COLOMBIA, COVID 19 CON
ENFERMEDAD HOLANDESA, EFECTO
LETAL (I)
“No
es la economía estúpidos, es la vida”
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Foto: Gabriele Siegrist |
Nadie sabe cómo evolucionará la pandemia y cuáles serán
los efectos que dejará en la economía y la sociedad. La pregunta es cuánto se demorará en descubrirse la
vacuna y la producción en las farmacéuticas, mientras tanto las ciudadanías
viviendo cuarentenas parciales o más radicales, y la economía curva abajo por
caída de la demanda. Una vez la pandemia termine las sociedades evaluarán lo que
pasó, en qué cambió sus vidas, su mirada del mundo, de la economía, el sentido
de la vida y del bienestar colectivo. Mientras tanto, al Covid 19 los países tienen
dos maneras de afrontarlo.
Uno, a través del sistema de salud, y cambios en el
sistema de movilidad, en las rutinas laborales, restricciones al turismo, asistencia
a espacios públicos de gran afluencia ciudadana, incluso, y reuniones menores.
Dos, lo que hagan los sistemas de ciencia, tecnología,
innovación y de desarrollo productivo en cuanto a investigación y fabricación
nacional para enfrentar y superar el virus. Es decir, su nivel de
autosuficiencia para no depender de manera absoluta de importaciones, que ahora
serán escasas.
La economía colombiana tiene un margen fiscal estrecho
pero se puede ampliarlo para adoptar decisiones contracíclicas, en torno a la salud, la agricultura, y la ciencia y la tecnología, tomar medidas
de corto plazo como las que están adoptando el Banco de la República y el gobierno para darle oxígeno a la economía y a empresas de
algunos sectores afectados. Sin embargo, lo más grave es un dólar anclado a una
miserable factura internacional de minero energéticos, porque el monto de esas
exportaciones (algo más de US$21.000 millones) es miserable para un país de 50
millones de habitantes y un PIB de US$350.000 millones. Dólar caro y coronavirus están relacionados. La pelea de Rusia con Arabia Saudita no se hubiera dado sin el covid 19.
Es injustificable que la tasa de cambio esté supeditada a
commodities que en diez años nadie va a comprar, producto de un largo periodo
de enfermedad holandesa - la cual significa expansión del ingreso de divisas por
auge en las exportaciones de recursos naturales, que sin las medidas adecuadas
genera desindustrialización y dependencia de las importaciones como está ocurriendo con Colombia -, la cual no
superará fácilmente porque las políticas desarrollo productivo y de ciencia y
tecnología para elevar la productividad y transformar la especialización, son
deficientes.
Este problema es culpa de cómo se diseñó la apertura de la
economía hace 30 años, la cual se hizo sin desarrollar capacidades para su
inserción en los mercados mundiales, y asumir el cambio tecnológico y el
aprendizaje con el fin de aumentar su potencial de innovación.
Colombia se
abrió a la competencia internacional sin ciencia y tecnología ni estrategia de
cambio estructural. Había un mercado mundial en expansión, con crecimientos
exponenciales del comercio mundial por sucesivas revoluciones tecnológicas, que
facilitaba a las economías evolucionar en lo que producían. Colombia no lo hizo.
Entregó el mercado, y destruyó el 50% de la producción agrícola e industrial. Hoy
es una economía de comerciantes, banqueros e informales, y no de innovadores.
Entonces, por una cara, modelo de mercado, estado
regulador sometido a los agentes del mercado en consecuencia maniatado para
actuar como un estado emprendedor, con narcotráfico (se beneficia de dólar
caro) y corrupción; y la otra cara, sin investigación científica y tecnológica
y sin industrias de alta tecnología. El perfecto covid 19 con enfermedad
holandesa.
Para esta doble enfermedad nadie va a traer la cura si no
emerge una estrategia de desarrollo basado en el conocimiento y en una política de
desarrollo productivo de largo plazo que permita construir un sistema económico
avanzado, diversificado, sostenible, inteligente, innovador, emprendedor, con
alta productividad y equidad.
Los países desarrollados están investigando la cura del
covid 19, sin embargo, países emergentes como Chile con el 0.50% del PIB en
investigación, y Brasil con el 1.2%, también están en la carrera. Igualmente
Cuba, reconocida por su salud de alta calidad que le genera US$11.000 millones
anuales, descubrió el 25 de enero un medicamento mediante el cual en China
fueron curados 1.500 infectados: el Interferón alfa 2B.
Colombia, con el 0.24% del PIB de inversión en investigación,
no sabemos en que están pensando los centros de investigación y las
universidades, ni las empresas que producen medicamentos, ni se ha escuchado
ninguna posición del presidente, de sus ministros, de la ANDI, del Comité
Intergremial, de los rectores, sobre como las capacidades nacionales en
investigación y el aparato productivo podrían actuar.
Duque bajó los aranceles a las importaciones, medida útil
pero ingenua, porque los países que desarrollan medicamentos, productos para la
mitigación, y aparatos para detectar el virus y la tecnología para atender a
los contagiados, lo harán para sus mercados y compromisos preferenciales con
países socios. El gobierno, gremios y universidades esperan que otros hagan la
tarea y traigan la solución, hasta tanto para la ciudadanía, agua y jabón, porque ni tapabocas produce. Además, hay departamentos donde no hay como identificar si hay covid19 porque no tienen laboratorios especializados. Entonces, es muy posible que haya muchos más contagiados de los que el ministerio de salud dice.
La verdad es que la economía y la investigación en
Colombia están lejos de solucionar problemas de la más alta complejidad. Debe suceder
una profunda decisión política para que universidades, empresas y estado, abandonen
su condición de importadores netos de conocimiento.
El día que Duque anunció la llegada del virus a Colombia,
lo hizo acompañado del Ministro de Salud, de las directoras del Instituto
Nacional de Salud y del Invima, y la representante de la Organización
Panamericana de la Salud, pero no estaban ni la Ministra de Ciencia y
Tecnología, ni el Ministro de Comercio Industria y Turismo, ni los gremios de
las farmacéuticas, ni la Andi, ni rectores de las universidades.
Qué
viene
Las exportaciones caerán. La contracción de la demanda
internacional afectará sectores de consumo que no son vitales en la canasta
familiar de ningún país: flores, el mismo café, confecciones, y otros productos
agrícolas e industriales que pueden ser sustituidos o reducida su demanda. Las
exportaciones de ilícitos también caerán porque será menor la demanda por las cuarentenas
en ciudades y países.
Las importaciones se reducirán, vendrá una reducción en
la oferta del comercio, los descuentos adornarán las vitrinas, pero menos gente
entrará a los almacenes.
La balanza comercial seguirá siendo negativa y la de
cuenta corriente también. El gobierno no podrá salvar todos los sectores, y esa
debe ser su primera medida estratégica.
Qué
hacer
Impulsar la producción agrícola con desarrollo
tecnológico en toda la cadena, pensar primero en el campesino y luego en la SAC
y en Fedegán, fomentar el desarrollo agroindustrial, reducir las importaciones
que en 30 años partieron el PIB agrícola a la mitad. Tiene que darse un acuerdo
de largo plazo, y no de coyuntura, porque será un fracaso más de “política”
agraria.
Debe ser una producción sostenible, con energías
alternativas, defensa de los recursos naturales, construcción de vías secundarias
y terciarias, desarrollo de industrias de maquinarias y equipos, de industrias
4.0, electrónica, y cumplir los acuerdos de paz. Hacer la revolución rural que
se ha negado a sangre y fuego.
Desarrollar el sector industrial ligado a salud.
Colombia, por culpa de malos TLC y deficientes políticas de desarrollo
productivo, competitividad y desarrollo tecnológico, es importador neto de
equipos, dispositivos, insumos y la mayoría de medicamentos. Sin embargo, los
mayores logros en materia de innovaciones y patentes, están en el sector de
salud, y son la base para desarrollar un sector sustentado en capacidades
intelectuales y productivas propias.
Introducir correctivos en la prestación de servicios de
salud, relacionados con la eficiencia, para que los usuarios no tengan que agolparse
en estrechas salas a pedir citas, autorizaciones y medicamentos. Es una
oportunidad para desarrollar software, inteligencia artificial, big datas,
mensajería limpia, porque el sistema tiene enormes deficiencias en su operación.
Así mismo estimular el emprendimiento e intervenir las
universidades para estimular los proyectos innovadores (spin off) y las start
ups en salud, agrícultura, e industrias avanzadas.
Si no se hace lo anterior y más, Colombia acabará como
una economía de retail, que piden el director de Fedesarrollo y otros ortodoxos
neoliberales, cuando dicen que el problema de la economía colombiana son sus
altos niveles de protección. Es decir, sugieren acabar con lo que queda de
producción nacional y entregar el país a Fenalco, pues nada dicen sobre cómo
transformar la producción nacional y desarrollar investigación para la
innovación.
Además, es necesario hacer un pacto con las empresas para
bajar precios, intereses, y no cobrar multas, caso de los pasajes de Avianca
por cancelación de viajes nacionales por razones del convid 19. Pensar en el
ciudadano antes que en el productor y los bancos, porque estímulos han recibido
y no mucho han retornado a la economía y a la sociedad. Tampoco es hora de
reformas pensionales, laborales, ni del holding financiero, ni de vender los últimos
activos estratégicos del estado.
Sumarse a la solicitud que se la haga a la OMC para
levantar todas las barreras y cuotas de importación o prohibiciones de
exportación de dispositivos médicos, desinfectantes y jabones hasta que pase la
pandemia.
Al final, a las políticas neoliberales se las habrá
llevado el covid 19, aunque Colombia seguirá con su crónica enfermedad
holandesa. Mientras tanto la protesta social y el discurso político a
reinventarse, en formas y contenido, porque la conversación nacional de Duque
ha terminado.
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