  Pero también hay decisiones flacas, como el intento que hizo en la Cumbre de las Américas  de convertirse en país visagra entre los dos grandes bloques económicos del continente, un pantalón que le iba quedando grande. O el intento de convertirse en el tercer jugador continental, cuando via Capriles, alborotó las relaciones con Venezuela.

En una América Latina fragmentada y dividida a la luz del poderío hegemónico de Estados Unidos, hay países que le hacen el juego para que no pierda de vista el patio trasero, es también una apuesta de la agenda internacional colombiana.  Al día siguiente de despedir a sus colegas de la Alianza del Pacífico, Santos recibe durante dos días al Vicepresidente Biden que luego iría a Brasilia. Un día después, alguno de sus asesores le puso a Capriles en la casa de Nariño, y a los pocos días recibe al expresidente Lula para validar su programa contra la pobreza, donde éste le recordó que los pobres no quieren favores sino oportunidades. Pongamos en contexto estos episodios.



Santos, alfil de las Américas

La Alianza del Pacífico, que se parece más al reencauche del Consenso de Washington, no es un proyecto de integración para el desarrollo, sino para el libre comercio de bienes, servicios y personas, con alguna actividad en educación y en investigación.

Luego vino la polémica visita de Capriles. Santos le preguntó antes "si había problema en recibir al líder de la oposición".  Maduro le dice que no, porque no tenía como decirle otra cosa. Dos errores de ese episodio que armó la primera escaramuza con Maduro. 

El primero fue recibirlo cuando se está haciendo el reconteo electoral rebasando la decisión de la UNASUR que reconoció a Maduro y de la cual Santos hizo parte y fue proactivo, y con la paz de por medio por ser uno de los países garantes.

El otro error lo cometió Capriles, cuando en alguna rueda de prensa dijo que durante hora y media "habían revisado uno a uno los problemas de Venezuela". Qué torpeza.  Salida en falso que desencadenó la respuesta de Maduro. A los dos se los olvidó que el heredero de Chávez fue durante seis años canciller y canciller de un país que sabe jugar más que Colombia en la geopolítica mundial por ser un gran productor de petróleo. Después de esta metida de pata nadie recibe a Capriles, ni siquiera John Kerry.    

Por supuesto que de dientes para fuera todo colombiano con acceso a micrófono, pantalla o medio escrito, defendió a Santos con el argumento de que un mandatario es libre de recibir a quien quiera. Sin embargo,  quienes tenemos idea de como es el escenario global, no todos los presidentes se reúnen con tod@ mandatario ni con tod@ líder, hay algunos que nunca se hablan ni se conocen porque nada los convoca, hay otros que ni se buscan ni se encuentran porque están en campos ideológicos y geográficos tan distintos que nada los impulsa a encontrarse, hay otros que conversan con frecuencia y se reúnen porque tienen intereses comunes. A veces hay distancias geopolíticas pero acuerdos geoestratégicos. En síntesis, no todos los mandatari@s se reúnen ni tod@s tienen libertad geopolítica y geoestratégica para reunirse con otr@s.

El siguiente round vino después con el anuncio impreciso de Santos de una solicitud de ingreso de Colombia como miembro pleno de la OTAN. Ya sabemos cómo su propio Ministro de Defensa se encargó de aclarar que lo que había querido decir el Presidente era otra cosa. Pero, usar el término incorrecto, desencadenó la siguiente reacción de Maduro, Ortega y Evo, y el silencio de los demás presidentes de la región, destacándose el de Correa.

Al final los canales diplomáticos hicieron su papel, y el asunto parece superado. Además, ya tuvieron sus primeros acercamientos el Secretario de Estado John Kerry y el canciller Jagua, para mejorar las malas relaciones entre Washington y Caracas. Incluso, en el rifirrafe entre los dos países, Maduro no hizo alusión a  Estados Unidos, sino que habló de una conspiración orquestada desde Bogotá. Que hubo movimientos pensados para sondear el talante y respuestas de Maduro, los hubo, porque es un vecino estratégico y porque es el presidente de un país dividido al interior del partido gobernante y de este con la oposición, y con un modelo económico que hace agua por todos lados. Que Santos hizo una jugada de alfil en la geopolítica continental, no cabe la menor duda. 

Fotografía bajada de internet
Aprendiendo a ser jugador global

La división en el poder del gobierno venezolano no se vio en este lance con Colombia. Maduro, Cabello y Jagua, se vieron unidos y rodeados de las fuerzas militares. Ya se conoce cuál es el talante de Maduro y el tipo de respuesta, que además son estimuladas para solapar la grave crisis económica que será el fin del socialismo del siglo XXI, si no gira ya y de manera clara a un modelo como el de Brasil, Ecuador o del Chile de la Concertación, algo muy difícil y que toma tiempo. Perdieron 15 años, pero antes habían perdido 40.

Ademàs, todo parece que la paz de Colombia ya no pasa por Caracas. Cada vez se acercan más los equipos negociadores. Y en la medida que el proceso avance, terceros actores serán menos importantes. Pero, si el episodio derivado de la visita de Capriles fue para aislar a las FARC de agentes internacionales con el fin de acelerar las negociaciones de cara a la reelección, fue un movimiento desafortunado por lo recién dicho: si los negociadores de ambas partes están avanzando ¿por qué generar un ruido innecesario?. Ya las FARC declararon que el proceso estaba en un limbo.

En ese mismo sentido, qué intensión tuvo lo de la OTAN en medio de la negociación de la paz.  Lo único que se me ocurre es para ocupar los 450.000 miembros de las fuerzas de seguridad del estado colombiano, un número que gradualmente se deberá desmontar hasta unos 250.000 efectivos cuando la paz se afirme en los siguientes diez años.

Entonces, todo ha sido un manojo de idas y venidas que parecen no tener un cuerpo coherente de acciones geopolíticas - pensadas sí pero algunas mal ejecutadas -, sino mediadas por el afán de estar en los medios, porque Santos y Colombia como presidente y como nación, necesitan estructurar y cimentar un proceso de desarrollo que le dé a Colombia protagonismo real y permanente como alfil continental, porque nunca será ni rey ni reina, ni una de las dos torres. Hay que poner los pies en la tierra y la cabeza en la paz, en  sentar las bases para tener instituciones inclusivas que conduzcan a ésta nación al desarrollo, y luego vendrán los años donde éste país será un jugador global.  

Abril 17 2012 

¿El final de las cumbres de las Américas?

Esta es la tercera cumbre en la cual no se firma la declaración final. Si estas reuniones se pensaron como una de las acciones del Acuerdo de las Américas, y si esta era la única instancia sobreviviente del sueño de Clinton, que en 18 años no ha producido ningún efecto contundente distinto a la carta democrática de Quebec, no tiene sentido seguir con tan costosos montajes para tan pobres resultados. 

Pero el fracaso de esta sexta edición no se debe asumir como un fracaso de Colombia. Es un fracaso del esquema y de los preceptos sobre los cuales se montaron estas cumbres: un legado del Consenso de Washington, que ya nadie sigue ni defiende. Por eso, se debió trabajar dos agendas para salvar la cumbre y la declaración final: una, para los temas del desarrollo; y otra, para los asuntos políticos. Era un asunto de saber leer la realidad continental para armar una arquitectura de la cumbre según la cambiante geopolítica continental y mundial, y según los nuevos intereses geoestratégicos globales y regionales.

Ya metidos en el análisis de la cumbre, la reunión entre Dilma y Obama antes de Cartagena, había cubierto más de la mitad de la agenda continental. Los foros y las cumbres previas a la cumbre principal, fueron un éxito, aunque poco se sabe de las conclusiones y si esas conclusiones sirvieron para los contenidos del borrador de la declaración final. Si los foros y las cumbres sectoriales (que fueron magníficas) no sirvieron para ese propósito, ese fue el primer error estratégico de la cumbre porque le restó fuerza política, y el pragmatismo quedó en manos de las diferencias políticas e ideológicas.

Es a partir de la cumbre empresarial donde se empezó a cocinar el triste final de la cumbre presidencial. En el panel final, el más importante de toda la semana, entre Obama, Rousseff y Santos, que parece fue la repetición del encuentro de Brasil y Estados Unidos en la Casa Blanca, cuatro días antes, el presidente colombiano, en su intención de fungir como bisagra de las Américas, no alcanzó a acoplarse suficientemente al discurso de los dos gigantes. En esos minutos se jugó su liderazgo en la cumbre, y no lo aprovechó de la mejor manera.

En bandeja le pusieron los temas del desarrollo del continente desde la óptica brasilera y estadounidense: ciencia y tecnología, educación de calidad, integración de cadenas productivas, energía, aprovechar las potencialidades de América latina para integrarse, la gente por delante de todos los intereses, entre otras píldoras que soltaron la presidenta y el presidente.

Si la visión de Santos para generar empleo la hubiera integrado a esos temas, y los hubiera relacionado con los cinco del desarrollo que habían definido los países en los meses precedentes, hubiera elevado su talante y emergido como un adicional líder regional, porque esos son los asuntos que ocupan el centro de las políticas de las economías emergentes del mundo y de la región.

El presidente Humala dijo en la cumbre empresarial que al Perú lo que más le interesaba de las inversiones que están llegando al país y de las que debe hacer por su cuenta, es el uso de tecnologías que no afecten el medio ambiente y la generación de conocimiento, es decir, educación, ciencia y tecnología.

Además, los problemas de la pobreza, de la inequidad y de la educación, el presidente Santos los había tratado con solvencia en sus presentaciones en foros y entrevistas. Entonces ¿qué le pasó en el panel?

Para rematar, minutos después, en su discurso de inauguración de la cumbre central, omite el tema de las Malvinas. Con esa omisión la bisagra se desarmó. Pudo invocar, en tiempo pasado, las decisiones y apoyos mayoritarios en la OEA, en la ONU y en otras instancias regionales, y se hubiera salido del asunto sin molestar a nadie, tal como lo hizo Obama en la rueda de prensa donde se anunció que el TLC con Colombia se iniciaría el 15 de mayo.

Con esos dos gestos, todo el gran esfuerzo diplomático para tratar de lograr un difícil o imposible consenso, se vino abajo. Creo que los mandatarios que tenían alguna duda, dados los esfuerzos diplomáticos precumbre, definieron sus posiciones, y me imagino que en las discusiones a puerta cerrada jugaron sus cartas sin ningún reato.

Días antes de la cumbre, se minimizó e incluso con cierta arrogancia, por ser un país pequeño, la ausencia de Ecuador. Al final, todo el Alba siguió la huella de Correa, a la que se sumaron los demás países latinoamericanos. La declaración final fue enterrada y la cumbre había fracasado.

El espectáculo del domingo en la mañana fue triste. La desbandada de mandatarias y mandatarios comenzó el sábado en la noche, y en la mañana del domingo empezaron a desocupar temprano el Centro de Convenciones de Cartagena. Además, para agregar, Brasil cancela la reunión bilateral con el presidente Santos.

El papel de país bisagra, fue efímero. No lo debió pretender porque no cabía en medio de una turbulencia política anunciada. Colombia no debió asumir el papel que no le correspondía y que no podía cumplir, cuando sus intereses están más cerca a una de las dos partes de la bisagra. Terminó en la soledad de unas conclusiones con poltronas vacías, tan distinto, al escenario radiante de 24 horas antes. La cara cansada y desconsolada de la Canciller Holguín, lo decía todo.

La cumbre también fracasó, porque si bien Colombia promovió de manera acertada una agenda en pocos temas importantes, también es cierto que sin políticas, programas, proyectos, recursos e institucionalidad intercontinental, mínima pero eficiente, no serían más que retórica, razón por la cual, el desarrollo fue relegado por el tema político.  Por ello se debió blindar la agenda del desarrollo y no mezclarla con la agenda política.  Así la cumbre y la "unidad continental por una mayor prosperidad" se hubieran salvado en uno de sus componentes, y el otro hubiera quedado como parte de una futura acción política de cara a la séptima cumbre. ¿por qué a ninguno de los 33 países se le ocurrió esta agenda de dos velocidades? ¿Por qué se enredó sola Colombia? 

Nuestro país debió concentrarse en hacer la mejor cumbre, tal como lo hizo, y no meterse a hacer el papel de salvador de todas las diferencias acumuladas durante décadas y décadas, y de intentar el milagro de unir un continente que tiene demasiados ejemplos de integración poco exitosos.

Finalmente, de manera discreta e inteligente, México se llevó la bandera de los estudios y de la discusión sobre alternativas al problema del narcotráfico, que en esta cumbre, se demostró que la estrategia hasta ahora adelantada ha fracasado, y que el narcotráfico va ganando la guerra, por su dinámica económica y por las debilidades de las sociedades y de los Estados más involucrados, porque son tantas las posiciones entre los países, que los enfoques y estrategias vigentes para combatirlo se agotaron hace rato.

En síntesis, si se busca el lado exitoso de la cumbre, es la reafirmación de que el continente ya no quiere viajar bajo una sola visión: hegemónica y homogénea.


Abril 12 de 2012

¿Una cumbre empresarial para el desarrollo?

Este sexto encuentro de mandatarios continentales incluye la primera cumbre de empresarios en la cual abordarán cinco temas: pobreza, infraestructura, ciencia y tecnología, educación, y responsabilidad social.

Es deseable que sus conclusiones hagan parte de la declaración final de la cumbre, para que haya una convergencia entre la agenda política y la empresarial, porque los años donde el mercado iba por un lado y el estado por otro, en esta era de rápidos cambios, son prehistoria. Por lo tanto, la cumbre se debe hacer con conceptos del futuro y no del pasado. Pero, como se va del pasado al futuro.

Estados Unidos no necesitaba de una agenda común para el crecimiento del patio sur, pero los demás países tampoco han tenido una idea clara de cuál podría ser un proyecto para propósitos superiores conjuntos. Entonces, no quiere decir que las cosas ya cambiaron, y que ahora Estados Unidos siente que necesita de los latinoamericanos y que éstos tengan colectivamente una idea definida de un proyecto común con el hegemón.

Pensar que en Cartagena se asistirá a la primera cumbre de las nuevas relaciones entre el norte y el sur del continente, es una ingenuidad. Para ello se requeriría que los cinco temas se conviertan en programas comunes cobijados por una idea pragmática de integración, con recursos económicos importantes, institucionalidad mínima, y la agenda empresarial integrada a la agenda de política. Esto ya no fue así.

Además, la OEA no sirve para esos fines, y los organismos multilaterales regionales no tienen suficiente músculo para ser la contrapartida de los recursos que cada país debe aportar, incluidos los que deben poner los dos países más desarrollados, y también Brasil en menor proporción, para impulsar una estrategia de largo plazo que permita cerrar brechas al interior del continente.

Por lo tanto, si bien tener una agenda de acuerdos en pocos temas es bueno, y tener aportes del BID, de la CAF y del Banco Mundial, también es bueno, estamos a distancia de una senda común de desarrollo para un crecimiento sostenible y sostenido a altas tasas.

En la cumbre empresarial algunos temas tienen foco pero un foco incompleto, caso de la ciencia y la tecnología que se centrará en necesidades del sector rural, como si los sectores industriales no tuvieran necesidades que a su vez incidirían positivamente en el desarrollo rural, y como si los nuevos emprendedores y las pymes tampoco necesitaran de conocimiento e innovación.

Incluso, si lo que hay detrás del propósito de Estados Unidos y de los demás países, es fortalecer el libre comercio, basado en requisitos para la libre competencia entre economías con grandes asimetrías, se debe generar condiciones estructurales para competir en condiciones no asimétricas. Un asunto de sentido común y de equidad entre naciones con niveles de desarrollo tan extremos.

Por eso, una agenda de ciencia y tecnología en pocas áreas de alta tecnología, respaldadas por un programa en educación para mejorar la calidad en ciencias básicas y en ingeniería, tendría efectos más positivos en lo rural, en lo industrial y en emprendimiento, y llevaría al continente por una nueva senda de prosperidad menos inequitativa. Por eso, la ciencia, la tecnología y la educación, debieron hacer parte de los temas de la agenda política.

Avanzar en conocimiento propicia condiciones de largo plazo para abatir la pobreza, desarrollar infraestructuras, y generar tecnologías para mitigar los impactos de los desastres naturales y del cambio climático. Todo lo anterior le daría al tema de responsabilidad social, una nueva dimensión.

Estados Unidos tiene el bolsillo disminuido, pero este tipo de esfuerzos comunes tampoco hace parte de su idea de cómo lograr el desarrollo: todos deben competir y para ello cada uno debe mejorar por su cuenta y riesgo. Es su ideología y la cultura que han desarrollado y que los ha llevado a convertirse en la gran potencia mundial. Por eso no es el mejor hegemón para países, en su mayoría, acostumbrados a la limosna de la cooperación, y no a desarrollar la inteligencia, la creatividad y el emprendimiento.

Buen ejemplo de un futuro distinto al presente, es la visita que esta semana hizo Dilma Rousseff a Estados Unidos para fortalecer la cooperación en ciencia, tecnología y educación, dentro de un programa que se llama en las políticas brasileras: Ciencia sin fronteras en el siglo 21. ¿Qué tal uno similar? Ciencia sin fronteras en las Américas del siglo 21, como producto de esta cumbre. Es tarde.

Como estas son las Cumbres de Estados Unidos para las Américas, es la razón por la cual Brasil y Estados Unidos, se reunieron antes para establecer acuerdos en áreas estratégicas y intentar zanjar diferencias donde los intereses no convergen.

En otras palabras, la gran potencia y la potencia emergente tienen agenda propia, y las dos con el resto, tienen otra, que cabe en un bolsillo. Ojalá esta sea la cumbre de transición para que las futuras cumbres tengan como objetivo un desarrollo común, sostenible y equilibrado.


Abril 09 de 2012


Brasil y la Cumbre Obama de las Américas

No es ningún secreto que esta sexta reunión de las Américas es el único gran proyecto que quedó de una idea más ambiciosa y de largo plazo que tenía Bill Clinton en los años 1990, y cuyo principal objetivo era un acuerdo de libre comercio continental, conocido como el ALCA.



Edificio del Congreso. Brasilia. Obra de Oscar Niemeyer

Sabemos también que esa iniciativa murió por la acción principal de Brasil al no ponerse de acuerdo con norte América en el tema agrícola. Fracasado el ALCA, resultaron una cantidad de TLCs, uno de ellos el de Colombia con Estados Unidos, logrado a punta de mantener la frente en el piso.

Salvo la carta democrática de la cumbre de Quebec, los objetivos de las otras cumbres han sido intrascendentes, como ha ocurrido con la gran mayoría de eventos similares en el continente, convóquelos quien los convoque.

Esta nueva cumbre tiene dos agendas: una, la formal, con los cinco temas acordados en las reuniones preparatorias; y otra, la informal y política, sobre Cuba y su relación con la ausencia de Ecuador, las Malvinas y el narcotráfico. La primera pasa sin problemas; la segunda será de pronto la más interesante.

Como Colombia vive encapsulado en su corta visión del mundo, no observa eventos adicionales que ocurren en el globo y por tanto tampoco sabe interpretar sus correlaciones.

La semana pasada se reunieron en Nueva Delhi los cinco países de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica, líderes de la nueva geopolítica global de los países emergentes), a discutir asuntos globales, la agenda de la crisis financiera internacional, el FMI, entre otros.

Días atrás Brasil había liderado en el G 24 y como miembro de los BRICS, la candidatura de José Antonio Ocampo a la presidencia del Banco Mundial. En otras palabras, a nuestro economista lo apoyan, ni más ni menos, los nuevos jugadores geopolíticos y geoestratégicos mundiales. ¿Qué hay detrás de la posición del presidente Santos de no apoyar a Ocampo? Creo que la candidatura de Angelino a la OIT es la excusa pero no la razón de fondo.

Pero también antes de Cartagena se reunieron Rousseff y Obama en Washington, para revisar las tensiones que mantiene a los dos países a prudente distancia; firmar acuerdos cuyos focos principales son la ciencia, la tecnología, y la educación; y tratar situaciones bilaterales como el déficit comercial de Brasil a partir de la crisis de 2008, la producción de aviones entre la Boeing y Embraer, el programa nuclear de Irán, y la compra de 125 cazas supersónicos europeos en un contrato que incluye la transferencia total de tecnología. Qué envidia de agenda.

Los acuerdos en ciencia, tecnología y educación, son consecuencia de las políticas brasileras en materia de conocimiento, por eso la presidenta también visitó Harvard y el MIT, por la cantidad de estudiantes brasileros que irán en los próximos años como parte de los 75 mil doctores que formarán en el exterior dentro del programa de 100 mil al año 2015.

Para rematar, Dilma será la última en dejar Cartagena, luego de una reunión que remata en cena con el presidente Santos. Esta es a grandes rasgos la estrategia diplomática que desde los jardines y los espejos de agua de Itamaraty, Brasil proyecta por estos días al mundo. Se fue Lula pero llegó Dilma, menos carismática pero más formada y contundente. La última encuesta de opinión registró 77% a favor de su gestión.

Por el enorme esfuerzo que ha realizado Colombia en materia diplomática y de logística, por la sutileza de Santos para poner en la mesa el tema de las drogas, la habilidad para manejar la ausencia de Cuba, por mantener durante dos días en Colombia y reunirse a solas con Obama y con Rousseff, ojalá la cumbre resulte bien y genere nuevos debates y acciones a cumplir, para que sea recordada como el evento que empezó a cambiar la historia de las reuniones continentales, tal como ha cambiado el mapa geopolítico y por tanto los asuntos geoestratégicos globales. Soñar no cuesta nada.

Nuestra cancillería de San Carlos ha mejorado a pesar de los embajadores por favores políticos, pero Colombia aun debe aprender a ser jugador global. La distancia con Itamaraty es muy grande, y es grande porque no tiene una visión propia de la geopolítica mundial, razón por la cual nos cuesta tanto liderar asuntos complejos de impacto internacional. Como los niños, todavía somos ingenuos para caminar por los cruzados senderos internacionales.