jueves, 15 de agosto de 2013


CULTURAS QUE NO INNOVAN: 

CASO COLOMBIA


Las evidencias son más importantes que la teoría


Un amigo tiene Parkinson, pero de la nube de las redes sociales le llegaron los datos de un grupo de investigadores colombianos que descubrieron un dispositivo microelectrónico que lleva impulsos al cerebro donde activa las células adormecidas con lo cual mejora la capacidad motriz del enfermo. Ver www.brainmee.com

Ese grupo de pesquisadores obtuvo la PATENTE MUNDIAL, trabajan triangulando en tres países: Alemania, España y Colombia. La investigación fundamental la hicieron en Barcelona y en una ciudad germana. Sin embargo, como el invento viene de colombianos, el paciente, ciudadano colombiano, tiene resistencia a adquirirlo.

Como este hay más casos, y es una de las razones por las cuales grandes inteligencias innovadoras emigran a países más avanzados a trabajar en universidades, centros de investigación y en empresas del conocimiento. A continuación algunas imágenes de infraestructuras de investigación y de innovación en economías emergentes, que hace pocos años tenían situaciones de desarrollo similares a Colombia, pero que en pocas décadas la dejaron atrás.

Parque Tecnológico Universidad Federal de Río de Janeiro

Centro de investigación en Taiwán

Centro de investigación en España

Las causas de que exista una diáspora de colombian@s calificados son múltiples, entre otras, la falta de una política de desarrollo productivo y de innovación (política industrial moderna), baja inversión en ciencia y tecnología, y una educación con problemas de calidad y pertinencia, que es la base de una mejor y más grande capacidad de investigación y de transformación de la estructura productiva y de incentivo al emprendimiento. Por esto y más, Colombia no ha podido crear una cultura de la creatividad de la innovación y del conocimiento en la sociedad.

Dr. Rodolfo LLinas.
El atraso y el rezago son asuntos mentales y no culturales que se traducen en dependencia científica y tecnológica, que a su vez deriva en una sociedad con una idea restringida de identidad porque le cuesta interiorizar factores claves del desarrollo como valores de su personalidad y de su idea propia de nación y del mundo.

La identidad de una nación la conforma la música, la literatura, la comida, las artes plásticas, el deporte y las artesanías, pero también el conocimiento, la creatividad y la innovación inédita para todas las expresiones, necesidades y potencialidades de su cultural, sociedad, economía y geografía, para generarlas, compartirlas y enriquecerlas con el resto del mundo. 

Caterine Ibarguen.
Campeona mundial  y sub campeona olímpica

Carnaval de Pasto de Blancos y Negros
Patrimonio cultura de la humanidad
Fotografía María Alejandra Puertas G.

Las fuentes endógenas de innovación siempre se fertilizan con fuentes exógenas en una sociedad global. Se trata de atraer inversión que venga a hacer investigación en nuestros países. 

Laboratorio de investigaciones de SAP en TECNOSINOS.
Sao Leopoldo, Brasil
Por las dificultades para entender el crecimiento y el desarrollo de manera correcta, Colombia sigue empleando la violencia, incrementando el clientelismo y la corrupción, copiando lo que inventan otros, pagando a terceros para que traigan el milagro que nunca llega, y fomentando la cultura de los subsidios para contrarrestar rezagos eternos en productividad y competitividad.

El conocimiento, a partir de la generación de capacidades endógenas de innovación, es el factor más importante en el incremento de la productividad de las empresas, de la sociedad y del estado; en la transformación productiva de la economía; y en el desarrollo de las artes, del diseño, del emprendimiento, de las ciudades y de las regiones, y de la construcción de instituciones inclusivas e innovadoras.


Evento de Ruta N en Medellín

He llegado a la conclusión que un país en desarrollo con crecimiento sostenido mediocre (Colombia), tiene un comportamiento de decrecimiento porque sus capacidades endógenas de conocimiento, creatividad y de innovación no crecen y al no crecer y no aplicarlos adecuadamente para elevar la productividad, su economía decrece, porque las economías que le dan importancia a la educación, a la ciencia y a la tecnología, incrementan sostenidamente la productividad y mantiene altos niveles de competitividad y de bienestar.

De esta manera, las brechas aumentan y al aumentar estas es como si se decreciera, porque los índices más robustos de la productividad, de la competitividad y de la transformación productiva, son cercanos a cero o negativos, mientras los de otros países son positivos y crecen sostenidamente.  

Este juego de palabras, lo que intenta indicar es que el crecimiento y el desarrollo es mucho más que el crecimiento promedio del PIB. Es un asunto de barreras culturales para liberar la imaginación y la innovación. Si las ideas crecen crece la economía si las ideas no crecen crece el PIB pero no la inteligencia y un auténtico bienestar en un ambiente de desarrollo.

Para bajar de la nube muestro una caricatura de nuestro rezago. Un grupo de investigación clasificado por Colciencias como A1 (el nivel más alto), en Brasil sería un grupo A o B pero no un A1, en Corea o en Israel sería un grupo B o C, y en Alemania, Estados Unidos, Japón, un grupo C o D.

Por qué este simil. Porque Colombia invierte en investigación y desarrollo solo el 0.18 del PIB, mientras Brasil 1.30%, Corea 3%, Israel 4%, y las potencias industriales por encima del 2.5% del PIB. Estos datos deben servir para entender la escala real de nuestras ajustadas capacidades en investigación y sobre todo para entender la baja productividad y su tasa de crecimiento cercano a cero.

Y por qué estos países invierten tanto en investigación. Porque tienen políticas de desarrollo productivo en sectores de alta tecnología para la transformación permanente de su economía. Las asimetrías no son gratuitas, son actitudes culturales y políticas ante el desarrollo. Hace dos días en Brasil se puso en marcha una gran iniciativa nacional de nanotecnologías, con recursos aproximados a los US$ 400 millones, es decir, equivalentes a un año de las regalías de CyT en Colombia. 

Por eso inquieta la situación de la ciencia y la tecnología en el país; que la locomotora de la innovación no arranque; que las regalías aun estén en fase de ajustes en la reglamentación para poder girar los dineros de los proyectos aprobados; que Colciencias no se hubiera reestructurado para atender un salto de calidad, de cobertura y descentralización, y convertirlo en Ministerio; que solo un Departamento tenga Secretaría de Ciencia y Tecnología e innovación; que Bogotá no tenga política de ciencia y tecnología y no haya podido desarrollar ningún hábitat de innovación como lo viene haciendo Medellín; que haya un enjambre de felices consultores extranjeros llevándose miles de millones de pesos por asesorar en la construcción de sueños que no se harán realidad porque el asunto es de políticas y no de instrumentos, es de economía política y no de recetas milagrosas para salvar barreras mentales;  y que la reforma a la educación superior no esté centrada en superar los muros para dar un salto de cualidad y de construcción de identidad creativa, como el caso de los cuellos de botella en propiedad intelectual para que investigadores de las universidades puedan formar e investigar pero también emprender negocios de tecnología.   

Los efectos de los recursos de las regalías se verán a mediano y largo plazo, porque incluso los impactos por apoyo a proyectos e instituciones existentes, generarán resultados en pocos años y no de manera inmediata. Así son ciertos ciclos del desarrollo, sobre todo los relacionados con el conocimiento, excepto las efímeras innovaciones incrementales que son innovaciones elementales. Pero los efectos positivos reales están en las políticas de desarrollo productivo, de innovación, CyT, emprendimiento, desarrollo regional. Si estas no cambian, esa plata en gran medida se perderá.

Por lo dicho, el problema de la investigación y de la innovación en Colombia no se arregla con una nueva comisión de sabios, se arregla con voluntad política al más alto nivel para dar un salto de calidad y de largo plazo en las políticas para elevar la productividad total de los factores, el bienestar de la sociedad y la calidad del Estado. Esto se hace creando conocimiento e innovación y no importando conocimiento sin tiempo ni espacios de aprendizaje. 

Los estudios sobre del desarrollo reciente de la humanidad muestran una y otra vez que el avance de las culturas obedece a esfuerzos sostenidos de largo alcance, priorizando el aprendizaje antes que la copia, el desarrollo productivo antes que la maquila, los bienes complejos antes que los bienes sencillos, los sistemas antes que los sectores, el trabajo colectivo antes que el individual, o lo individual interactuando en la construcción de capacidades sistémicas que es la característica de los paradigmas de todo tipo en la sociedad actual. 

Las dificultades de articulación y de coordinación en las políticas e instrumentos que denotan las políticas de Colombia, es producto del estancamiento en el modelo de planeación (léase DNP) que sigue montado en la vieja idea de sectores y no de enfoques sectoriales e intersectoriales sistémicos. 

El DNP del expresidente LLeras Restrepo era el DNP para dar el salto hace más de 40 años, pero ese modelo de la planeación ya no es funcional para dar el salto en los siguientes 40 años. Todo cambia nada se sostiene. Eso es innovación.

Así mismo, en un país feudalista en el siglo XXI, que se resume en una idea de hacienda nacional, el Ministerio de Hacienda no puede llamarse así. Debería ser el Ministerio de Finanzas u otro nombre que refleje una economía urbana y moderna, para dejar atrás la concepción de administrador de los recursos de la hacienda motivo de los 520.000 muertos de la violencia de los últimos 67 años. Eso también se llama innovación para un país que deberá ser otro con la paz.

En síntesis, los modelos de crecimiento, en la teoría y en la práctica, como se han entendido y aplicado en Colombia, denotan enormes debilidades que explican un rezago relativo consolidado. La diversidad y la complejidad de Colombia necesita formas heterodoxas de actuación de los actores.

Innovación y paz

Detrás de la guerra hay un feudalismo del siglo XIX enquistado en el siglo XXI, que ha derivado en instituciones extractivas, inequitativas y poco innovadoras, basta mirar el episodio insólito de la captura tramposa de tierras baldías por grandes capitales, o la venta de activos  públicos estratégicos cuya plata se esfumó y nadie la vio.

La guerra también ha creado una cultura del ya y del ahora, con la cual no es posible crear conocimiento e innovación, por eso la paz debe llegar para pensar en la necesidad y en el desafío convocante de imaginar y construir un mañana con nuevos valores y con una nueva economía que sea más rentable que la infame economía de guerra que tanta infamia y tanto atraso esconde.

Acción de gracias por los muertos de la guerra. Obra de la artista colombiana Doris Salcedo. Bogotá 2007 

La violencia de Colombia, que tiene aburrida a la comunidad internacional y a la inmensa mayoría colombianos, no es más que por la lucha y defensa de una precaria idea de sociedad a través de una porción de la dirigencia que sigue con la cabeza en el pasado, y con un sistema político desbarajustado que tiene cabeza para todo menos para el desarrollo del país y el fortalecimiento de la democracia.

Fotografía bajada de internet

Esperanzas: salto al futuro

Una sociedad tranquila y estabilizada del tamaño geográfico y poblacional de Colombia, con grandes desigualdades pero al mismo tiempo con rica biodiversidad, espectacular lugar geoestratégico, y gente inteligente, la paz se constata como el camino para despejar la duda de si es posible construir un futuro distinto al pasado y al presente, de la mano de la educación, de la ciencia y la tecnología, de la autonomía de las regiones, del medio ambiente, de las artes, del deporte, y de la transformación productiva para desarrollar nuevos bienes y servicios y así crear una cultura de la confianza en sus capacidades para imaginar e innovar.

Caterine Ibaguen de Colombia. Campeona Mundial - Sub campeona olímpica. Fotografía baja de internet. Caracol.com

Parque de la creatividad impulsado por el Dr. Raúl Cuero.
Jóvenes investigadores colombianos investigando y produciendo patentes.
El futuro de una sociedad en paz e inteligente

Plan de Renovación del CAN en Bogotá. La ciudad del futuro. Tendrá un Nodo del Conocimiento para educación e investigación. En la imagen corresponde a los bloques delanteros del costado derecho 


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