sábado, 6 de septiembre de 2014


HÁBITATS DE INNOVACIÓN: 

NO HAY MODELO PARA DOS 

CULTURAS (I)

Este es el primero de 4 artículos. El Anillo de Innovación de Bogotá (II); el Distrito de la Innovación Innobo (III); y la Región de Innovación RINN (IV)


Dado el surgimiento de más instrumentos para impulsar el desarrollo productivo, la innovación y el desarrollo regional en la sociedad del conocimiento, ha emergido a escala mundial un sustrato conceptual más abarcante: los hábitats de innovación, con el fin de englobar y articular instrumentos existentes e incorporar otros nuevos de manera que se amplíe la comprensión del paradigma emergente y así facilitar la formulación y aplicación de políticas públicas nacionales y territoriales. Spolidoro, Nicheli, Galián. 2013

Los objetivos de los hábitats son:

  • Generar capacidades locales sostenibles de innovaçión en la economía y en la sociedad para contribuir al desarrollo regional y a la solución de problemas y desafíos globales.
  • Promover la creación, atracción, instalación, y desarrollo de emprendimientos intensivos en conocimiento e innovadores.
  •      Generar dinámicas que promuevan sinergias entre actores de la innovación y actores análogos de otros territorios y mercados.
En Colombia, Medellín cumple con un esquema robusto de  ciudad innovadora con un sistema de hábitats de innovación en consolidación. Hay otras ciudades y unos pocos Departamentos que tienen elementos que los ponen en la senda de tener una estructura similar, pero aún tienen camino por recorrer para disponer de un modelo que de sostenibilidad a las iniciativas.

La figura muestra las categorías generales de hábitats de la innovación que emergen a escala regional, y que deben disponer de políticas de estado, no de gobierno, para dinamizar su emergencia y consolidación. Muchas veces proyectos de este tipo hacen parte de planes de gobierno de alcaldes y gobernadores, y no fructifican porque solo al final del gobierno se acuerdan de impulsarlos, y de esa manera quedan a medio hacer y por lo general el mandatario que los sustituye no retoma la idea y la iniciativa muere o queda postergada indefinidamente. 


No hay territorio sin nación y no hay nación sin territorio. Lo ilustra la figura siguiente, en la cual se constatan como las políticas del orden nacional se complementan con las de carácter regional para hacer posible hábitats de innovación.


1. Los hábitats de innovación tiene una concepción sistémica y suceden por la convergencia de actores de la triple hélice (U-E-E). A veces la sociedad se suma como un cuarto actor para conformar un modelo de las cuatro hélices (U-E-E-S).

En los países avanzados la sociedad actúa como un cuarto actor implícito dado que el avance cultural e institucional (la investigación, innovación y el emprendimiento son actitudes propias de la cultura por lo cual el cambio estructural y el desarrollo endógeno también lo son), la sociedad es inherente en la triple hélice. Pero, en países con rezagos estructurales o en etapa previa de desarrollo (Colombia, por ejemplo), la sociedad se considera un cuarto actor explícito por la necesidad de involucrar a la ciudadanía en el cambio cultural, incluidos en ese cambio los mismos actores de la triple hélice, aceptando que son estos los que lideran la transformación a partir de su propia transformación.


2.  Ningún modelo de hábitats de innovación es replicable porque no hay modelo para dos culturas. Siempre hay que crear, por supuesto con base en procesos de aprendizaje de experiencias previamente bien sucedidas, o de fracasos que derivaron en rectificaciones positivas del proyecto inicial. Eso se llama desarrollo endógeno y los hábitats de innovación son componentes clave de un desarrollo de ese tipo en la economía y en la sociedad del conocimiento, como lo muestra la figura. Es decir, no hay ecosistemas de innovación exógenos. Los modelos son exógenos en casos de aglomeraciones de maquila o de economías que privilegian estos modelos de producción por encima del desarrollo de un sistema nacional de producción y de innovación. Entonces, un sistema de hábitats de innovación siempre es endógeno con mayor o menor grado de exposición y de relacionamiento con factores y actores exógenos, porque en la globalización son cada vez más los agentes de otros países que se vinculan a los sistemas de producción y de innovación de regiones y países. Esa es la globalización del siglo XXI. 

   
3. El éxito de un hábitat de innovación NO depende de su tamaño, depende de sus contenidos, de su enfoque, de la consistencia del modelo. Un proceso puede iniciarse implementando instrumentos sencillos, sin embargo, lo importante es que sean conceptualmente robustos en su proceso de ideación, y con acciones factibles y de pronta implementación para que el cambio se vea como algo posible, identificando e impulsando desde un principio iniciativas de baja, mediana y alta complejidad para el corto, el mediano y el largo plazo. Las acciones de corto plazo abren espacio a las de mayor complejidad cuya implementación toma más tiempo. El orden de prioridades, objetivos y características de cada categoría de hábitat o de un sistema de hábitats, es el que la sociedad decida según su dotación de factores, capacidades, potencialidades y del proyecto de desarrollo del territorio y del país. Entonces, los proyectos y/o programas con los que se inicia un hábitat de innovación, depende de cada realidad espacial.  

Una región de innovación puede tener determinadas categorías de hábitats de innovación, como lo ilustra la próxima gráfica, y no disponer de otros. Lo importante es que el modelo sea robusto y por eso cada territorio debe definir su estructura pues no hay modelos únicos ni una sola metodología para construirlos, y porque siempre debe estar abierta la posibilidad para incorporar o desarrollar nuevos componentes. Entonces, una estructura de hábitats de innovación no es ni mejor ni peor, ni buena ni mala, si no tiene todos los componentes que la teoría y la síntesis de la evidencia lo indica. Sería absurdo.  Cada proceso, cada modelo tiene sus hábitats.


4.  Una categoría de hábitat que suscita gran inquietud y polémica son los parques tecnológicos (PT) y de investigación. Comienzo diciendo que siempre he recomendado mirar múltiples experiencias internacionales, pero NUNCA que el modelo a seguir es X o Y, aunque he realizado seguimiento a ciertos procesos por considerarlos más cercanos a la realidad de Colombia, caso de Brasil, el cual cada vez se torna más lejano por los avances de  los últimos doce años, pues han ido identificando, creado y afianzando elementos de desarrollo endógeno (como los arreglos productivos locales), algo que aún no ocurre en Colombia porque aún no está creando factores propios, más bien lo que hace es incorporar factores de imitación, lo cual no es bueno. Entonces, jamás he recomendado, por ejemplo, seguir el caso de los parques tecnológicos españoles. España escogió como una de sus estrategias de crecimiento el sector inmobiliario, que derivó en una burbuja inmobiliaria. Por lo tanto, los parques tecnológicos españoles también están cobijados por ese modelo, y en los planes de negocio ha sido muy importante el componente inmobiliario razón por la cual en tiempos de crisis muchos parques (no todos) tienen problemas de ocupación y de sostenibilidad.

De esta manera, un modelo de parque tecnológico basado en el componente inmobiliario no es recomendable porque Colombia NO TIENE CONDICIONES PARA ESQUEMAS DE ESE TIPO. Por supuesto que todo PT tiene un componente inmobiliario, pero no es a partir de él que se deben crear los PT colombianos o el parque de ciencia y tecnología de la Universidad Nacional en Bogotá, el Innobo – Tec del Anillo de la Innovación, o los parques empresariales y tecnológicos de la RINN de la sabana centro de Bogotá. El componente inmobiliario es uno más dentro de los modelos de negocio, pero no el componente principal. Si en Colombia se comienza por ahí, se anticipa fracaso. 

Colombia debe olvidarse que alguien va a traer el modelo de hábitats para esta tierra tan singular. Nadie tiene el modelo para ella, en este o en otros campos del desarrollo. Como se trata de crear rutas y espacios de innovación, hay que hacerlo con conocimiento y creatividad para tener ideas propias para modelos propios globalizados. El éxito de otros es un referente de observación y aprendizaje, y es válido identificar los que tienen mayor relevancia porque son parecidos o porque son muy diferentes, o por ambas razones.

Colombia no tiene definiciones propias de sus distintos hábitats. No ha habido capacidad ni interés de desarrollar conceptos por lo cual se toman definiciones de terceros. Si se compara la definición de parques tecnológicos de Brasil y España, la definición general de la IASP, o las definiciones de otros países, se encontrarán diferencias de matices, y esas diferencias, aparentemente menores, son los que marcan la identidad del modelo del parque, del modelo de desarrollo productivo del territorio, y del modelo de la política industrial o de desarrollo productivo de la nación. La singularidad del concepto determina la singularidad de los demás componentes del modelo.

Así como no hay definición propia de parques tecnológicos, de centros de innovación y emprendimiento, y de tantos instrumentos más, lo mismo podemos decir de los clústers. Cuál definición asume Colombia, la de Porter. No hay construcción endógena.   

Adicionalmente, al no partir de fuentes de conocimiento, es decir de la recreación teórica que subyacen a los distintos hábitats o a un sistema de hábitats, entonces se asumen sin entender de donde parten los modelos. Colombia, con escasas excepciones, aun transita por el mundo de la innovación cerrada, así en la especulación y en el papel de las políticas, estrategias y programas, se hable de cultura de la innovación, de innovación abierta, de culturas creativas, de culturas innovadoras. Entonces, en la realidad se cree que cuando se  habla de hábitats de innovación se asumen como si fueran ámbitos de innovación y emprendimiento cerrados, en consecuencia se cree que los parques y otros hábitats son ambientes de innovación cerrados. Error. Cuando no se superan las barreras para que la propiedad intelectual fluya, esas barreras determinan que la investigación y la innovación sigan siendo cerradas por más que se diga que hay innovación e investigación abierta.  

Desde hace muchos años, en la medida que la investigación, la innovación y el emprendimiento son cada vez más abiertos, los modelos de hábitats son abiertos, por definición por deducción lógica y por sentido común. Así, los hábitats son distintos en un lado y en otro. No hay ningún sistema o categoría de hábitats que sea igual en dos partes. Incluso, en territorios vecinos, donde unos están al frente de otros, separados solo por una calle, los modelos son distintos. Esa es la fascinación, a veces inexplicable, de la diversidad cultural en el desarrollo. A más esfuerzos de homogenización más resistencia a favor de la singularidad. A más se acepte la homogeneización, más fracasos suceden. Por ejemplo, los organismos internacionales traen un modelo para cinco países diferentes y para cinco territorios diferentes, el resultado, uno o dos experiencias buenas y ocho o nueva malas.  

Entonces, hábitats diseminados en el territorio (por ejemplo, Innobo en el Anillo de la Innovación en Bogotá, o el distrito tecnológico de Medellín, o el proyecto de la RINN para la región central de la sabana de Bogotá); o delimitados en un territorio de un tamaño determinado porque espacialmente son las condiciones para hacer posible la iniciativa, como el parque de ciencia y tecnología de la Universidad Nacional de Bogotá y el parque de Guatiguará en Bucaramanga, son por definición proyectos abiertos. 

La siguiente figura ilustra la idea de un PT en un espacio delimitado pero abierto en sus acciones. La operación del parque se hace desde un espacio circunscrito, pero  sus actividades son abiertas a su interior y abiertas hacia actores externos, y las iniciativas provienen desde el parque o desde afuera del mismo, y veces a partir de iniciativas donde convergen desde su inicio y no por iniciativa de una de las partes, sino de un tercer actor, por ejemplo, un proyecto estratégico del estado, o de un conglomerado empresarial o de un cluster, o de otro parque del territorio o de otro lugar del país y del mundo. Cada vez más la innovación y el emprendimiento fluyen desde distintas partes, porque sus fronteras son sin fronteras.
      


En proyectos con territorios más amplios y difundidos, y en proyectos con fronteras físicas pero no con fronteras mentales, los hábitats son abiertos porque hay sinergias internas entre los que habitan el parque (empresas y centros de investigación, se trate de un parque tecnológico o de un parque de investigación o de un parque industrial - tecnológico), y esas sinergias internas son fruto de sinergias con actores externos de la economía, del estado y de la sociedad. Si hay culturas innovadoras (sociedad), hay culturas de la innovación (sociedad, empresa, y estado), hay culturas creativas (arte), y hay innovación e investigación abierta (centros de investigación y empresas), por lo tanto los hábitats de innovación son abiertos. La innovación cerrada al interior de las empresas, al interior de los centros de investigación, ya no existen en el mundo. El paradigma tecnológico cambió y cambió el mundo. Culturas que en el fondo de su imaginario persisten en esa creencia no pueden crear hábitats dinámicos y no pueden ser importantes y trascendentes en la economía, en el comercio mundial, en el conocimiento, en la innovación y en la sociedad global.   

Ruta N Medellín. Hábitat de innovación
Los hábitats son para la sociedad, el estado y la economía, en consecuencia, los desarrollos que se hacen entre actores internos de un parque siempre se hacen con actores externos al mismo. Se adelantan investigaciones, innovaciones y emprendimientos entre actores de un parque con actores que están afuera del mismo, y esto es lo que ayuda a conformar clusters, ciudades o regiones innovadoras y emprendedoras. Cada vez más los desarrollos de los distintos hábitats se difunden en la economía, en el estado y en la sociedad.   Así ha sido desde hace décadas en los países desarrollados, y se hace así desde hace 20 años en las economías emergentes dinámicas. Y se intenta hacer así en Colombia, pero aún no lo logra porque aún no encuentra el camino, excepto Medellín. 

Qué dice que un país no tenga conceptos propios. Significa que no ha encontrado su propio camino al futuro. Significa que el conocimiento, la investigación y la creatividad no la llegado a estos campos, y de ahí que no ocupe puestos relevantes a escala mundial. Signiffica que el arte y la creatividad no ha llegado al desarrollo. Entonces, adoptar cualquier definición da lo mismo. Sin embargo, resulta que la definición es la que determina la idea propia que se tiene del paradigma. Si no se tiene conceptos propios no se tiene como ingresar o crear paradigma. Entonces, la aplicación o adopción de cualquier conocimiento da lo mismo. Y al darle lo mismo, los resultados de los emprendimientos que intenta hacer en la construcción de sus hábitats no son iguales a los modelos que ha visto y que quiere replicar. Por ejemplo, inculcar la cultura de la innovación, o la innovación abierta, o los hábitats de innovación, sin modelo de territorio de innovación con foco estratégico de desarrollo, es anticiparse a resultados magros o a fracasos. Por eso, la innovación desde los espacios regionales deben enmarcarse en un modelo de territorio del futuro. 

Lo grave no es que los resultados sean distintos en una otra experiencia de desarrollo, resultados distintos pueden derivar en más derivaciones positivas, lo grave es no lograr buenos resultados. Esto ocurre cuando se ingresa a las nuevas ideas a los nuevos desarrollos sin nutrirse en la fundamentación para encontrar y construir su propia fundamentación. Todas las categorías de hábitats de la innovación son complejos. Ninguno es sencillo así sea el menos complejo de todos. Es la fundamentación teórica asimilada y su mirada aplicada a la realidad y transmitida de manera pedagógica, es lo que hace comprensible los nuevos paradigmas y lo que permite construirlos con base en el aprendizaje. Este es el enfoque que se está adoptando ne la ideación de la región de la innovación de la región central de la sabana de Bogotá.
      
Colombia no ha sido exitosa, salvo casos puntuales y escasos, porque sigue actuando y pensando con viejos conceptos y no con nuevos, con las ideas de otros y no con ideas propias. El mundo es abierto y los hábitats son abiertos. Colombia actúa como cultura cerrada en un mundo de culturas abiertas, y en parte esto se debe a que no ha privilegiado la transformación productiva y la innovación sino las importaciones y las franquicias en detrimento de la propiedad intelectual. De esta manera, los instrumentos de múltiple tipo relacionados con el desarrollo del conocimiento, de la creatividad y de la innovación, están restringidos o son marginales en las políticas de desarrollo.  No de otra manera se explica los pobres lugares que ocupa en la competitividad, en la innovación, en la educación, en la posición de sus universidades, las escasas exportaciones de tecnología, su rezago en infraestructura, y los magros resultados para crear y sostener distintos hábitats de innovación.

     Susan Cozzens, investigadora del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech) de Estados Unidos, afirmar "no existe un solo modelo que se aplique a todos los países, cuando se trata de avanzar a un modelo de sociedad basada en el conocimiento". Además firma que una de las mayores dificultades que enfrentan los países de América Latina es la falta de confianza en sus capacidades locales. Si se quiere pasar de la importación a la innovación es necesario crear economías más dinámicas y eso implica construir tecnologías propias. “La invención de tecnologías al sur del mundo es un importante desafío”. Conferencia en Universidad de Concepción, 2014. Los hábitats son tecnología y por tanto deben ser producto del conocimiento, de la innovación y de la creatividad del contexto cultural desde el cual emergen.
La figura ilustra de manera esquemática y sencilla la complejidad de factores que intervienen en la construcción de modelos de cambio estructural basados en la innovación.


5. La comprensión de la complejidad es lo que hace fácil los nuevos procesos.  Colombia tiene otro problema: opta por implementar procedimientos, procesos o modelos más sencillos, sin entender y sin asumir al mismo tiempo y desde un principio la complejidad.  Por eso las políticas tienen más fracasos que éxitos. Lo correcto es combinar acciones sencillas con acciones complejas a partir de entender la complejidad, para focalizar y adelantar con gradualidad el desarrollo de los instrumentos.  

    “¿Qué es lo más fácil?”, es siempre la pregunta. Pero nunca se pregunta qué es lo más complejo, porque lo más complejo es lo que permite que el modelo general y las políticas tengan impacto positivo y se desarrollen a plenitud, porque solo así es posible planificar procesos, imaginar su pleno desarrollo, y decidir por dónde comenzar. Es a partir de entender y asumir la complejidad. Incluso, si esta se entiende, se torna más sencilla su comprensión. Por ejemplo, dado que se fracasó con el emprendimiento de alto impacto via incubadoras, ahora hacemos incubación virtual, y se dio el salto a la aceleración simplemente porque no se ha querido asumir el emprendimiento desde su etapa más difícil: la emergencia de la idea y de la innovación. Así las cosas, no hay política de emprendimiento y por eso todo recae en Innpulsa, que es un muy buen programa pero no es la política nacional de emprendimiento. En consecuencia derivamos en otro problema: Colombia tiene programas, algunos duran un gobierno o otros más tiempo, pero no tiene políticas de estado de largo alcance. Un ejemplo, no hay política de desarrollo productivo pero si hay Programa de Transformación Productiva. Un programa no es una política, es un instrumento de la política.

6.   Continuidad en los procesos. Otro aspecto critico a superar es no interrumpir los procesos de construcción, ni pasar su conducción de una mano a otra si no lo ameritan las circunstancias. Esto es fatal - Colombia está plagada de conductas de este tipo -, porque no hay dos cabezas que piensen igual con conocimientos iguales ni enfoques iguales, por lo cual, una buena senda inicial puede ser truncada o desviada a un sendero equivocado.  Sin embargo, a veces las rutas cambian, eso no es malo, pero ocurre porque se encuentra un mejor camino para construir el cambio pero con base en la idea o proyecto de partida, el cual siempre se reconoce. El desconocimiento es de las peores actitudes para suscitar transformación. La cultura del adanismo, del personalismo, de la competencia insana, el desconocimiento del otro, etc etc, son actitudes enemigas desde el propio territorio. Colombia está plagada de ellas, y esto constituye un contra sentido con los fundamentos y las condiciones para desarrollar culturas innovadoras, impulsar la cultura de la innovación y la innovación abierta, para la transformación productiva y el desarrollo de modelos de región. 

El paradigma de la sociedad del conocimiento y sus hábitats de innovación tienen sus peores enemigos en las prácticas culturales adversas de la dependencia intelectual y tecnológica - no de la interdependencia -, que propicia culturas cerradas y por tanto se asume el conocimiento cerrado y la innovación cerrada, simplemente porque no están basadas en la confianza, la cooperación, la colaboración, el aprendizaje, el conocimiento y la creatividad, pilares del desarrollo. Estas contraculturas de cambio ocurren porque no hay proyecto de nación ni de territorio de largo plazo. 

    En Bogotá, el Anillo de la Innovación debe ser un proyecto de cultura de la innovación y de innovación abierta. Su proyecto central, Innobo, es un proyecto pensado desde la innovación urbana, cultural, de la movilidad, de los negocios y de las ferias, de la ciencia y la tecnología, por eso la iniciativa de Innobo - Tec (Acosta Jaime, 2010), su parque tecnológico, éste es urbano, es decir abierto, por eso no cabe en el concepto de zonas francas que se asemejan a campos de concentración del libre comercio.   

Modelo conceptual, Jaime Acosta. Propuesta urbanística: Fernando Viviescas.
   Igual se puede decir del Parque de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional. Su propuesta conceptual es abierta (Acosta Jaime, 2012) porque la investigación (superadas las trabas de la investigación cerrada relacionadas con los embrujos de la propiedad intelectual) es para hacer investigación abierta para que pueda relacionarse con la innovación abierta. Es decir, la universidad con la economía, la sociedad y el estado. Los campus cerrados son un anacronismo ideológico.  Entonces, su propuesta urbanística, también es abierta, de cara a la ciudad, y por eso también tiene relacionamientos con la renovación del CAN, y a su vez esta tiene un componente o módulo del conocimiento, siendo una de las dos ideas conceptuales del proyecto ganador, la innovación, y algo más importante, relacionada con el componente de gobierno, es decir, la innovación del estado.



Tal vez la larga confrontación, en gran parte es culpable de una serie de rayones en la cosmovisión de la ciudadana colombiana, simplemente porque cada quien debía coger su camino, defenderse en el día a día, porque en esas condiciones el futuro era el fin del día y no la mañana siguiente, y porque nunca Colombia ha dispuesto de un proyecto de nación y de regiones. Las excepciones han sido ilusiones y lo siguen siendo, pero la paz abrirá espacios insospechados que l@s colombian@s no se imaginan.















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