MANADA DE PRECANDIDATOS
ASPIRANDO A LA PRESIDENCIA DE UN
PAÍS PATAS ARRIBA
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Foto: Gabriele Siegrist |
Cualquier
político ambicioso se cree con derecho a ser precandidato, sin considerar qué representa
ser gobernante de una nación. De esa cosecha de manzanas buenas, otras verdes y
la mayoría malas, los grandes medios son los culpables, porque irresponsablemente han agitado antes de tiempo el ambiente electoral con un portafolio de
preguntas que todos repiten, porque hacen las mismas, sin ahondar en los
problemas ni llevar a discusión los grandes desafíos de la nación. Así degradan el debate, distancian a la gente y profundizan su apatía por la política y
las elecciones. Tal vez es lo que quiere la “gente bien” porque siempre le ha
interesado una “democracia” de pocos. Cuando ven que surge una de muchos, ordenan
el exterminio.
Los
grandes medios han dañado de tal manera la campaña electoral, que son
víctimas de su propio invento puesto que no pueden hacer debates con una fila
tan larga de aspirantes, porque se sabría el día y la hora que comenzaría, pero
no el día y la hora que terminaría.
Al
ver los nombres de algunos precandidatos, hombres y mujeres, uno va de la burla
a la furia y de la furia a la burla. Burla porque se sabe que ni las familias votarían
por ellos o ellas, y furia porque no tienen condición ética, intelectual,
jerarquía política, talante humano y espíritu democrático para tal aspiración. Aunque
ya venía menguado el respeto que se debe tener para aspirar a la presidencia, Uribe
lo acabó de destruir con la elección de Duque.
Por
otro lado, la Registraduría trata al ciudadano como un idiota que juega a la
democracia, porque el software es el que decide a quien le resta y a quien le suma votos,
entonces, no es la voluntad de los ciudadanos y de los campesinos la que
define.
No
tiene sentido hacer el listado de qué precandidatos no deberían estar en la
puja por la presidencia. Es mejor pensar en quienes se ven como candidatos en
las cuatro vueltas que habrá: dos iniciales donde la opinión depurará la lista antes
de terminar el año y la reducirá aún más en las elecciones para el Congreso en
el mes de marzo; y dos de escrutinio en las urnas: la primera vuelta en mayo y
la segunda en junio.
Diciembre
de 2021: antes de vacaciones
Por
orden alfabético, el siguiente es el abanico de aspirantes que creo seguirá en
la contienda: Sergio Fajardo, Juan Manuel Galán, Francia Márquez, Iván Marulanda,
Gustavo Petro y Jorge Enrique Robledo. El bloque de los cuatro neoliberales: Mauricio Cárdenas, Juan Carlos
Echeverry, Alejandro Gaviria y Oscar Iván Zuluaga. Por último, Federico Gutiérrez que aún no se sabe qué
diablos es.
Marzo
de 2022: antes de las elecciones para el Congreso
La
lista se reduce a nueve precandidatos: Fajardo, Galán y Robledo por la
Coalición de la Esperanza y por un capitalismo social de mercado. Francia Márquez y Petro del Pacto Histórico por un
capitalismo humano y sostenible. Los neoliberales: Echeverry, Gaviria
y Zuluaga en representación de los conservadores, del liberalismo de César Gaviria, y del
uribismo: todos ultra neoliberales, todos donde nace la mala política, y todos
de la herencia que gestó en 1991 el radical capitalismo de mercado que tiene a
Colombia patas arriba. Finalmente, Gutiérrez sin identidad política.
Mayo
de 2022. Primera vuelta
Llegan
cuatro como candidatos: Fajardo por el centro social demócrata; Petro por la
izquierda social y sostenible; Gaviria, por el neoliberalismo “humanista”
(contradicción epistemológica o deformación epistémica); y por la ultraderecha uribista,
Federico Gutiérrez que para entonces lo llamarán Fico o Echeverry.
Junio
de 2022: Segunda vuelta. Llegan dos de los tres siguientes candidatos: Fajardo,
del centro; Petro, de la izquierda; Fico de la ultraderecha neoliberal de
Uribe, o Echeverry del neoliberalismo duro y puro de los últimos 30 años.
Si pasan a la segunda vuelta Fajardo y Petro, gana el primero si no comete errores coqueteando a la derecha y distanciándose de la centro izquierda. Si pasan Fajardo o Petro contra Fico o Echeverry, gana alguno de aquellos. Ahora bien, en caso de que avance Gaviria, el que queda por fuera es Fico o Echeverry, aunque Gaviria no le ganaría a Fajardo o a Petro.
Si al imputado Uribe lo llevan a juicio por los falsos positivos, fraude procesal y masacres en Antioquia, la ultraderecha no llegará a segunda vuelta, y todo se decidirá entre Petro, Fajardo y Gaviria. El proceso de Uribe definirá en gran medida cómo serán las elecciones del 2022. Si sale absuelto, su candidato podría pasar a segunda vuelta, pero no ganaría porque la mayoría ciudadana ya no lo quiere más.
¿Qué
dice la Registraduría?
Hay
que preguntarle al Registrador como podría “equivocarse” el software - por eso
debe haber una rigurosa veeduría
ciudadana, de la oposición e internacional -, porque en unas elecciones
transparentes debe ganar quien acierte en el discurso para atender de fondo el
malestar social, proponga cambios estructurales al modelo económico, adelante
un mínimo de reformas para ajustar las instituciones y las finanzas públicas de
largo plazo, y una nueva agenda de inserción en una cambiante globalización que
tiene como primer objetivo una sociedad sostenible, antes que el capitalismo neoliberal que
arrasa con el medio ambiente y se opone a cualquier tipo de equidad, y que es
el capitalismo que profesa el uribismo.
La
gente está cansada de tanta mentira, trampa, manipulación, corrupción,
violencia, de abusos inconmensurables en el manejo del estado, y votará en
contra de cualquiera que sea elegido o aprobado por ÉL. Desgraciadamente en los
últimos diez meses de Duque aumentará la
violencia de estado, porque el uribismo no tienen condiciones para una victoria
nítida, por eso hay tanta desesperación en el Centro Democrático y en otros partidos
de parecida condición. Por eso quieren un articulito para darle vía libre a la
contratación pública que es de donde sale la plata para las elecciones al
Congreso.
Será
un proceso electoral en medio de la protesta social porque no hay soluciones de
fondo, porque el congreso no avanza en cumplir con las leyes propuestas por los
jóvenes y por el comité nacional del paro, porque otras reformas no son
transparentes ni sirven para solucionar los severos desarreglos sociales,
económicos e institucionales, porque la paz está acorralada, porque la
violencia está desatada y hay total impunidad para quienes asesinaron y
desaparecieron a los jóvenes de la justa protesta, y porque está por los suelos
la confianza internacional que tenía Colombia.
Si
llega a ganar alguien donde detrás está Uribe, será una catástrofe porque la
comunidad internacional le daría la espalda al país pues entendería que lo que
viene es la destrucción del estado, de la economía, de la situación social, y
de la paz. Sería un perfecto ultra narco paraestado, como ningún otro existe en
el hemisferio occidental.
Los jóvenes y la gente que
piden el cambio que se necesita, superarán el miedo a la violencia y se
inventarán formas masivas de actuación y de comunicación para enfrentar el vandalismo
y el terrorismo de estado y de la corrupción, y así abrir el camino al cambio
que Colombia necesita
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