martes, 14 de octubre de 2025

NI UN PASO ATRÁS, OTRA COLOMBIA ES POSIBLE. 
EL PENSAMIENTO DE CAROLINA CORCHO 


No la conozco personalmente, pero he seguido su andar político desde cuando fue Ministra de Salud, cargo al cual renunció porque los dueños de las EPS le pidieron al Presidente de la República hacerla a un lado para aprobar la reforma. Renunció, y el poder detrás de las EPS, no cumplió. Dos años han transcurrido y la transformación del sistema de salud muere en la Comisión Séptima del Senado de la República, donde son mayoría los sepultureros del cambio. Se fue del gobierno y hoy aspira a la Presidencia de Colombia en 2026. 

En el libro muestra su pensamiento político y su trasegar de líder de muchas luchas sociales y políticas, y como médica psiquiatra y pensadora alternativa. Nos muestra realidades, desafíos, y decisiones que tomaría como la primera mujer presidenta de la nación, continuando con acciones del gobierno del presidente Petro, corrigiendo lo que sea necesario, sin abandonar la deconstrucción del neoliberalismo como visión ideológica y política que ha generado exclusión y desigualdades extremas en Colombia. El prólogo de Margarita Rosa de Francisco finaliza con palabras de Carolina encargándole la tarea “de insuflarle carne, sangre y épica ciudadana a este esqueleto de país que todavía late”; y Margarita responde “Contigo, Carolina, mujer, río, árbol, tormenta, cielo, lago y pensamiento, hasta que lo logremos”. 

Al salir del prólogo aparece un magnífico texto de Ana María Soleibe Mejía, presidenta de la Federación Médica Colombiana, FMC, en el cual muestra el pensamiento crítico y la acción política de Carolina al servicio de Colombia, como psiquiatra, politóloga, investigadora, exministra y activista en torno a la defensa de lo público, la equidad, la justicia social, y crítica rigurosa al neoliberalismo. Su trasegar académico y público le dio una sólida formación humana, intelectual y política. Todo comenzó en su casa, con su madre y su padre, en el campo y en la ciudad, en el colegio y la universidad, en su consultorio y en auditorios, en conversatorios académicos, en la calle y en las plazas, en el programa del presidente Petro y en el ministerio de salud, convencida de las posibilidades de un país “con una marcha históricamente incierta y dudosa que debe avanzar no como un arrebato de voluntarismo, sino como condición de supervivencia colectiva”, en sus palabras. 

Ideas para el Cambio de Colombia 

Su pensamiento es contundente, y su discurso lo piensa como una segunda etapa del proceso progresista, y se resume así: 

Agricultura: reforma agraria y soberanía alimentaria a partir de los campesinos. 

Pensiones. Implementar la reforma pensional universal donde se trata de proteger a los ancianos de escasos recursos, abrir un camino a la pensión de quienes empiezan su trasegar por la vida laboral, y amparar a los que han llegado tarde a pagar su seguridad social. 

Reforma política para superar la fragmentación de unas maquinarias electorales con un sistema que no dispone de una sólida reglamentación. 

Reindustrializar a Colombia fortaleciendo la investigación científica y tecnológica para estimular la innovación, los emprendimientos disruptivos, elevar la productividad y poner a conversar al país de nuevos sectores, sin olvidar los que existen, para superar umbrales hasta alcanzar el desarrollo. 

Reforma a la salud. Está en el frente de sus propósitos, y si no avanza en el Congreso de la República, será uno de sus primeros actos de gobierno presentarla personalmente al Congreso. 

Descentralización. Fortalecerla a partir de la reglamentación de la ley de competencias y la reforma de los organismos de control en las regiones. 

La economía al servicio de la gente, teniendo en cuenta que el grado de desigualdad es extremo y superarlo incluye una reforma tributaria duradera porque Colombia no tiene una tributación progresiva, equitativa y eficiente, con un sistema complejo, opaco y poco transparente, que favorece intereses de poderosos a costa del interés público y colectivo. La ley de financiamiento del 2024 que incluía un componente tributario, fue negada en el Congreso, y buscaba la reactivación de la economía de la mano con la política de reindustrialización, teniendo en cuenta que el 60% de la economía es informal y solo un cambio estructural de largo plazo la puede reducir de manera paulatina y sostenida. 

Persistir en la paz total entendiendo las economías ilícitas para superar las condiciones que la estimulan, y avanzar en los retos prácticos requeridos para que esa política se convierta en instrumento de acción. 

Las mujeres, jóvenes, poblaciones étnicas y los discapacitados, hacen parte de una estrategia intersectorial integrada en el sistema nacional de igualdad y equidad, cuyo instrumento central es el observatorio poblacional, y el carácter vinculante de los diversos Ministerios y entidades de las políticas y estrategias que allí se establezcan. El Ministerio de Igualdad y Equidad, reestructurado, continuará. 

Educación. Componente clave que permite el salto social, para ello debe estar orientada a la generación de una cultura ciudadana democrática asumiendo la reforma cultural e intelectual como uno de los grandes objetivos de la educación, con la participación del sector educativo y de la sociedad. 

Política internacional y la colombianidad en el exterior. Diversificar las relaciones comerciales, culturales y económicas con otras latitudes, entre ellas el acuerdo de la Franja y la Ruta, que le da viabilidad a proyectos como la red de trenes desde Buenaventura a Barranquilla, y de Bogotá a Santa Marta, como un sistema multimodal sostenible y descarbonizado. 

Reforma a la justicia. Se discutirán los mecanismos de nominación y elección de los magistrados de las altas cortes, la morosidad y la crisis del sistema judicial. Asimismo, la nominación y elección del Fiscal General de la Nación para que sea una fiscalía autónoma y eficiente, porque tiene un indicador de impunidad en materia criminal superior al 75%, y en delitos relacionados con derechos humanos, por arriba del 95%. 

Corrupción. Una política pública anticorrupción es un asunto de las instituciones estatales, y un fenómeno cultural presente en la sociedad como una conducta permisiva aprobada por algunos sectores sociales. Es una cultura silenciosa que quiebra valores éticos profundos, y es el resultado de un régimen basado en el transaccionismo, el clientelismo, con ausencia de sistemas de información que den cuenta del manejo de los recursos, por lo cual debe ser una política pública para todos los sectores y ramas del Estado, que incluye una profunda reflexión cultural desde la educación, la familia, y los escenarios desde los cuales se forja la opinión pública. 

El Ambiente. Una potente visión con acciones estratégicas sobre el medio ambiente donde convergen y aterrizan muchas de las acciones anteriores relacionadas con la reindustrialización, la investigación para un conocimiento más profundo de nuestra biodiversidad, la educación, la agricultura, la minería, la ruralidad y las ciudades sustentables, y la energía sustentable. 

Pacto Histórico: hacia un partido unitario y democrático 

El proceso reformista necesita perfeccionar una tarea fundamental y estratégica para consolidar el proyecto político del Pacto Histórico. Por eso dedica espacio a reflexionar para construir un partido, puesto que no puede haber nueva propuesta si no la respalda una construcción política e intelectual donde “se reconozca desde dónde se habla,… para pensar lo impensado, y explorar lo inédito”, como dice Laura Quintana, en Espacios Afectivos (Herder. 2023) 

Carolina escribe sobre la importancia de crear y consolidar un partido para desarrollar un proyecto político en los años por venir. Esta es la parte más iluminadora del libro: crear una fuerza política que trascienda, consolide y permanezca. Sin ella no hay programa. Cita a Antonio Gramsci “El partido es por definición el órgano que conecta a la sociedad civil con el Estado, constituye el escenario de la movilización de las ideas, de la construcción del programa con la ciudadanía para que este sea proyectado en un gobierno. Es el escenario donde se forman los hombres y mujeres de Estado que harán parte de los gobiernos y de los cuerpos colegiados del Estado y quienes llevarán a cabo las políticas públicas que se acuerden con la sociedad”. 

También toma de él que un partido debe “incorporarse en la vida social y cultural de la nación, mediante la realización de una reforma intelectual y moral de la sociedad, lo que significa la creación de una nueva cultura... Esto implica que el partido debe desarrollar las investigaciones, el conocimiento, y los argumentos que permita el desarrollo de las aspiraciones e ideas de los representados.... Si no ocurre el desarrollo de una visión teórica, de creación de cultura política desde el partido lo que ocurre es la escasez de hombres y mujeres de Estado, de gobierno, miseria de la vida parlamentaria, facilidad de disgregación de los partidos, corrompiendo y absorbiendo a los pocos hombres y mujeres indispensables.... El partido debe inscribirse en su propia estrategia nacional, que consulte con los referentes culturales e históricos de su nación… Para abrirse y crear una nueva cultura que logre consensos en torno a la transformación, bajo la creación y la libertad individual”. 

En sus palabras “Si lo que se pretende es hacer un cambio profundo en Colombia, el partido no puede reproducir las abyectas formas como el bipartidismo tradicional ha mantenido el poder político en Colombia para extender las desigualdades y la exclusión social… La democracia al interior del partido es lo único que puede garantizar la unidad del mismo”.

Más adelante “En el caso colombiano, si no hay reforma política, a mi juicio, no existen las condiciones para que en el Pacto Histórico se presenten listas cerradas, dado que no existen los mecanismos democráticos para la definición del orden de las mismas, sin estos mecanismos se dará al traste con la unidad y la construcción de partido y, por tanto, con la posibilidad de dar continuidad al proyecto de transformación de Colombia… El partido debe enfilar sus esfuerzos en hacer de la política el arte de transformar la cultura y de politizar la sociedad civil para llevar a cabo la reforma intelectual y moral, lo que implica inscribir un programa en la historia nacional colombiana que dignifique al conjunto del pueblo” 

Luego de leer sus 296 páginas, me pregunto ¿Dónde está en el pensamiento y en la propuesta progresista algo que justifique la irracional diatriba de la oposición? La crisis está en la fusión nefasta de ultraderecha y neoliberalismo, que nunca tuvo como propósito llevar a Colombia al desarrollo, superar injusticias, inequidades y rezagos estructurales en su especialización productiva. Más bien, creó un océano de ilegalidades que ahogan a Colombia, atentó contra la biodiversidad, entregó la soberanía nacional, desindustrializó la producción, no desarrolló la ciencia ni la tecnología, ni tampoco educó a todos, sembró el campo de cruces, implementó la captura impune de recursos del Estado, la justicia se corrompió porque se politizó, y el legislativo se convirtió en el Capitolio de la corrupción y de los negocios con dineros públicos. Derecha y neoliberalismo crearon el Estado Imposible. 

Carolina Corcho tiene los pies en la tierra y en su inteligencia y corazón está la otra Colombia posible.

sábado, 26 de octubre de 2024

SOSTENIBILIDAD Y BIODIVERSIDAD EN LA CAPITAL DEL SUR: EL LLAMADO DE COLOMBIA EN LA COP 16

Este texto también está publicado en Razón Pública.

La COP 16 ‘Paz con la Naturaleza’ en Colombia exige un cambio radical: del extractivismo destructivo a una economía sostenible que proteja nuestra biodiversidad y asegure un futuro justo para todos.

Jaime Acosta Puertas*


COP 16 ‘Paz con la Naturaleza’ es el mensaje que Colombia enviará al mundo, reconociendo las relaciones desiguales actuales. Estas se manifiestan en actividades extractivistas que sobreexplotan las capacidades de la naturaleza, subrayando la necesidad urgente de mejorar la relación entre los seres humanos y los ecosistemas.

 El calentamiento global avanza

Las noticias recientes sobre miles de incendios en América Latina, causados por grupos criminales que buscan ocupar tierras para actividades lícitas e ilícitas, resultan abrumadoras. Aunque parte de la destrucción de la biodiversidad es responsabilidad de estas acciones, la mayor causa sigue siendo el calentamiento global, impulsado por el aumento de la temperatura del planeta.

El daño es inmenso, por lo que la protección de los ecosistemas debe quedar en manos de ejércitos de guardianes de la vida. Sin embargo, esto no forma parte de los planes de los gobiernos ni del presupuesto de ninguna nación. El mercado no cede y el mundo sigue lejos de discutir la desmaterialización como alternativa para modificar un modelo que acumula y depreda.

La emisión continua de gases de efecto invernadero intensifica el paso de los rayos solares a través de la capa de ozono, lo que agrava el calentamiento global. Esto es causado principalmente por el uso de combustibles fósiles y prácticas destructivas en sectores como la agricultura, el extractivismo fósil y la alta tecnología, exacerbados por el consumismo desenfrenado.

Los combustibles mejorados son solo un sofisma. Aunque se logra reducir algunos daños, el peligro persiste. Mientras tanto, investigaciones científicas buscan soluciones milagrosas para convertir el petróleo en agua o el carbón en pan. Las multinacionales del sector fósil invierten en producir combustibles menos destructivos y en campañas publicitarias que minimizan los peligros del calentamiento global.

El tránsito hacia energías alternativas está en manos de las empresas, con participación limitada de algunos Estados que apuestan por la soberanía energética, como el caso de México. Dicho país retiró a los privados de la generación de energía eléctrica por las mismas razones que encarecen la energía en Colombia.

Extractivismo y soberanía energética

En Colombia, la necesidad de reducir la dependencia del extractivismo fósil está llevado al del extractivismo verde, evadiendo de manera directa una verdadera soberanía energética y sobre la biodiversidad  relacionada con la soberanía productiva y tecnológica de la política nacional de reindustrialización y de innovación. Las petroleras presionan fuertemente para acelerar el fracking, ganándose a la Corte Constitucional y a los congresistas para exigir la reactivación de los taladros.

En lugar de esto, lo que deberían hacer los gobiernos, las empresas y los centros de investigación es impulsar la soberanía tecnológica para salvar al país y a la región de la catástrofe climática.

La soberanía sobre la biodiversidad, la energía y la producción debe comenzar con un cambio cultural en la sociedad, la dirigencia y la educación, para asegurar una transición energética y tecnológica justa.

Colombia aún no ha incorporado la visión innovadora de pensadores como Mariana Mazzucato, Carlota Pérez, Kate Raworth y Stephanie Kelton, quienes promueven redefinir el concepto de economía. No se trata solo de frenar el crecimiento, sino de desmaterializarlo. El cambio climático no se resolverá únicamente con energías renovables, sino con una transformación profunda del modelo productivo y energético, la movilidad sostenible y la defensa de la biodiversidad. Para esto se requiere pasar de la confusión y el conflicto a la cooperación, aprovechando la inteligencia colectiva y las plataformas digitales para facilitar la transición (Domenech Costafreda, 2024)

El futuro: territorios de la biodiversidad 

Las ciudades deben transformarse en espacios sostenibles. El verde debe dominar los espacios públicos, y las avenidas deben convertirse en corredores verdes para facilitar la movilidad con energías alternativas. La economía circular debe establecerse como cultura y los jóvenes deben liderar este cambio para evitar los efectos más graves del calentamiento global.

Las subregiones cercanas a las ciudades deben configurarse como zonas autónomas, conectadas a las grandes urbes, pero con una oferta económica adaptada al cambio climático y a la escasez de agua. Estas áreas serán los nuevos territorios de vida, un modelo que aún en Colombia no ha sido concebido.

En el contexto de la protección de la biodiversidad y la lucha contra el calentamiento global, las áreas metropolitanas son un error. La venta masiva de agua de Bogotá a los municipios de la Sabana es insostenible en este escenario. La idea de una Bogotá Región de 20 millones de habitantes es inviable, ya que la destrucción de la biodiversidad y el aumento del CO2 hacen imposible mantener el equilibrio ecológico.

Además, los embalses de Bogotá dependen en gran medida de la protección de la Amazonía en Brasil, o mínimo depende de la protección y rehabilitación de la Amazonía colombiana, que está a 300 kms en línea recta de la capital. Sin esta protección, el agua será cada vez más escasa, lo que forzará la migración de personas más allá de la Sabana.

Las vías que facilitarán las salidas de Bogotá impactarán la naturaleza. La alcaldía de Bogotá busca resolver este desafío con el proyecto de la empresa de renovación y desarrollo urbano de Bogotá (RenoBo), llamado el "Tinder" urbano: un equilibrio entre la conservación ambiental y la construcción de vivienda. El proyecto propone cambiar el uso de suelo en zonas de reserva por terrenos destinados a construir una ciudad más densificada. La densificación sostenible es coherente con ciudades que protegen la biodiversidad, siempre que el desarrollo urbano apunte a crear urbes sostenibles, inteligentes y desmaterializadas.

Parques naturales urbanos

Recientemente, una ola de calor se sintió en Colombia. Desde una ventana observaba los alrededores de Pasto, y el paisaje ofrecía una clara señal de que nada bueno estaba por llegar. En los bordes superiores de las montañas que rodean la ciudad, se veía una franja de árboles verdes. Más abajo, en los límites de los barrios populares, una franja amarilla, destinada a la ganadería extensiva, rompía la vista. Al salir de la ciudad, el paisaje alternaba entre verde y amarillo.

Recordemos que Aurelio Arturo nos deleitaba con el país de todos los verdes. Las lluvias volverán y por un tiempo breve el verde regresará, pero luego el sol retomará su intensidad y los cerros y las montañas se teñirán de más amarillo que verde.

Proteger la biodiversidad y reordenar la producción primaria es inaplazable por dos razones: las políticas agrícolas actuales, incompletas y conocidas, no podrán proteger la biodiversidad ni enfrentar el calentamiento global; y el campo que rodea la ciudad deberá convertirse en una gran reserva natural, extendiéndose hacia el interior y cruzando la ciudad de norte a sur y de oriente a occidente. Esa debe ser la gran visión: transformar el territorio en un gran parque natural urbano.

La Circunvalar, que conecta el aeropuerto Antonio Nariño con la vía Panamericana hacia el Ecuador, debe convertirse en una reserva con miradores desde los que se pueda contemplar la ciudad y el volcán Galeras. Se debe detener la construcción de bodegas y reorganizar el espacio para la producción a medida que la economía se reestructura en torno a la soberanía alimentaria, el desarrollo agroindustrial y las exportaciones, junto con especializaciones en alta tecnología por definir.

Se están construyendo bodegas en los entornos de la ciudad, las cuales destruyen la biodiversidad. Las empresas están devorando el futuro, impulsados por una expansión y modernización insostenibles. Los cerros están desapareciendo en el trayecto hacia el aeropuerto y en las salidas hacia el Ecuador. Además, es urgente que la ganadería extensiva abandone los alrededores de la ciudad.

La avenida Panamericana tiene que transformarse en un corredor verde, con nuevos andenes que proyecten la peatonalización de la ciudad. La avenida Calle 27, que conecta el oriente con el occidente de la ciudad, debe completarse ya que presenta cuellos de botella incomprensibles. Además, podría ser un corredor verde de oriente a occidente, sirviendo como piloto para nuevas edificaciones sostenibles que reflejen un urbanismo y una arquitectura coherentes con el cambio climático. El barrio El Bosque, construido hace décadas, es un ejemplo de una zona que ya incorpora algunos criterios de sostenibilidad.

Los parques construidos en los últimos años van en la dirección correcta hacia un desarrollo urbano más amigable, que trasciende el cemento, el ladrillo y los combustibles fósiles. Avanzar en la peatonalización del centro – otra importante acción de renovación urbana para rescatar el centro de la ciudad - contribuye a la sostenibilidad urbana al eliminar los buses contaminantes que funcionan con ACPM, y reducir el impacto de las olas de motos que invaden las calles. La peatonalización extendida permitirá que la gente camine, comparta y viva en una ciudad más sostenible.

Si el futuro de la capital del Sur desea contar con una zona para una economía de la innovación, hay espacios generosos, sin uso o mal utilizados, entre la calle 18 y la Avenida de los Estudiantes y desde la Avenida Panamericana hacia el norte. Sería la ciudad moderna extendida. Esta zona y el sector de la Normal son los espacios ideales para una ciudad densificada, inteligente, creativa y con emprendimientos sostenibles que apunten hacia una transición justa, ya que lo exigen la defensa de la biodiversidad y las nuevas empresas del conocimiento en agroindustria,  bioeconomía e industrias de alta tecnología.

Sin embargo, el futuro del entorno inmediato de Pasto no puede concebirse sin la Laguna de la Cocha y el Alto Putumayo, porque allí también se encuentran fuentes de agua, alimentos y ecoturismo. Las empresas industriales que practican una pesca antiecológica de la trucha deben irse. Y tampoco se puede continuar arañando tierra al Galeras.

El importante proyecto Visión 2037, desde la iniciativa Hito, debe diseñar un futuro donde la conciencia ambiental, si bien no avanza a la velocidad deseable, no genera rechazo.

Para Colombia, la biodiversidad, energías alternativas, reindustrialización, innovación, desmaterialización, inversión privada para proteger la biodiversidad y enfrentar el cambio climático,  y transición justa son los pilares del debate y los acuerdos políticos sobre el futuro, no la destructiva polarización política promovida por una derecha que enarbola la bandera de la destrucción climática. Además, no olvidar que en las actuales circunstancias de la nación, del mundo y del cambio tecnológico, el futuro se construye desde el futuro y no desde el presente.

Es una maravilla que Cali sea la sede de la COP16.

*Analista político, consultor e investigador independiente experto en economía de la innovación.

UNA CUMBRE POR LA BIODIVERSIDAD Y EL CAMBIO GLOBAL 

Jaime Acosta Puertas

 

Foto: Gabriele Siegrist 
“No podemos esperar a que las soluciones al problema medio ambiental vengan de manos de los culpables” Irene Gómez – Olano. 2024 

La Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica -COP16, es el espacio de discusión y toma de decisiones establecido por las Naciones Unidas (NU), para abordar problemas apremiantes como el cambio climático, pérdida de biodiversidad, conservación de ecosistemas y defensa de las personas dedicadas a la conservación, reconociendo que existen relaciones desiguales, actividades que sobreexplotan las capacidades de la naturaleza y que plantean la necesidad de mejorar la relación, entre los humanos y los ecosistemas. Cuatro son las apuestas priorizadas: 

Generar una visión que refleje coherencia intersectorial en la planificación y gestión territorial conjunta en áreas preservadas y transformadas. En Colombia, a pesar de las políticas, los resultados a duras penas se sostienen

 La economía debe reconocer y comprender la importancia de la biodiversidad para su propio funcionamiento y prosperidad. En Colombia, esto no se ha entendido y la biodiversidad es arrasada. 

 Contener el daño a la biodiversidad, asumiendo las causas que están ocasionando su pérdida, en Colombia, relacionadas con el conflicto armado, la criminalidad organizada, el extractivismo fósil y sus combustibles

 Gobernanza y movilización de recursos para el bienestar de los grupos étnicos y comunidades locales, en Colombia, marginados, maltratados, violentados y explotados.

La COP16 será la primera tras la adopción del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, que tuvo lugar en la COP15 de 2022, con objetivos y metas para detener y revertir la pérdida de biodiversidad en 2030. Entre otras

Conservar el 30 % de las zonas terrestres, marinas y costeras en el mundo; restaurar el 20 % de los ecosistemas de agua dulce, marinos y terrestres degradados; reducir a la mitad los nutrientes que se pierden en el medio ambiente y en dos tercios las sustancias químicas perjudiciales para la diversidad biológica; minimizar el impacto del cambio climático en la diversidad biológica, con Enfoques y Soluciones Basadas en la Naturaleza y en los ecosistemas; y aumentar en US$ 200.000 millones los recursos internacionales hacia los países en desarrollo. 

Antes de la COP16 los países participantes presentaron la actualización de sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad, y definir una línea de implementación con metas y planes específicos al 2030 y más allá

Sin embargo, la preservación de la biodiversidad se debe hacer como una transición multisistémica justa que incluye el cambio tecnológico sostenible, las fuentes de energía renovables no convencionales y procesos sostenidos de reindustrialización sostenible amparados en un cambio global hacia la desmaterialización.

No son cambios parciales, segmentados y desconectados los que harán posible defender la biodiversidad y con ello la vida. Son cambios intersectoriales, multisistémicos, complejos, y al tiempo. Es un movimiento entre sociedad, gobiernos, organismos internacionales, empresarios, emprendedores, investigadores, innovadores y educadores, y de políticos a reinventar porque la corrupción, la incapacidad, los intereses y la ilegalidad los atravesó.

Cambio global por la biodiversidad 

Hasta ahora se constatan insuficientes las investigaciones científicas, la movilización ciudadana, las voces de organizaciones independientes y de organismos internacionales contra el modelo de crecimiento de un capitalismo insostenible que un día no lejano harán de este mundo un lugar imposible para la vida porque el crecimiento del PIB y del consumismo ilimitado se afirma como símbolo de la “libertad, democracia y bienestar”, sin importar la pérdida irreparable de la biodiversidad y los impactos negativos que ocasiona el descontrolado mercado.

Ha transcurrido más de medio siglo desde el famoso informe de los “Límites del crecimiento” del Club de Roma, y en términos reales, a pesar de la magnitud de la información producida, y de ingentes esfuerzos por formar conciencia para un uso racional que no destruya la biodiversidad y al tiempo proteger el medio ambiente, se requiere pensar modelos de crecimiento racionalmente aceptables, porque todos los días se pierden batallas y el mundo no quiere entender que es necesaria otra sociedad, otra economía, otra ciencia, otra cultura, otras regiones, otras ciudades, otra política, que no sea el crecimiento infinito en un planeta finito en recursos por lo cual la defensa de la biodiversidad no es negociable. 

Lanaturalezaresiste 

Si fuera por los resultados de las investigaciones científicas serías, no las compradas para mostrar un planeta feliz, la humanidad estaría en las calles para cambiar el desorden generado por la destrucción de la biodiversidad y el daño ambiental ocasionado por el irracional consumismo y las energías fósiles

Los avances tecnológicos solo sirven para desacelerar la tasa de residuos tóxicos que van a la atmósfera a dañar el medio ambiente, pero no para reducir el calentamiento global y las causas que lo generan porque detrás del cambio tecnológico no hay un cambio político y cultural para un cambio del capitalismo destructor. Entonces, la humanidad se encamina a perder las siguientes batallas, porque se cree que se han ganado las previas contra los “pesimistas y exagerados”, pues todavía no se han visto catástrofes colosales. Con eso juega el neoliberalismo económico y político mundial.

Las fuentes de agua dulce se están agotando, sobre todo en la franja de la línea ecuatorial, aún no en los países del norte, por eso la sociedad todavía no toma conciencia del sostenido deterioro. La deforestación avanza y la Amazonia y las selvas del Pacífico se adelgazan. El río Amazonas en su paso por Colombia y el Perú solo conserva un 10% de su caudal, porque las lluvias no volvieron por una combinación letal entre deforestación, calentamiento global y los millones de hectáreas que Brasil ha destruido para aumentar los cultivos comerciales.  

La biodiversidad se agota poco a poco, las metas al 2030 son como las de un ejército en retirada, mientras la población mundial crece, la naturaleza se destruye y el calentamiento aumenta hasta el día cuando los ecosistemas no aguanten más y todo acabe.

Los abanderados del desarrollo sostenible, los progresistas, algunos verdes, los de la desmaterialización, hasta ahora han sido “derrotados” por los “optimistas y tecnófobos” defensores del crecimiento a ultranza, y por los miles de millones de habitantes ahogados en el consumismo ilimitado. Las metas trazadas en la COP 15 así lo evidencian, cuando aluden a conservar el 30 % de las zonas terrestres, marinas y costeras en el mundo, y restaurar el 20 % de los ecosistemas de agua dulce, marinos y terrestres degradados. 

La sociedad desmaterializada

A una sociedad sin ideas nos ha conducido el consumismo ilimitado lo cual es la subvaloración de su condición humana y de su inteligencia. Medios de comunicación y empresas de publicidad, diseñadores que mejoran la forma de los productos y sus empaques, ingenieros y diseñadores que crean productos desechables no esenciales, CEO con nuevas estrategias para atraer masas de consumidores, académicos que modelan el crecimiento destructivo, y tecnócratas fungiendo como reguladores del consumo ilimitado y destructivo de los recursos naturales, son responsables del crecimiento irracional. Todo parte de una educación que prepara deformados funcionales para el consumismo y el crecimiento sin límites.

Hoy el mundo requiere de una destrucción creativa sostenible, que acabe con tanto producto innecesario y contaminante que sea reemplazado por nuevas olas de innovación sostenible.

Es hora de usar mejor la ciencia y la tecnología, darle una nueva orientación a la educación, al emprendimiento, a la producción, y converger en un proyecto global de defensa de la biodiversidad sin depredadores que le quitan segundo a segundo un vaso de agua a la tierra y a la vida.  El sentido de equidad, bienestar y felicidad, no se puede medir por el acceso ilimitado a bienes de consumo, la mayoría innecesarios. Si el mundo asume la crisis, la transición y la actual incertidumbre bajo nuevas categorías, se podría salvar la tierra y las generaciones que la habitarán.

La sociedad mundial debe moverse para que las artes, el conocimiento, la investigación y las potencialidades de los maravillosos avances de la ciencia y de la tecnología, sirvan más allá de la sociedad de consumo y del crecimiento que tenemos. Nunca se ha tenido tantas condiciones para una revolución de las sociedades sostenibles y los cambios institucionales que conllevan.

Colombia, una esquina de las Américas, es el típico modelo de crecimiento que no debe ser. Dependiente de poderes hegemónicos, da la tecnología de otros, del extractivismo global por el cual miles han muerto en su interminable guerra interna, con una dirigencia compulsiva por capturar tierras y robarle al Estado. Sus partidos políticos son disparates ideológicos propios de cualquier sociedad fallida, como la definieron los Premio Nobel de Economía 2024 (Acemoglu y Robinson) en 2016, porque su sistema productivo no es innovador, la ciencia que se hace es escasa, la inequidad y la injusticia social es la principal característica como sociedad, y la educación es deficiente por eso en las pruebas Pisa es el último país en la OCDE, y en lectura critica también se raja. Detrás de esos rezagos y desequilibrios está la gente poderosa de Colombia, que no tiene interés en cambiar el sistema, incluida la protección de la biodiversidad y el uso racional de la misma. Por eso el cambio debe venir de adentro y de afuera porque hay un poder atrincherado en la acumulación depredadora.

Bien dice Laura Quintana en su libro Espacios Afectivos (Herder. 2023): “Al explotar territorios, contaminar suelos, fuentes de aire y de agua, las cadenas de suministro los asumen como recursos naturales disponibles, mientras que para las comunidades afectadas son agentes vitales en medio de los cuales han tejido una existencia…. porque para sus habitantes es un lugar lleno de vida”. Esto les ocurrió a las comunidades del Cesar, La Guajira, del Magdalena medio, y otras por donde el extractivismo pasó y destruyó, al final poco o nada dejó, incluida Colombia como nación extractivista y rentista destructora de una maravillosa biodiversidad que agoniza en el Amazonas, y en tantos ríos, quebradas y nevados que desaparecen.