UN NEOLIBERALISMO MISERABLE
CONTRA EL COVID19 (VI)
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Foto: Gabriele Siegrist |
Prefiero creer que el covid no se siente bien en el
trópico, por tanto no tendrá los efectos que ha tenido en los países ubicados
en otros meridianos, de esta manera lo que nos falta de políticas de estado nos
llegaría por la naturaleza, por lo cual posiblemente tendremos un covid menos
agresivo que se suma a los efectos positivos de una cuarentena a tiempo.
Mientras esto se despeja se debe actuar pensando que el virus va a llegar con
más agresividad y que va estar unos largos meses.
Abrir la economía sin planeación
El gobierno hizo una primera apertura de la economía del 25 de abril al 11 de mayo, y luego una segunda más amplia en sectores y actividades, que va del 12 de mayo al 25 de mayo. Hay una necesidad de las empresas y de la gente por razones de hambre y por necesidad human de salir de un confinamiento severo. Sin embargo, el gobierno se demoró mucho en el salvamento a las empresas, y ya muchas habrán desaparecido cuando se toque a sus puertas.
Se debió dar el paquete social y al mismo tiempo el paquete económico, por eso hay agencias del estado para atender las dos grandes acciones. No se hizo así, y sume la lentitud de los bancos y el error del gobierno de tramitar los prestamos y subsidios por el sistema bancario, que ha sido el mayor beneficiado de esta crisis. Pero las medidas sociales tampoco llegaron con un plan de reestructuración productiva, como ya lo han hecho otros países, que será tema de mi siguiente columna.
Se debió dar el paquete social y al mismo tiempo el paquete económico, por eso hay agencias del estado para atender las dos grandes acciones. No se hizo así, y sume la lentitud de los bancos y el error del gobierno de tramitar los prestamos y subsidios por el sistema bancario, que ha sido el mayor beneficiado de esta crisis. Pero las medidas sociales tampoco llegaron con un plan de reestructuración productiva, como ya lo han hecho otros países, que será tema de mi siguiente columna.
El covid o el hambre
La población vulnerable escoge el hambre porque no da
tregua, el covid sí porque selecciona las víctimas, mientras el hambre le llega
a todos los que no tienen plata, pues es imposible que la ayuda del estado llegue
a toda la gente por vacíos en los sistemas de información consecuencia de la
alta informalidad, y según la cantidad de PIB que se invierta en el componente social
asociado a la pandemia, el cual hasta ahora alcanza un pírrico 0.36%, que sube más sin alcanzar el 1% con los seis billones para subsidiar parte de los salarios de mipymes y grandes empresas, que fue un error grande porque con estas se debió hacer otra estrategia más inteligente y duradera.
La actitud dubitativa del presidente lo vuelve errático y
demorado, y hace pensar que en su corazón primero está la economía y después la
gente, genera desconcierto porque conduce a tensiones con los gobiernos
regionales y divide a la población. Al final, las decisiones las toma sin mayor respaldo técnico, científico y sin planeación suficiente.
Si él hiciera un mejor aprendizaje, porque ya llevamos dos
meses con la pandemia y el mundo cuatro, tendría como centro de sus decisiones
el hambre, el autoabastecimiento y la autosuficiencia del sistema de salud y no
la economía a ultranza, porque al final se tendrá un resultado económico desde
el cual emprender un nuevo camino. Es decir, se trata de cambiar el orden de
los factores que en este caso si alteran el producto, puesto que en las crisis
de origen económico, p.e energética o financiera, la economía si está adelante,
pero en este caso no porque el covid arrasa con la vida y de carambola con la
economía.
¿Dónde
están los trillones y la inteligencia del neoliberalismo?
Se está abriendo la economía sin un modelo de
comportamiento y predictivo basado en evidencias fuertes, porque el ministerio de
salud no tiene como tener aún resultados robustos para monitorear al virus, ni el sistema todavía
no está preparado para una eventual expansión de la pandemia; y en lo
económico, la política de desarrollo productivo poco sirve para responder al
covid19 con producción nacional, y ajustar la economía que hoy se tiene y pensar
la economía que viene. El gobierno y los gremios solo tienen una fijación: abrir
la economía y el milagro ocurre, lo cual posiblemente no va a suceder por
razones que explicaré en mi próxima columna.
Además, el gobierno no está preparado para este desafío porque
su enfoque es: el estado regula, reparte, regala, entrega pero no interviene ni
emprende. Estado blando para un modelo de mercado avaro, rentista, especulador y
con baja productividad, puesto que la innovación sustentada en investigación y
desarrollo, componente clave de todo cambio estructural de la economía, no está
al frente de sus estrategias, por eso la innovación de alto impacto solo la hacen
en Colombia algunas medianas y grandes empresas, en consecuencia es escaso el
efecto de derrame (spillover) en otras actividades.
También porque los milmillonarios viven del estado, como
los bancos, y como el espantoso caso del actual ministro de Agricultura y del presidente
de Finagro, repartiendo créditos relámpagos a los milmillonarios del campo,
plata que era sobre todo para los medianos y pequeño productores que producen el
70% de la comida que alimenta a los colombianos, y que además deben ser el centro
de una estrategia de autosuficiencia alimentaria de largo alcance con
criterios de sostenibilidad, equidad, productividad y desarrollo regional, porque
los alimentos que importa Colombia pueden sustituirse por producción nacional,
y de esa manera llevar la agricultura del 6 al 12% del PIB en pocos años.
Es entendible que las microempresas, muchas pequeñas
empresas y algunas medianas de la economía tradicional no tengan como aguantar
una crisis de demanda como esta. Pero, que los milmillonarios digan que no tienen como sostenerse,
no se entiende ni se acepta porque el neoliberalismo global ha sido durante
treinta años de ellos y para ellos.
Desarrollar la economía para crecer como sociedad
Lo recién dicho quiero sustentarlo con el caso del
sistema de salud y la respuesta que podría haber dado el sistema productivo y
de innovación si Colombia tuviera una potente política de transformación productiva
que dinamizara el cambio tecnológico, el aprendizaje y las actividades de alta
tecnología.
Miles de tapabocas se venden en las calles sin saber si
su elaboración cumple con condiciones de sanidad, lo mismo gran cantidad de
microempresarios que fabrican otros elementos de bioseguridad. Conozco como se
manufactura ropa para el sistema de salud. Son espacios herméticamente
cerrados, con ventanas grandes para supervisar la producción, pintados de
blanco con pintura de características especiales, los operarios visten overoles
con protocolos de bioseguridad que los cubren de pies a cabeza. Se parecen a salas
blancas donde se fabrican medicamentos.
En las demás dotaciones del sistema, la situación empeora
porque Colombia todo lo importa. Lo único que se escucha del gobierno es: ya se
pidieron, ya llegarán y Trump los traerá. Los laboratorios están insuficientemente
dotados, por eso la convocatoria de Minciencias para financiar un mejor equipamiento tecnológico que les permita hacer investigación y realizar pruebas en cantidad
y calidad que conduzca a crear un modelo robusto de comportamiento y pronóstico
del virus. Ahora se tiene un submodelo por la cantidad de subregistros y de
subdotaciones. Afortunadamente tenemos médicos de calidad y auxiliares que saben
hacer su tarea arriesgando su vida.
Sin embargo, en los casos donde los laboratorios están
listos, entonces la capacidad de sus equipos es limitada, y les faltan reactivos
porque la industria nacional no los produce. Para hacer testeos masivos que
facilite identificar contagiados y asintomáticos, tampoco hay producción
nacional, entonces se importan por pequeños lotes que llegan según el lugar donde
pongan a Colombia las multinacionales que los manufacturan.
No se pueden crear UCI en la cantidad necesaria porque no
hay ventiladores, y los que se producirán en Colombia aun demoran semanas para
entrar a producción porque están en fase de investigación y desarrollo.
En este momento, la ciudadanía no sabe quiénes están
fabricando, cuál la economía de escala, como se van a comercializar, y para
cuando los elementos de bioseguridad que el sistema de salud, los sectores productivos
y la gente necesitan. Es asunto del ministerio de comercio, industria y
turismo. Tampoco se conoce si habrá o no fabricación nacional de reactivos y de
kits para testear, en qué etapa está la fabricación de ventiladores, la
producción de camas para las UCI, cabinas de protección y desinfección, y como participa la ciencia nacional para contribuir
a la ciencia global en descubrir la vacuna.
Si se quiere ir más allá para constatar lo lejos que está
Colombia en el desarrollo de este sistema y de una economía de la innovación, caben
preguntas como: ¿Qué clústers de salud tenemos y qué están haciendo? ¿Cuáles
son las empresas y las start ups con mayor potencial de innovación de los
solicitantes de patentes de salud en Colombia? ¿Es posible que estos
contribuyan a la lucha contra el Covid 19?
¿Cuáles
son los enfoques de estas empresas innovadoras en el campo de la salud y dónde
están localizadas? ¿Entre estas empresas cuáles son capaces de producir nuevos
medicamentos a partir de medicamentos existentes? ¿Cuáles son las empresas capaces
de desarrollar nuevas moléculas?
La salud es un sistema complejo, inteligente, humano, de
alta tecnología y estratégico en el desarrollo de los países, porque se trata
de la vida. La investigación, la innovación y la salud son una potente máquina
de agregación de valor, bienestar y conocimiento. Los injustificables déficits
en producción y en innovación que ha mostrado Colombia en esta contingencia, es
una experiencia que no puede volver a vivir, dado que la magnitud del rezago es
asombrosa.
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